George Bates salva la pierna y sacrifica los Juegos
Decisión crítica. El británico del Mideba, que deja el club y casi el baloncesto profesional, no se amputará su extremidad por el sueño olímpico, y más ahora que en breve será padre
marco a. rodríguez
Badajoz
Sábado, 29 de mayo 2021, 14:45
George Bates vive su temporada más dura, la de mayor presión, especialmente en lo psicológico. El pasado verano fue noticia porque meditaba amputarse su ... pierna izquierda para poder acudir a los Juegos de Tokio con la selección británica, su gran sueño después de haber sido campeón de Europa y del mundo. Una tesitura crítica, poco cuerda para el común de los mortales, pues el baloncesto tiene una fecha de caducidad mucho más corta que la vida. El jugador del Mideba Extremadura ha abandonado ya sus crudas intenciones y sacrificará la cita olímpica pese a que le duela. Entre los principales motivos para que impere la cordura, que en el horizonte aparece un bebé y una nueva vida que va más allá del deporte de la canasta, al menos en su vertiente profesional.
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Bates dejará el Mideba después de tres años y está dispuesto a emprender un nuevo camino en su tierra, donde estudiará alguna carrera próxima a la economía y las finanzas. Prefiere estar en su hogar, en su nueva casa con su gente, y que su hija, que nacerá en apenas semanas, crezca allí. Estará más alejado del baloncesto, al menos como jugador, pues tiene varias ofertas en Reino Unido para ser entrenador –allí pagan mejor, como desvela su todavía técnico Jorge Borba–, y puede que incluso se dedique a él en algún equipo amateur.
«Ha sido una temporada muy dura para mí. Estando aquí solo sin mi familia lo he pasado muy mal desde que me enteré de que no podía ir a los Juegos. Han sido los peores meses de mi carrera y necesito un cambio en mi vida. He tenido demasiada presión, la prensa quería hablar conmigo y eso ha hecho que no pudiera dar el nivel que puedo dar. Necesito descansar y olvidarme del baloncesto. Si me preguntaras hace un año solo pensaría en baloncesto al hablar de mi futuro, pero ahora pienso en otras cosas. Es otro capítulo en mi vida. Puede que en unos años el fuego vuelva y regrese».
«Voy a ser padre y no quiero que mi hija lo vea ni meterme en una operación muy larga»
george bates
El aún midebista argumenta que la normativa que ahora le es esquiva tal vez en unos años vuelva a cambiar y le sea favorable, mientras que quedarse sin pierna es de por vida. Es consciente de que el baloncesto se acaba, aunque en su caso sea antes, cuando le quedan todavía dos años para la treintena y pertenece a la élite mundial. «Seguiré jugando, pero solo por diversión. Amputar una pierna es de locos, no quiero que nadie lo haga para estar con su selección porque es para siempre. Todo el mundo me decía que no lo hiciera. Cuando lo anuncié hubo mucho jaleo. Di buenos titulares a la prensa. Hasta en Australia».
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Su existencia fue seriamente golpeada cuando conoció que las normas de admisión para los Juegos que dictamina el Comité Paralímpico Internacional cambiaban y ya no era seleccionable. Su pierna izquierda está inutilizada, pero la derecha sí tiene movilidad, así que se quedaba fuera. Aquello le hundió, representar a su país en Japón era su gran sueño y no le iban a permitir que lo cumpliera, por lo que meditó amputársela –quienes le conocen saben que estaba más que dispuesto a hacerlo– en caso de que su apelación no prosperara.
Nacido en un pueblecito cercano a Sheffield, a los once años tuvo una grave lesión jugando al fútbol que derivó en un síndrome del dolor regional que le causaba serios dolores en esa extremidad. Los médicos le ofrecieron amputársela pero se negó. Desde el verano, visto lo ocurrido, se arrepiente de aquella negativa, pero ahora se alegra de no haber seguido adelante con su plan actual. «Voy a ser padre y no quiero que mi hija lo vea ni meterme en una operación que sería muy larga y difícil. Además, gracias a la otra pierna puedo ponerme en pie, pero si me pasara algo en la buena me quedaría en la silla de ruedas para siempre».
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Basta comprobar cómo se maneja con el castellano para corroborar que se ha adaptado a la perfección a España. «Badajoz es mi segunda casa, volveré en verano porque me voy muy triste y quiero lo mejor para este club», asegura. El clima, la comida, la gente, todo son razones para haberse sentido bien aquí estos tres años. Hasta el fútbol. Es seguidor del Leicester y enemigo acérrimo del Chelsea, por lo que este sábado va con el Manchester City en la final de la Champions.
El ocaso de la temporada
Respecto a la temporada que llega a su fin, Bates subraya que fue muy dura y accidentada, con lesiones, casos de covid dentro del vestuario, aplazamiento de partidos, etc., pero eso no es obstáculo para calificarla como decepcionante. «No quiero poner excusas porque cuando tienes problemas debes buscar otras opciones para ganar, y nosotros, cuando hemos tenido problemas, no hemos sido capaces de encontrarlas. Los buenos equipos, como Bilbao, han sabido jugar bien en los momentos difíciles. Nosotros no supimos hacerlo ante el Gran Canaria, por ejemplo». El baloncestista es sincero al señalar que la cuarta posición final de la División de Honor sabe a poco cuando el punto de mira estaba en el título liguero. Por ello se aferra a la Copa del Rey de la próxima semana para revertir esta situación y buscar un trofeo que convertiría el curso en exitoso. «Será complicado ante el Ilunion el primer partido, pero si queremos ganar habrá que superar a los mejores. Tenemos una buena ocasión».
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Una Copa donde jugará sus últimos minutos con el Mideba, club en el que dejará una profunda huella. Su marcha obliga a intentar retener como sea a Matt Scott, el otro gran anotador, pero el norteamericano tiene ofertas muy tentadoras a las que la entidad pacense no puede hacer frente. Sí seguirá el bastión interior, Salvador Sandoval, y el polivalente Phil Pratt, ya renovado, compatriota de Bates y uno de los que más le echará de menos.
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