Una vendimia con medio siglo de historia
El mítico Rally de Almendralejo, cuya primera edición data de 1971, recoge los frutos de su buen trabajo y trayectoria con la Medalla de Extremadura
Marco A. Rodríguez
Badajoz
Martes, 8 de agosto 2023, 21:14
Más de medio siglo de constante siembra es tiempo más que suficiente para recoger frutos y así ha ocurrido con la Tierra de Barros, en ... esta historia también de asfalto. Almendralejo es la cuna del motor en Extremadura y la comunidad le reconoce ese hito a uno de sus iconos, el Rally de la Vendimia, al que el nuevo gobierno regional le acaba de conceder la Medalla de Extremadura. Son ya más de 50 ediciones las capitaneadas por su gran ideólogo y fundador, el MotorClub Almendralejo, que ya prepara la próxima, la número 52, que no tendrá lugar en su habitual mes de septiembre sino en octubre por asuntos del calendario de la Copa de España. Nombres ilustres de las cuatro ruedas jalonan un palmarés envidiable, con Carlos Sainz y Juan José Lacalle ganando en 1983 con su mítico Renault 5 Turbo, años antes de que el madrileño se convirtiera en bicampeón del Mundo junto a su inseparable Luis Moya. Hubo más, como Chus Puras o Luis Monzón, ambos triunfadores en dos años con sabor nacional como Campeonato de España, 2000 y 2001. Destacó también el uruguayo Gustavo Trelles (1986), campeón del Grupo N del World Rally Car, o el pionero, Juan López, que se impuso en el primero allá por 1971. Hasta un príncipe heredero (Georgia, Jorge de Bragation) y campeón de Europa pisó el acelerador por tierras extremeñas hasta el cajón más alto del podio en 1976 y 1979 con un Lancia Stratos. Una larga lista hasta alcanzar los actuales seis títulos consecutivos de la dupla autóctona Noriego y Canelo.
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Todos ellos ocupan un espacio en la retina de Juan Pardo, uno de los creadores del Rally de la Vendimia y que hoy preside su gran valedor y organizador, el MotorClub Almendralejo. Bastan dos minutos de conversación con él para darse cuenta de la pasión que siente por este deporte. Solo así se entiende que cinco décadas después continúe luchando para que nadie despierte de este sueño. Ni siquiera cuando peor han estado las cosas ya que, como reconoce, no todos los días fueron de vino y rosas. Él fue uno de los valientes que lo pusieron en marcha en 1971, algunos de ellos incluso compitiendo, y asegura estar muy emocionado con el galardón.
«Muy satisfecho y emocionado por todo el colectivo. No lo esperaba, la verdad, pero dicen que se premia una trayectoria y debemos estar contentos por toda la gente que ha trabajado aquí desde el anonimato y sobre todo me viene a la memoria aquellos que ya no están con nosotros. Y que son muchos. Empezamos en 1971 un grupo de amigos con un entusiasmo tremendo y he tenido la suerte de estar en todas, más la de este año que ya está en marcha», confiesa Juan Pardo. «Es toda una vida 52 años. Hemos tenido de todo, fases de estar arriba y otras en un valle, con peligro de desaparecer, pero afortunadamente no fue así y es un hito. Es la verdadera tarjeta de presentación del club haber mantenido su prueba emblemática tanto tiempo», prosigue.
«Había miles de aficionados y era imposible controlarlo todo. Hasta que no acababa el rally no nos quedábamos tranquilos»
Juan Pardo
Presidente del MotorClub Almendralejo
Los vaivenes económicos no pudieron frenarlo. Solo un virus que paralizó el planeta en el 2020, cuando a última hora, como recuerda Pardo, los contagios por covid se multiplicaron en la localidad y hubo que posponerlo. «Fue una lástima aquello porque coincidía con nuetras bodas de oro. Lo teníamos todo organizado con el plan sanitario y nos lo suspendieron una semana antes. Fue un mazazo, pero volvimos al año siguiente».
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Siempre apoyado por el Ayuntamiento almendralejense como principal sponsor, Juan Pardo valora su independencia política al tiempo que resalta su carácter empresarial y social, ya que fueron los empresarios del vino (de ahí la denominación de Rally de la Vendimia) quienes colocaron las primeras piedras del exitoso edificio. Unos cimientos, según narraba el cronista oficial de Almendralejo, Francisco Zarandieta, iniciados con la creación en 1955 del MotoClub, que después sumaría la 'r' al extender las dos ruedas. «Siempre hemos procurado en el MotorClub mantener el rally apolítico. El pueblo siempre se ha volcado, con miles de aficionados haciendo calles en las salidas de los pilotos. Los pilotos madrileños se quedaban alucinados y nos decían que eso no lo habían visto en ningún sitio. Se empezó a sembrar esa simiente que ha acabado con el mayor número de licencias según la federación. Hay una gran afición aquí, que ha pasado de abuelos a nietos y por eso es un premio también para esta comarca de Tierra de Barros. Es el núcleo del motor extremeño y su centro neurálgico Almendralejo, sin duda».
Hubo ediciones deficitarias donde no se cubrió el presupuesto, incluso perjudicando el bolsillo de algunos directivos. Hasta no se podía entregar el famoso 'Botijo' de plata, que era costoso. «Tenemos una organización económica débil y no podíamos competir con otras organizaciones donde pagaban cachés». A eso había que añadir la dificultad para organizar las pruebas nacionales, dadas las exigencias normativas.
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Algún susto también supuso el numeroso público, lo que hasta provocó tener que suspender algún tramo. «Son miles de personas y no puedes controlarlo todo. Hasta que no acababa el rally no nos quedábamos tranquilos, pero tengo que decir que los aficionados aquí tienen mucha cultura automovilística y se portaban bien». Un esfuerzo al fin reconocido.
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