Nueva subida en el precio del diésel y la gasolina: esto es lo que cuesta llenar el depósito
Tras varias semanas de subidas continuas, llenar el depósito de diésel se vuelve más caro
Judit Molina
Lunes, 23 de junio 2025, 13:28
La volatilidad del mercado del crudo continúa impactando en los bolsillos de los consumidores españoles. Con la llegada del verano y el aumento de desplazamientos, el precio de los carburantes vuelve a colocarse en el centro de la preocupación ciudadana. Factores geopolíticos, como el reciente conflicto entre Israel e Irán, están generando tensiones en los mercados energéticos que ya se reflejan en los surtidores y podrían agravarse en las próximas semanas.
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Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio medio del diésel ha subido un 2,2% en tan solo una semana, situándose en 1,388 euros por litro, mientras que la gasolina ha registrado un incremento del 1,4%, alcanzando los 1,477 euros por litro. Estas subidas, advierte la organización, se producen antes de que se materialicen en el mercado los efectos derivados del reciente conflicto en Oriente Medio y los bombardeos de Estados Unidos.
La OCU recuerda que las variaciones del precio del crudo no se trasladan de forma inmediata a los surtidores. Mientras las subidas se reflejan con rapidez, conocido como efecto cohete, las bajadas lo hacen más lentamente, el llamado efecto pluma. Por eso, los aumentos actuales estarían ligados al encarecimiento del crudo previo al estallido del conflicto armado, cuando ya había subido en torno a un 4%.
Los verdaderos efectos del conflicto, sin embargo, aún están por llegar. Desde el 13 de junio, los futuros del diésel han subido un 22% y los de la gasolina un 10%, según los datos analizados por la OCU. Este incremento, una vez trasladado a los precios finales, implicaría un aumento adicional de alrededor del 10% para el diésel, hasta los 1,52 €/l, y del 4% para la gasolina, que podría alcanzar los 1,53 €/l.
Además del impacto directo sobre los conductores, la organización subraya que el encarecimiento de los carburantes también se traduce en mayores costes de transporte y producción, lo que puede afectar al precio final de numerosos bienes de consumo.
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