La banca vigila de cerca el crédito a empresas expuestas a la guerra arancelaria

Así lo refleja la última encuesta de préstamos bancarios publicada este martes por el Banco de España que, por primera vez, incluye una pregunta opcional para conocer la opinión de las entidades en torno a la incertidumbre comercial y el impacto que podría tener sobre su política crediticia. Aunque los bancos que han contestado estiman que el impacto sería más bien residual, el supervisor apunta a que «algunos habrían empezado a realizar un seguimiento algo mayor a los sectores y empresas que pudieran verse más afectados por estos temas».

El propio Banco Central Europeo (BCE) ya advirtió hace unos días de que las entidades harían bien en engordar sus colchones por lo que pueda llegar. Y, de nuevo, que sean prudentes en sus políticas de dividendos, con el objetivo de guardar el exceso de capital para hacer frente a posibles shocks derivados del conflicto.

Con ese telón de fondo, las entidades han comenzado a revisar la sensibilidad de sus clientes a los mayores aranceles previstos y que se concretarán el próximo 1 de agosto. De momento, la situación está controlada; pero nadie quiere llevarse la sorpresa de un deterioro en la calidad de los activos, especialmente en el segmento empresarial, donde las compañías exportadoras se enfrentan a un nuevo orden comercial que, si acaba afectando al negocio, también puede impactar en su capacidad para devolver la financiación recibida.

Fue la presidenta de la junta de supervisión del BCE, Claudia Buch, la que advirtió recientemente de esta situación, asegurando que ya hay «señales iniciales de deterioro en la calidad de los activos» que apuntan a un aumento del riesgo crediticio. La encuesta del Banco de España refleja, de hecho, que el sector a escala nacional ha comenzado a ser mucho más prudente a la hora de conceder préstamos, con una menor tolerancia al riesgo durante el segundo trimestre de 2025.

Es cierto que esta tendencia se ha notado más en el segmento de particulares (con cierto freno en el ritmo de crecimiento mantenido hasta ahora en hipotecas) que en el empresarial. Pero la prudencia es generalizada ante la dificultad de hacer estimaciones sin que las tasas arancelarias hayan sido fijadas aún, al menos para la UE, a la espera de las negociaciones que se desarrollan hasta le 1 de agosto.

En otra encuesta realizada recientemente por el supervisor, casi el 30% de las empresas declaraban verse afectadas negativamente por la guerra comercial, aunque este efecto negativo operaría principalmente a través de canales indirectos asociados al aumento de la incertidumbre o la menor actividad económica global.

Por sectores, son las de fabricación de productos minerales no metálicos (como cerámicas, vidrio o materiales de construcción), de productos informáticos y electrónicos, de alimentación y bebidas, de maquinaria, y de vehículos de motor las que se consideran más afectadas de forma directa. «En general, las empresas de más de 50 empleados reportan una mayor incidencia negativa de los nuevos aranceles, lo que puede estar relacionado con una mayor orientación exportadora o una mayor dependencia de cadenas internacionales de suministro», apunta el Banco de España en su análisis.

Con este telón de fondo, los bancos también parecen tranquilos ante las medidas de protección que están tomando sus clientes de este segmento. De hecho, más del 45% de las empresas afectadas declaran que tienen previsto trasladar el incremento de costes derivado de los nuevos aranceles a sus precios de venta; un 34% prevén diversificar su cadena de suministro buscando proveedores en otros países, y un 28% tienen intención de abrir nuevos mercados en el extranjero.