Mujeres sin fronteras

Chimamanda Ngozi Adichie firma un relato coral con un personaje inspirado en la inmigrante a la que agredió Strauss-Kahn

Elena Sierra

Sábado, 11 de octubre 2025, 02:00

Chiamaka vive en Estados Unidos y se dedica a escribir, aunque no le suelen publicar nada (por lo menos, no el libro que ella quiere ni muchos de sus reportajes de viajes); ni falta que le hace, porque proviene de una familia riquísima de Nigeria que le financia la vida. Su amiga Zikora, menos afortunada en cuanto al patrimonio familiar, también se trasladó hace mucho a EE UU y trabaja como abogada de alto nivel. La prima Omelogor maneja muchísimo dinero, el de los inversores de su país –grandes corruptos, por lo que apunta– y el propio. En la última novela de Chimamanda Ngozi Adichie comparte páginas con estas mujeres de clase alta –una África que pocas veces se cuenta– la mujer de la limpieza Kadiatou, aunque hay un abismo en todos los sentidos entre las tres amigas y ella. Frente al privilegio que ellas representan, Kadiatou es la cara más habitual del relato africano: de una aldea guineana, pobre, sin formación, casada muy joven, vapuleada, migrante que se cuela por las grietas del sistema, a la que construir el sueño americano le cuesta sangre, dolor y lágrimas.

Publicidad

Chimamanda Ngozi Adichie

Unos cuantos sueños

Trad: Carlos Milla Soler

Ed: Random House

536 páginas. 22,70 euros (10,99)

Estos son los personajes de 'Unos cuantos sueños', y a lo largo de más de 500 páginas vamos a conocerlas de forma muy íntima, pero mucho. Porque esta novela es la historia de sus vidas a través, entre otras cosas, de sus relaciones afectivas con los hombres, de sus sentimientos y deseos sexuales.

El recuento de aventuras y desventuras, de amores y desamores, de expectativas y frustraciones, lo inicia Chiamaka, que sólo quiere encontrar a un hombre que la conozca de verdad. No aparece. El mito del amor romántico se le tambalea, ella insiste. Zikora quiere ser madre y cuando lo consigue, en fin, el padre no está a la altura. Y Omelogor ya no sabe ni lo que quiere, ser quien es no parece suficiente en Nigeria: por mucho éxito que tenga, su familia presiona para que se case o por lo menos para que tenga hijos –ya se sabe: una mujer sin hijos es como un árbol sin fruto, como se dice en algunos países–En sus historias amorosas hay un reflejo de unas relaciones que pueden hacerse extensivas a mujeres de medio mundo, aún marcadas por los estereotipos de género y lo que se espera de una chica de cierta edad. Nunca eres suficiente. Calladita estás más guapa. No puedes ser egoísta (léase: centrarte en tu carrera), tienes que ver más allá. ¿Hay crítica? Hay exposición de realidad. Ngozi Adichie lo hace con soltura en un relato coral, con pinceladas de humor y el contraste entre lo estadounidense y lo nigeriano.

Hay crítica, sin duda, al narrar a Kadiatou, que es el trasunto literario de Nafissatou Diallo, la mujer que fue agredida sexualmente por Dominique Strauss-Kahn. Cómo el sistema la agrede una y otra vez, qué gran tema, qué bien contado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad