Antonio Huertas disertando sobre la región en Cáceres. HOY
Un país que nunca se acaba

Arizona como objetivo

Tras Málaga y Sylicon Valley. Este otoño, nos espolean poniéndonos objetivos para el desarrollo

Miércoles, 22 de noviembre 2023, 07:21

Bebo agua con gas en la plaza Mayor de Cáceres. El agua con gas es buena para la reflexión porque, no siendo aburrida, ni te ... agita como el café, ni te ensimisma como el alcohol. Eso sí, no sabes qué te van a cobrar por ella. Es un agua tan desigual como esta España autonómica en la que tenemos la sensación de que van a acabar timándonos desde el Estado. Y no es cosa solo de Pedro Sánchez, sino una constante histórica secular.

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Pero no nos desviemos, demos un sorbo al agua con gas y sigamos divagando. Resulta que el consejero de Economía nos dijo hace un mes que Extremadura podría ser como Málaga. Después de lustros aspirando a ser la Toscana, estuvo bien que nos cambiaran el objetivo: no solo debemos ser una región turística, sino también atraer a los nativos digitales porque tenemos condiciones para ello.

Otro sorbito de agua con gas a palo seco. Sí, porque en Cáceres y en las terrazas de la plaza, el agua no lleva tapa gratuita, a pesar de que te cobran por la botella entre tres euros y tres euros y medio. Más que por una caña, pero sin pincho. Son precios de Málaga, pero sin nativos digitales. Hace unos días, pedí agua con gas en la terraza de la cafetería Al-Karika de Coria y me sirvieron una botella estilizada de un litro, dos vasos chulos y grandes llenos de pequeños cubitos de hielo y rodajas de limón y un plato con dos rebanadas de pan con tomate y, encima, dos pedazos de tortilla de patata con mayonesa. ¡Y solo me cobraron dos euros!

Málaga y Silicon Valley

¿Cómo seremos antes Málaga o la Toscana, con el servicio hostelero de Coria o con el de Cáceres? La pregunta no es baladí, sino que encierra dos maneras de entender la hostelería. Y detrás de la hostelería, vienen los demás servicios: comunicaciones, red digital, legislación... El bienestar y la capacidad de atracción dependen de un cambio de mentalidad que empieza en el bar y acaba en la Presidencia de la Junta. En eso estamos o debiéramos estar.

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El diario HOY, con motivo de su 90 aniversario, está organizando diversos actos de reflexión en torno al presente y futuro de la región. Importantes directivos se acercan a Extremadura, cuentan su experiencia y, ante los representantes y ejecutivos del mundo empresarial, económico y social extremeño, nos detallan cómo nos ven y cuáles son nuestras posibilidades. En una charla muy didáctica en el hotel Río de Badajoz, Emilio Gayo, presidente de Telefónica España, nos sugirió que teníamos condiciones para convertirnos en un Silicon Valley. Y la semana pasada, el presidente de Mapfre, el extremeño de Villanueva de la Serena Antonio Huertas, en el hotel Los Arenales de Cáceres, nos puso como ejemplo Arizona, un estado sin playas ni palmeras, pero que se ha convertido en uno de los refugios favoritos de los jubilados norteamericanos.

Málaga, Silicon Valley, Arizona... Objetivos para espolearnos y dejar nuestra cómoda vida periférica en una región de paso, que no es capaz de atrapar a los inversores extranjeros que la cruzan camino de Portugal, donde se establecen, reflexionaba Antonio Huertas. Facilidades, menos burocracia, servicios, comunicaciones, abundante mano de obra formada y políglota... Menos eso, tenemos todo lo demás: calidad de vida, precios competitivos, digitalización llegando a los pueblos, entorno ideal, ciudadanía acogedora sin graves problemas sociales...

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Acabo el agua con gas y vuelvo a casa con la convicción de que este es nuestro momento. Por lo pronto, frente a la casa donde nací y a 300 metros de donde vivo, en la calle Antonio Hurtado de Cáceres, van a abrir un Taco Bell y, justo al lado, un Foster's Hollywood. No es Arizona, pero por algo se empieza.

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