La mayoría absoluta permite a Gragera agilizar el Ayuntamiento de Badajoz

Contar con catorce de 27 concejales permitirá a los populares desarrollar una gestión sin sobresaltos. Aunque los alcaldes disponen de muchas atribuciones, en los últimos ocho años ha sido necesario pactar los asuntos más importantes con Cs y, en los últimos cuatro, también con el edil no adscrito, Alejandro Vélez. Este último, por ejemplo, ha impedido varios acuerdos de pleno mientras no le aprobaran sus reclamaciones.

Estas presiones han desgastado al Gobierno local y ralentizado la gestión diaria. La mayoría absoluta permitirá al PP agilizar el funcionamiento e impulsar las decisiones que adopte el alcalde.

Ahora tiene catorce concejales, pero diez de ellos son nuevos y tienen que adaptarse a la administración y sus procedimientos. Ocho experimentan también su primer contacto con la política, que no siempre es agradable. En 2019, una concejala dimitió a los cinco meses de tomar posesión.

Ese es un pequeño obstáculo teniendo en cuenta el reto que supone ejercer un verdadero liderazgo en el aparato administrativo. Solo así podrá reducir el tiempo de concesión de licencias, la autorización de vados, la llegada de la grúa si otro vehículo bloquea el garaje, etcétera. O promover los propios proyectos. Para esto hace falta más personal y dotar a los que ya están de más medios. Los empleados municipales exigen más.

Por un lado, la Policía Local y los Bomberos. Suelen ser los trabajadores que más exigen, pero también los que tienen más capacidad de presión. Los agentes vieron frustrada una subida salarial el año pasado que llegó a firmar el hoy alcalde, su número dos, Antonio Cavacasillas, y el concejal Eladio Buzo. Desde entonces se han suspendido pruebas deportivas porque los agentes se niegan a prestar servicios voluntarios. Los dispositivos para Los Palomos (10 de junio) y la feria de San Juan pondrán a prueba la capacidad de negociación y autoridad del primer alcalde con mayoría absoluta en ocho años.

Por otro lado está el resto de trabajadores municipales y sus recelos salariales. Quieren un aumento proporcional para todos. También reclaman más personal y medios.

La sensación del ciudadano y las empresas es que el Ayuntamiento va lento. Ocurre con Urbanismo, donde han mejorado los tiempos de respuesta en estos cuatro años, pero que recibe muchas peticiones.

En este servicio se gestiona la expansión de la ciudad. Desde la avenida de Elvas y su entorno pasando por la expansión de Huerta Rosales y el crecimiento del cerro del Viento, hasta la llegada de nuevas empresas que exigen rapidez en sus trámites. También desde aquí tienen que dar una solución a las urbanizaciones del extrarradio, que llevan desde 2007 en un limbo legal.

En una entrevista en HOY, Gragera se comprometió a revisar el Plan de Protección del Casco Histórico, que ahora se considera demasiado exigente y un obstáculo para la regeneración del Casco Antiguo. El alcalde también tendrá que impulsar el Consorcio, una vez que tiene el visto bueno de la Diputación y la Junta, para revitalizar la zona antigua.

Optimizar todos los medios para agotar los fondos Edusi, que cumplen a final de año y de los que se va tener que devolver dinero a Europa por inejecución de proyectos; buscar una solución a la piscina de la margen derecha o a la falta de aparcamientos son otros retos inmediatos. En campaña ha realizado promesas que requieren de mucho trámite, dinero y tiempo, como la playa en el Guadiana, la conversión de la Isla del Pico en un parque con auditorio y soterrar la autopista.

Son propuestas ambiciosas que el alcalde ha puesto sobre la mesa y que ahora, con un 44% de voto, puede cumplir.