«En la gastronomía extremeña tenemos muchísima más realidad que imagen»

El nombre de Isabel Mijares es sinónimo de enología y de buen vino. A sus 72 años, esta académica de número de la Real Academia de Gastronomía, química, enóloga, catadora de puros y empresaria, confiesa que no piensa echar el freno nunca porque su trabajo es su pasión y porque la salud le acompaña. En la mesa de su casa hay una regla inquebrantable, nada de móviles. Sin embargo, confiesa que no puede pasar sin su iPad, que es lo primero que consulta cada mañana, antes incluso de tomar su café. Esta emeritense ciudadana del mundo que se precia de viajar de Pekín a Bolivia sin sufrir jet-lag, ejerce de extremeña incluso desde las páginas de la Guía Repsol. Cree que a los caldos de nuestra tierra les falta una mejor comunicación y les sobran «pueblerinismos».

-Acaba de recibir el Premio Caballo-Encina, que otorga la Casa de Extremadura en Jerez de la Frontera (Cádiz). Con su tremenda trayectoria, ¿este tipo de premios qué suponen?

-Pues me hacen muchísima ilusión. Los premios extremeños para mí tienen un sentido que no tienen los de otro lugar, aunque sean muy importantes, porque a veces tengo la sensación de que en mi tierra no se ve ni valora lo que hago. Y me encanta comprobar que no es así.

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