Lugaris, el restaurante de cocina reconocible

A finales de noviembre Lugaris cumplió 17 años. Quizás con este simple comentario podría terminar mi crónica. Que un restaurante lleve abierto durante todo este tiempo no puede querer decir otra cosa sino que lo hacen bien. Sin embargo, entiendo que lo que toca es contar mi última visita a este conocido restaurante de Badajoz.

Como es bien sabido, se encuentra ubicado en uno de los chalets de la avenida de Elvas, lo que confiere al local de una singular estructura llena de recovecos que a mí, personalmente, me gusta mucho. Disponen también de una preciosa terraza muy disfrutable cuando el tiempo acompaña.

Si el local proporciona singularidad a este restaurante, lo que le imprime carácter son sus dos responsables: Javier García y Ángel Pereita. Lugaris no se podría entender sin esa dicotomía, contradictoria en parte, en la que Javier, de carácter desenfadado, es el responsable y cabeza pensante en la cocina, y Ángel, mucho más comedido, al menos, a ojos del comensal, que se encuentra a los mandos de la sala y la bodega. Profesionalidad y buen hacer en ellos y el resto del equipo.

Con respecto a la comida, decir que Lugaris es uno de esos sitios civilizados en los que te sirven un aperitivo, un rico paté ibérico con pasas y un poco de patatera con miel, con el que entretener el hambre mientras se espera a los platos elegidos. De entrantes pedimos, en primer lugar, un carpaccio de presa ibérica de gran calidad, acompañada de un suave aceite trufado y cubierto con virutas de queso que, para mi gusto, aportaban poco. Un queso más potente habría proporcionado más umami y profundidad al plato. En segundo lugar, una muy rica alcachofa rellena con queso de La Serena y cubierta con un fantástico jamón ibérico.

De platos principales, un arroz ibérico, caldoso, con morcilla y carrillera, con un potente caldo, aunque un poco descompensado hacia el sabor de la morcilla. Crep relleno de rabo de toro con cuscús y manzana confitada. Estético y efectista plato muy bien resuelto.

Para terminar con las carnes, una paletilla de cordero lechal al horno. Fantástica, perfecta de punto y acompañada de unas patatas panaderas y una salsa reducida del propio guiso. Creo que el cordero es el gran olvidado en la actual gastronomía extremeña. Cuánto deberíamos aprender de los castellanoleoneses que han sabido elevar a los altares a sus magníficos lechazos, siendo nuestra oveja merina de igual o mejor calidad. La oferta de pescados en Lugaris es algo más corta que la de carne. En nuestro caso pedimos un fantástico rodaballo a la plancha, muy bien de punto.

De postre una rica y clásica tarta de queso y un milhojas de helado y tocinillo de cielo. Correctos ambos.

Disponen de una carta de vinos con referencias clásicas de casi todas las zonas vinícolas españolas y algunas extranjeras. Eché en falta, precisamente por lo de los vinos extranjeros, algún vino portugués. Se están haciendo grandísimos vinos al otro lado de La Raya y, según mi punto de vista, los tenemos enormemente olvidados en el panorama gastronómico pacense. Sin duda, y aunque los aficionados más avezados quizás echen en falta algunas referencias más actuales, es una carta por encima de la media de Badajoz, en la que cualquiera podrá encontrar algún vino que le pueda satisfacer. En nuestro caso un fantástico Les Terrasses 2019, de la bodega del Priorat de Álvaro Palacios.

Lugaris no es más que aquello que cualquier restaurante debería ser. Un sitio donde se come y bebe bien y se es atendido con afecto y profesionalidad. Sin embargo, quizás sea algo más que eso. Es también un restaurante de comida reconocible, es decir, de aquella de la que tenemos referencias mentales previas y, por ello, nada nos chirría. Primero, porque las raíces de sus platos son claramente extremeñas y beben de nuestra tradición y, segundo, porque la cocina de Lugaris es en sí misma reconocible ya que llevan, desde hace 17 años, haciendo lo que saben hacer y dando a sus clientes lo que ellos quieren comer. Si siguen así, seguirán, sin duda, 17 años más. Y nosotros lo celebraremos.

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