Declaración de zona catastrófica, un concepto obsoleto y negativo

Se ha hablado mucho durante los últimos días sobre la conveniencia o no de declarar la Sierra de Gata zona catastrófica tras el incendio de la semana pasada. Lo primero que hay que aclarar es que este es un concepto obsoleto, y de hecho la denominación 'zona catastrófica' dejó de utilizarse de manera oficial hace más de 25 años. Esa declaración fue sustituida por la aprobación puntual de decretos leyes específicos para los siniestros que el Gobierno central considera lo suficientemente graves como para que sea necesaria su intervención. En esos decretos se establecen las ayudas y las actuaciones pertinentes en cada caso.

Además, en la propia Sierra de Gata muchos consideran que hablar de zona catastrófica, como han hecho durante los últimos días diversos dirigentes políticos y de colectivos sindicales, agrarios y medioambientales, resulta contraproducente. Uno de los que opinan así es José Miguel López, presidente de Todos Somos Sierra de Gata. «No puedes estar hablando de zona catastrófica y al mismo tiempo pedirle a la gente que venga a visitarte, la propia palabra catástrofe echa a la gente para atrás».

Aun así, la ola de solidaridad con la Sierra de Gata generada tras el siniestro se ha podido comprobar no sólo en la gran cantidad de alimentos y otro tipo de productos con los que se atendieron la necesidades de los refugiados por las evacuaciones, principalmente en Moraleja, sino también en otro fenómeno que afecta a los alojamientos y, en general, a todo el sector turístico. Y es que son varias las casas rurales de la zona que han recibido estos días llamadas de personas de toda España que no tenían planeado acudir este verano a la Sierra de Gata, pero ahora han decidido hacerlo para contribuir con su granito de arena a la recuperación económica de la zona. En este 'efecto llamada' han jugado un papel fundamental las numerosas peticiones para seguir visitando la comarca que se han llevado a cabo a través de las redes sociales.

El ejecutivo regional de Guillermo Fernández Vara ya ha anunciado que solicitará al gobierno central la aprobación de un decreto ley que abra la puerta a las ayudas estatales para los afectados. De momento se trata únicamente de una declaración de intenciones, ya que esas ayudas no se van a hacer públicas hasta que esté listo el decreto, de modo que no se conocen ni su cuantía ni su alcance. La Junta pedirá también un programa especial de empleo del Aepsa.

Trabajos de emergencia

La intervención inmediata en la zona se centra por tanto en trabajos de emergencia sobre el terreno que van a llevar a cabo la Junta de Extremadura y la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), consistentes estos últimos en adecuar los cauces de los ríos colocando diques y minimizando los efectos de la erosión para que las aguas de los ríos no se contaminen cuando comiencen las lluvias. La Junta, por su parte, actuará en los montes públicos y privados tratando árboles y materiales, y construyendo bancadas y diques.

A la espera de conocer qué política forestal se aplicará a partir de ahora en la Sierra de Gata, los expertos recuerdan que los ecosistemas afectados por incendios forestales son capaces casi siempre de regenerarse en poco tiempo de manera natural. Así lo afirma Juli Pausas, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien en relación al incendio de la Sierra de Gata señala que entre las especies afectadas la que mejor resiste al fuego es el alcornoque «gracias a la anchura de su corteza», y también otras autóctonas como los castaños, los robles o los madroños, que se suelen recuperar bien y presentar un buen aspecto al cabo de un año. Si embargo el pino quemado no rebrota, sino que vuelve a crecer en zonas aledañas por las semillas que contienen las piñas. Pausas apunta que, en caso de que sea necesario repoblar, «siempre hay que optar por especies autóctonas».