Román en Mérida en 2018, con una camiseta con su nombre en el reconocimiento que le hizo Las Josefinas. HOY

El último legado de Juan de Dios Román en Mérida

El maestro del balonmano estaba involucrado en un trabajo de cantera en el colegio en el que estudió

Sábado, 28 de noviembre 2020

El hombre más laureado, de largo, de Extremadura y uno de los que más premios acumula en el deporte español tenía una fijación: la base. ... Lógico en una persona humilde por naturaleza. En los últimos cuatro años, el maestro del balonmano, el emeritense Juan de Dios Román Seco, estaba ilusionado como un niño con zapatos nuevos con el trabajo de 80 escolares, de prebenjamines a juveniles, que desarrollaba un equipo del colegio de Las Josefinas. El centro en el que el extremeño, nacido el 22 de diciembre de 1942, fue alumno. Tras terminar Bachillerato en Mérida se tuvo que ir a Madrid a cursar en la Universidad tres carreras: Magisterio, Educación Física y Filosofía y Letras.

Publicidad

En las últimas horas de su vida, en el hospital madrileño donde estaba ingresado, a Juan de Dios le hicieron llegar un mensaje de voz. Un audio por teléfono en el que le anunciaban que en Mérida, por iniciativa del Club Deportivo Josefinas, y con la aprobación del Ayuntamiento, le van a cambiar el nombre del pabellón de La Paz por el suyo. Una iniciativa de hace unos meses pero acelerada ahora. «Le pusieron el audio y, aunque no podía hablar, lo entendió y sonrió», explica a HOY David Castellano, entrenador del equipo de balonmano emeritense. En la capital de Extremadura ya tiene puesta una calle, en los alrededores del hospital.

Trabajador, detallista, sencillo, apasionado de la ciudad (vino al mundo en el hospital de San Juan de Dios, el edificio que ahora acoge la Asamblea) y de la región, desde 2016, antes de que un cáncer de pulmón le empezara a golpear, se implicó en el C.D. Josefinas. En el equipo de balonmano, donde juega Lucas, de once años. Es sobrino-nieto de Juan de Dios Román, el entrenador-profesor, tanto monta monta tanto, pedagogo del balonmano y del deporte como complemento a la formación de los alumnos.

«La madre de Lucas me dijo que su tío era Juan de Dios y que estaba dispuesto a echar una mano para ayudar al equipo en lo que fuera necesario. Me quedé sin habla. Para mí, que acababa de sacarme el título de entrenador nacional de balonmano, que un referente, un maestro como Juan de Dios se ofreciera era increíble», resume, emocionado, David Castellano Martín, de 32 años.

Publicidad

Es el entrenador del CD Josefinas, que recogió la antigua semilla, que se perdió, del balonmano en Mérida y que este año ha sido campeón de Extremadura. «Cuando se enteró Juan de Dios nos llamó y nos dio efusivamente la enhorabuena», relata.

Entusiasta colaboración

«Empezamos a llamarnos, me mandó mucha información sobre tácticas y formación de entrenadores. No solo eso. Se ofreció a mandarnos lo que hiciera falta de equipación y otro material. Nos regalaba tickets para participar en sorteos de entradas para partidos de balonmano como la fase final de la Copa del Rey y fuimos a la de Barcelona. No nos faltó de nada», insiste.

Publicidad

Juan de Dios vivió hasta su adolescencia en la calle Holguín, pegada al antiguo hospital donde nació. La conocidísima historia deportiva dice que empezó a entrenar a los 22 años y que dejó de hacerlo a los 61. No le caben los títulos y medallas en una vitrina normal. El último, el Premio Nacional del Deporte. También se llevó el Extremeños de HOY.

Tras los banquillos, pasó a ser director deportivo y de ahí a la presidencia de la Federación Española de Balonmano hasta 2013, con la conquista del campeonato del mundo por parte de España. En esa final, el 27 de enero, en el Palau Sant Jordi de Barcelona, estuvo David Castellano. «Le enseñé la foto en la que el aparecía con el rey celebrando el campeonato. Yo salía detrás. No paramos de reirnos cuando la vimos en Mérida», relata Martín.

Publicidad

A la capital extremeña vino Juan de Dios en 2018 en un acto conmovedor. Especialmente emotivo, confesó a sus allegados. Esa es su otra historia, más personal, menos pública.

Una sensibilidad que demostró en 2010, cuando recibió en el Teatro Romano, la Medalla de Extremadura. O en 2001, con el reconocimiento como Hijo Predilecto de Mérida que se le brindó en el centro cultural Alcazaba.

Publicidad

En ese acto, Román rompió a llorar hasta en cinco veces su discurso, con las lágrimas atragantadas en la garganta, recordando su infancia, sus maestros, sus amigos. Bendijo al azar que le llevó al balonmano y le colmó su vida.

Una operación de fémur y cadera le dejó en silla de ruedas hace poco más de un año pero antes tuvo tiempo de volver a su Mérida. Fue el 9 de junio de 2018. La comunidad educativa de Las Josefinas y, en general, el deporte de la ciudad le rindió un homenaje. ahora convertido en el último. Se le hizo socio de honor y presidente honorario del CD Josefinas. Se le entregó una camiseta y una placa. Y se le aplaudió mucho.

Noticia Patrocinada

«No hay nada mejor para colaborar con la educación que la actividad deportiva. Estoy aquí, con vosotros, por responsabilidad pedagógica. Hay que ayudar a la formación de los alumnos y en eso el deporte, cualquier deporte, tiene un gran papel. Y si es el balonmano, mejor», afirmó Juan de Dios Román Seco.

«Se ha ido un maestro, un hombre apegado al balonmano y a la educación. Se va con un último apoyo a un equipo pequeñito, de cantera. Es un orgullo más», concluye David Castellano.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad