Las nuevas piezas de Marrero para el ascenso

El primer movimiento fue el cese de David González Sanz como técnico quien, a pesar de haber caído de pie en la afición blanquinegra, no cumplió su objetivo y la directiva dejó de contar con sus servicios.

Como si de un efecto dominó se tratase, apenas unas horas más tarde se anunció la llegada de Juan Marrero, uno de los entrenadores más laureados de nuestro fútbol con nueve ascensos de categoría, y lo más importante, con pasado blanquinegro.

Esta noticia al inicio de las vacaciones, hizo que, sin tiempo de relamerse las heridas tras una temporada irregular y algo decepcionante, se empezara a pensar en las piezas que iban a componer la 25/26. En primer lugar con quiénes se contaba de la temporada anterior para más tarde atinar en esos huecos vacantes que dejaban los efectivos que no convencían al técnico valenciano para su continuidad.

La primera de las nuevas incorporaciones en anunciarse fue Álvaro Barrena (Azuqueca de Henares, 2001), procedente del Diocesano, aunque se formó en las categorías inferiores del CD Azuqueca, en el CD Tarancón y el CD Canillas. Con su llegada se reforzaba la parte ofensiva de la escuadra pacense. Algunas de sus características principales son el desborde y la intensidad en el duelo individual, como ya se vio en los dos partidos que les enfrentó al Badajoz la pasada temporada. Quien más lo sufrió fue Dani Cordero, donde el lateral por momentos se vio sobrepasado ante el extremo manchego.

La siguiente pieza anunciada fue la de Pedro Pata de los Reyes (Huelva, 2000). Se trata de un lateral con dilatada experiencia en el fútbol andaluz en equipos como Ayamonte, Bollullos o Recreativo de Huelva, aunque su equipo más reciente es el Calvo Sotelo Puertollano, donde fue un pilar fundamental la pasada campaña. Disputó hasta 40 partidos en toda la temporada sumando los partidos de liga y los de Copa Federación, anotando 4 goles.

Estas dos incorporaciones daban a entender que la política de fichajes había cambiado con respecto hace un año, donde se exploraban pocas opciones más allá de tierras extremeñas.

Pero, nada más lejos de la realidad, conocíamos la llegada de Adri Escudero (Ruecas, 1998), el primer refuerzo de corte defensivo procedente de la Deportiva Minera de Segunda RFEF, con una extensa trayectoria en la categoría con hasta un centenar de partidos, destacando su paso por el Villanovense, donde estuvo cuatro temporadas.

Tras esto, llegaba el primer fichaje sub-23. El delantero Pablo Rodríguez (La Garrovilla, 2004), procedente del CD Calamonte, se unía al proyecto blanquinegro como una apuesta de futuro. El joven garrovillano sumó 2.483 minutos de juego y 12 goles, siendo, sin duda, uno de los delanteros más destacados del grupo extremeño, sobre todo por su edad. Formó parte del equipo juvenil del Mérida y defendió los colores del Diocesano en División de Honor.

A falta de cubrir una ficha sénior para llegar al límite marcado de las 16, se anunció la llegada Gorka Iturraspe (Vizcaya, 1994), un centrocampista con gran experiencia procedente del Don Benito, donde aterrizó en el mercado de invierno y disputó 14 partidos. Se trata de un jugador que se caracteriza por su calidad, recorrido, envergadura y control en el centro del campo. Con dos ascensos a la categoría de plata a la espalda, también ha defendido los colores del Decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva, el Amorebieta o el Rayo Majadahonda, aunque los clubes donde se formó fueron en el CD Basconia y el Bilbao Athletic.

Con las fichas senior ya ocupadas, el Badajoz buscará terminar de pulir la plantilla de la 25/26 con hasta ocho amistosos por delante. En caso de incorporar algún último refuerzo, deberá ser sub-23, pero no es descartable que haya algunos últimos movimientos.

Estas pruebas le servirá a Marrero para despejar las dudas sobre los jugadores que no tuvieron tanta continuidad. Todo con un objetivo claro, espantar a los fantasmas del pasado y lograr el ascenso.