Adighibe abraza a Olmedo tras el vital triunfo del Villanovense contra el Xerez CD este pasado domingo. E. DOMEQUE
Segunda RFEF

El Villanovense consigue contagiar su loca fe en la permanencia

Los serones han pasado de verse casi en Tercera hace apenas un mes a llegar con opciones a las dos últimas jornadas contra Linares y Granada B

Estrella Domeque

Villanueva de la Serena

Miércoles, 23 de abril 2025, 20:58

Hace apenas un mes, si uno decía creer en la permanencia del Villanovense, le llamaban loco. Treinta días después... Bendita locura. Y qué mejor ... mes que abril para perder un poco la cordura. Y es que, ya lo decía Miguel de Cervantes, al que se rinde homenaje cada cuarto mes del año, «la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate».

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A eso se resiste desde hace un mes el Villanovense, a dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate. Y en esa resistencia suma ya cinco jornadas que únicamente podía soñar y que ahora ha hecho realidad. Cuatro victorias y una única derrota es el bagaje que refrenda esa resiliencia, vocablo en boga que no llegó a usar el autor del Quijote. Esos doce puntos han dado oxígeno a los de Alberto Cifuentes para que nadie les haya podido dar por muertos hasta el final y para llegar con vida, aunque sin depender de sí mismos, a los dos últimos partidos de la temporada regular.

Así, el 17 de marzo, el Villanovense era penúltimo y esa soñada permanencia quedaba demasiado lejos, a ocho puntos. Apenas con un hilo de vida, los serones se han repuesto y, un mes después, se asoman a una permanencia que queda a tres puntos del Xerez Deportivo. Un poco más cerca, a un punto, queda el playout como vía alternativa para intentar evitar el descenso.

En ese discurso entre la vida y la muerte se movía también Alberto Cifuentes, coincidiendo con el Domingo de Resurrección. «Estamos en la UCI, con el tubo, con siete pitidos de las máquinas, subsistiendo de aquella manera...», comparaba el técnico del Villanovense que se cuestionaba, con el mismo símil, si sería suficiente para recibir el alta. «Para mí, no», decía tras un resoplido, aunque con un pesimismo relativo. No obstante, aludía a una posible superstición que viene arrastrando en estas semanas y que le ha llevado a abandonar el optimismo del que hacía gala. «Discurso pesimista, me veréis así, vinagre, tristón...», añadía con una media sonrisa sobre esa fachada que cree que quizás les está dando suerte.

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«Estamos medio vivos», concluía sobre esa comparativa hospitalaria antes de centrarse ya en el partido de este domingo contra el Linares, la penúltima bala. Los andaluces son octavos y apuran sus opciones de meterse en una promoción de ascenso que tienen esta semana a cuatro puntos y que vienen de empatar contra la Balona. Sumar un punto sería positivo, pero quizás insuficiente. Ganar, en función del resultado del San Fernando-Torremolinos, podría incluso sacar a los serones del descenso a falta de un partido. Una última jornada en la que recibirá en casa al Granada B, penúltimo y ya descendido.

«Todo o nada, dos jornadas a horario unificado y habrá gente mirando resultados, nosotros tenemos que hacer nuestro partido y seguir ganando porque no nos queda otra», advierte Cifuentes que añade que el equipo «se va a dejar todo por el club, por la gente, por nosotros que estamos dentro y por las familias de cada uno». En pocos días se verá hasta dónde llega esta locura del Villanovense y si realmente no está confundiendo molinos de viento con gigantes.

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