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Recetas propias y una cocinera fan de Juego de Tronos, así es el restaurante 'Dracarys'

Dracarys significa «fuego de dragón» en 'alto valyrio' (el idioma de los 'Targaryen' de la serie 'Juego de Tronos' (inspirada en la saga de literatura fantástica 'Canción de hielo y fuego'). Es la palabra que una protagonista lanzaba a sus dragones para que calcinasen todo lo que encontrasen por delante. Y, además, desde hace menos de un mes, es el nombre de un restaurante de Almendralejo.

Su dueña, María Catalina Paredes Cano, es una apasionada de esta serie de HBO, así que decidió ponerle este nombre, Dracarys, a su primer proyecto propio, ubicado en la calle Arturo Suárez Bárcena, frente al conocido parque de las Palmeras de la capital del cava.

Se trata de un negocio familiar, ya que, aunque ella está en la cocina, también son una parte importante sus dos hijos (de hecho la carta la ha elaborado junto a uno de ellos,José Manuel, que reconoce ser muy «cocinillas») y sus sobrinos, Alan e Isabel. Gracias al empuje de su familia, María Catalina, que había trabajado ya en otros locales de la ciudad y alrededores, aunque su gran maestro, y al que siempre referencia fue Pedro García de la Peña, del ya cerrado restaurante 'Los Fogones', se animó a abrir este proyecto.

De personalidad inquieta y autodidacta, María Catalina tiene en su propuesta recetas de elaboración propia, otras inspiradas en las bases de la cocina de Pedro y algunos platos para los más clásicos. Destaca el crêpe de pisto con salsa de pimientos del piquillo, el surtido de cremas de queso, el lomo de bacalao ajoarriero al vino Cayetana o un cachopo de 700 gramos con jamón ibérico, queso azul y pimientos del piquillo. «Una de las elaboraciones más especiales de mi madre, a la que se le dan muy bien los pescados, es la dorada a la espalda con salsa 'ajo-peces', un aliño muy antiguo que le enseñó un señor mayor de la familia», detalla su hijo José Manuel Cano.

Esta empresaria siempre ha sido la cocinera de las reuniones familiares y eso que son bastantes personas, pero disfruta mucho estando entre los fogones y ahora, además de hacerlo su proyecto vital, ha sido recompensada con el apoyo que le han brindado sus seres queridos, incluso ayudando en la reforma. «Abrimos el 1 de diciembre y mi madre hizo 53 años el día anterior, nos comimos todos la tarta aquí, en el local, mientras ultimábamos detalles», cuenta su hijo.

Además de una buena terraza, con capacidad para unas 40 personas y 50 más en el interior, Dracarys cuenta con un reservado ideal para eventos o celebraciones privadas para amigos o familias tan bonitas como esta que lidera María Catalina.

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