El Badajoz, un coloso en las alturas

Luis Oliver Sierra ha repetido en incontables ocasiones que sus futbolistas debían asimilar que les tocaba remangarse y bajarse al barro, la otra cara del juego, y ser «un poco peores futbolistas». Una superficie sintética que tantos quebraderos de cabeza trae en los últimos años a los blanquinegros, un césped irregular cuando se trata de un terreno natural y las dimensiones reducidas son las características más habituales. Sin olvidar que los técnicos rivales suelen dibujar un esquema de líneas casi solapadas entre sí en una oda a lo que en el balompié moderno se llama bloque bajo.

Poco a poco, la escuadra pacense empieza a dominar esas facetas y los minipartidos a los que tanto se refieren los entrenadores, y el juego aéreo se ha convertido en un recurso prolífico y efectivo. Frente al Olivenza, el pasado domingo, no desplegaron su juego más brillante y vistoso, pero tiraron de oficio para abrochar su botín de tres puntos en el segundo triunfo a domicilio consecutivo, un hito inexplorado hasta la fecha este curso. Y lo hicieron con las armas con las que podían descoser el entramado defensivo de su adversario. «Hemos conseguido resolver a base de balón parado, que era la única manera de hacerlo hoy», enfatizaba el preparador aragonés tras el encuentro. Desatascaron un pleito ante el colista a base de testarazos, una variante que dominan gracias a que poseen en sus filas a varios bastiones en esos menesteres.

Jesús Sánchez cabeceaba a la red en el minuto 57 un servicio de Santi Luque cuando el marcador permanecía enquistado en el 1-1. Ya en el descuento, Ginés González picaba en el punto de penalti un esférico cedido por Bermúdez para establecer el 1-3 definitivo. «Es un inconsciente para todo y en ataque eso ayuda mucho. Es indefendible», elogiaba el entrenador blanquinegro a uno de sus mayores exponentes ofensivos esta campaña pese a jugar de central y haberse perdido varios choques por lesión.

Una acción de esas características también permitió abrir la lata en otro duelo correoso ante el Castuera una semana antes. Lobato aprovechaba un centro de Bermúdez en una falta lateral para anticiparse a sus marcadores y poner el 0-1 en el minuto 19. Fue el catalizador, ese golpe maestro que ha faltado en algunos partidos provocando que con el paso de los minutos se apoderara de la trama la precipitación.

Una situación parecida, aunque en esta ocasión en el Nuevo Vivero, aconteció el 15 de diciembre, en la jornada 15, contra el Trujillo. Álex Alegría se nutría de una gran combinación colectiva para adelantar de cabeza a los suyos en el minuto 12 y encarrilar la goleada por 4-0. En la jornada 7, guion casi calcado en Villafranca de los Barros. Bermúdez colgaba desde el perfil diestro un esférico apurando la línea de fondo para que cabeceara en el punto de penalti Ginés e hiciera el 0-1 en un choque que se selló con triunfo blanquinegro por 0-2.

Justo una semana antes, el central pacense recortaba distancias con el Jaraíz en la que hasta ahora es la única derrota en el casillero del Badajoz. Aparecía en el segundo palo para rematar de cabeza y establecer el 1-2.

En la tercera jornada, doblete desde las alturas para el Badajoz, que se impuso por 3-0 al Llerenense. Álex Alegría marcaba el primero en el minuto 59 tras rechazar el balón en el larguero y aprovechar su estatura para adelantarse a su par. En el 70, Bermúdez la ponía desde el costado izquierdo y Ginés entraba desde segunda línea en plancha para anotar el segundo.

Siete días antes, de nuevo el bravo zaguero extremeño, que lleva cinco tantos, salía al rescate del Badajoz para igualar la contienda contra el Azuaga al borde del descanso tras una asistencia de Álex Herrera desde la izquierda. El duelo finalizaría con 2-1 ante el conjunto de la Campiña Sur, rival este domingo del equipo de Oliver Sierra en el Municipal (12.15 horas).