¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Isabel Pilar coincidió con leyendas como Pablo Herrera y Adri Gavira en Espinho. HOY
Voleibol

Una 'atenea' extremeña que llama a la puerta del olimpo

Isabel Pilar Torres ha colaborado con la selección de vóley-playa asistiendo a los españoles que irán a los Juegos y forma parte de un proyecto federativo para el fomento de la figura de la mujer

Manuel García

Badajoz

Lunes, 17 de junio 2024, 08:24

Fue en su etapa universitaria cursando Ciencias de la Actividad Física y el Deporte cuando a Isabel Pilar Torres (Llerena, 20/6/1985) le picó ... el gusanillo del voleibol y desde entonces su vida gira alrededor de esa disciplina. Nacida en la Campiña Sur, pero de corazón emeritense, con una beca bajo el brazo empezó a formarse en el Centro de Tecnificación de Lorca, cuartel general de la selección, y eso le abrió nuevos horizontes como entrenadora. Su obcecación por crecer y aprender, unida a una abnegada capacidad de trabajo, le brindaron la posibilidad de codearse con lo más granado del vóley-playa. En los últimos tres años ha acudido a cinco concentraciones integrada en el equipo de trabajo de la Federación Española. La última de ellas fue en mayo en Espinho (Portugal), con motivo de un torneo Elite 16 del Beach Pro Tour, prueba del escalafón más alto del ranking, «abarca a los jugadores más top a nivel internacional, es una pasada lo que se mueve», relata.

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En la cita lusa perteneció al staff de Pablo Díaz, que sustituía al seleccionador Fran Marco por una baja por paternidad. Había mucho en juego para posicionarse en la lucha por un billete olímpico y allí acudieron leyendas a nivel internacional como Pablo Herrera, que en París disputará sus sextos Juegos, «nadie ha asistido a más en vóley-playa», y Adrián Gavira, con cuatro, todos ellos con el jugador castellonés. En la localidad del distrito de Aveiro, dos promesas como Daniela Álvarez y Tania Moreno se adjudicaron su pasaporte al evento de los cinco aros merced a su cuarto puesto y acompañarán a Liliana Fernández y Paula Soria, «no es nada fácil quedar tan bien porque aquello es como un Mundial con las mejores parejas». Herrera y Gavira cayeron en los primeros compases, pero Isabel Pilar Torres siguió colaborando para preparar la próxima parada que les llevará a Polonia. «Son muy agradecidos, muy humildes y facilitan todo».

Durante ese proceso, se empapa de la metodología, no solo del cuerpo técnico español, sino de otros países, «es una suerte ver cómo trabajan Australia, Alemania, Brasil e Italia, comprobar en qué se centra cada uno».

Las jornadas son extenuantes, aunque ella admite que no le pesa. «Son días muy largos, si vas con una pareja o dos es llevadero pero en algunas pruebas son cuatro. Cuando empieza la competición nos reunimos para visionar vídeos y abordar el plan de juego, luego calentamiento, partido y, si continúan, salir corriendo para ver el encuentro del rival al que se enfrentan y analizarlo». En ese proceso invierte fácilmente unas doce horas del día en las que «no tienes tiempo ni para comer». Respecto a su labor concreta, lo engloba en apoyo logístico, «estoy en los entrenamientos para facilitar todo lo necesario, buscar dónde comer o hacer el check in». Y muchas veces le toca encargarse de reservar alojamientos a la carrera. «En torneos de Elite 16 hay una fase previa y si ganas esos dos partidos te metes en el cuadro, entonces la organización te proporciona hotel». Pero si pierdes... Toca improvisar a última hora para encontrar una cama donde dormir. «En Suiza me tuve que ir a las cinco de la tarde a explicar a un recepcionista que no sabía si iba a necesitar sitio para dos, cuatro o seis y se me quedaba mirando y diciendo ‘¿eso cómo es?’».

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Sobre la posibilidad de formar parte del organigrama del combinado en los Juegos, asegura que está descartado, no hay vacantes y «tengo a gente por delante», matiza. Es una posibilidad que le seduce de cara al futuro y aspirará a ello, pero se muestra satisfecha «con la experiencia que me dan de manera puntual, a mí me vale para seguir aportando al CV Almendralejo».

Su labor en el CV Almendralejo

Isabel Pilar Torres es entrenadora del equipo de Primera Nacional femenino que logró una meritoria permanencia la pasada campaña. «Nos pesó el lastre del mogollón de derrotas en Superliga 2, pero en la segunda vuelta pusimos orden en las cabezas». La reclutó el presidente de la entidad, Luis Miguel Díaz, después de la pandemia. De cara al próximo curso, reconoce que está siendo difícil aglutinar a jugadoras que se comprometan, «pero soy optimista» respecto a que salgan a competir un año más.

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Antes de aterrizar en Tierra de Barros, creó un equipo en Mérida hace 12 años, donde ejerció de entrenadora-jugadora para incentivar esa práctica entre los jóvenes. Admite que la posición de colocadora es la que más disfruta, «es el símil más fiel del entrenador, el director de orquesta dentro de la pista». Tras más de una década, hace balance de su evolución sin esconder el orgullo que le suscita. «Pasé de tener un equipo con 8 jugadoras a 6 equipos con 70 y tantos» y asumió el cargo de seleccionadora extremeña.

Además, es una de las 14 ‘ateneas’, una iniciativa federativa a nivel nacional para el fomento de la figura de la mujer en los estamentos del voleibol. Se encarga de la «formación que le va a llegar a otros entrenadores para trabajar con esa metodología en la selección». Cuando se le pregunta sobre por qué ha sido una de las elegidas, explica que «me han estado supervisando en cursos de entrenadores, pero no sé cuáles han sido los criterios. En las primeras reuniones por Zoom pensaba ‘¿dónde estoy metida?’. Veía a jugadoras con 120 y tantas internacionalidades, otras con bagaje en la Bundesliga... Y yo soy entrenadora en Extremadura, un pececito en medio de tiburones».

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