Urgente Herido muy grave un hombre de 28 años tras una salida de vía en la provincia de Badajoz
Gabino Sánchez Llamazares tiene una intención sociológica y activista con el libro. HOY

El lado amargo de una pasión

Exilios y fútbol. Las diferentes guerras están detrás de la vindicación (y la tragedia) de la práctica totalidad de las historias de futbolistas reunidas en esta obra

Enrique García Fuentes

Viernes, 24 de enero 2025, 23:13

Aquí donde me ven, cuando yo era chico –allá por finales de los 60–, era un «fiebre» del fútbol. Jugando era más malo que la ... magarza (era lo que entonces se llamaba un «ratonero»), pero conocía a todos los jugadores (benditas colecciones de cromos), me sabía alineaciones de memoria y, como mi padre compraba los martes el As color, tenía conocimientos hasta de equipos extranjeros. Luego, cuando ya empecé a estudiar en serio, lo dejé casi radicalmente y hoy es una cosa que me trae absolutamente al fresco. Todo ello no ha sido óbice, al contrario, más bien acicate, para que me haya entretenido mucho con esta insólita obra que edita primorosamente la editorial extremeña La Moderna (¡lo que están haciendo David Matas y los suyos desde Galisteo!) y que viene firmada por otro paisano, Gabino Sánchez Llamazares (Fuente del Maestre, 1981), profesor de Economía, que ya antes había publicado la novela '¿Olvidarás mi nombre?' y el poemario 'Todavía las palabras'.

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Hogar fútbol

Gabino Sánchez Llamazares

Editorial: La Moderna. Galisteo. 2024.

216 páginas.

19 euros

Ahora nos llega este curioso 'Hogar fútbol', acertadamente subtitulado 'Historias de exilios, persecuciones, discriminación y fútbol', lo que avisa de la intención claramente sociológica y activista del mismo y, que tal vez aleje a los que esperaban encontrar aquí una suerte de anecdotario o enciclopedia de cosas curiosas relacionadas con este deporte. No se preocupen los que prefieran esta tendencia: hay libros sobrados para satisfacer esas necesidades, pero lo que encontramos aquí es un repertorio que Sánchez Llamazares ha tenido que documentar muy bien para ofrecernos esa cara claramente –diríamos ahora– política que tiene (y ha tenido) el fútbol. No miente el subtítulo del libro, pues; ante nosotros desfilan más de una docena de futbolistas (hombres y mujeres) que no sólo comparten afición y dedicación al deporte rey, sino también (y seguramente muy a su pesar) una serie de circunstancias –en algunos casos trágicas verdaderamente– que a veces la práctica del deporte les llevó a sufrir, a otros a solventar o, cuando menos, a soportar, y a otros a hundirlos en la degradación y la derrota.

No hay intención novelesca aquí (uno de los «peros» que tal vez podría ponerse a esta, por lo demás, preciosa edición): Sánchez Llamazares se olvida de florituras estilísticas y en un tono cuasi periodístico refiere las anécdotas de estos nombres aquí agavillados: algunos muy conocidos no sólo para el público entregado y aficionado, puesto que, como se cuenta, devinieron en algunos casos en estrellas mediáticas (Zamora, Puskas, Kubala, Modric, los hermanos Iñaki y Nico Williams), otros, necesitados incluso de una reivindicación más que necesaria (Perico Escobal) y en muchos de ellos (la totalidad de las mujeres) poniendo de relieve que su deseo de dedicarse a este deporte les ha llevado a situaciones de verdadero peligro.

Las diferentes guerras que en estos últimos dos siglos ha habido a lo largo del mundo (totales o parciales) están detrás de la vindicación (y la tragedia) de la práctica totalidad de las historias reunidas; avatares cuasi pintorescos acaecidos en la I Guerra Mundial –un grupo de futbolistas ingleses presos en Berlín– condicionan la peripecia de un injustamente olvidado Fred Pentland (quien entrenaría luego en nuestro país y por referirse a él siempre como Mister Pentland acabó popularizando el «mister» que es prácticamente sinónimo de «entrenador» hasta nuestros días). En cambio a Árpad Weisz, uno de los mejores jugadores de la historia, no le salvaron ni sus habilidades ni su fama de morir como un judío más en los campos de concentración de los nazis. Al gran Puskas, los acontecimientos históricos de vivió Hungría tras la sovietización al final de la Guerra Mundial le servirían de acicate para su afortunada huida y estancia exitosa posterior entre nosotros; como a Kubala, y lo mismo años más tarde Modric en su Croacia natal. La Guerra Civil española también fue determinante (¿cómo no?) para muchos futbolistas (algunos muertos en el frente o durante las diferentes etapas represivas al principio, durante y al final). El caso de Ricardo Zamora es paradigmático; un auténtico ídolo de masas (yo tengo claro que inspira el excepcional portero protagonista de la curiosa novela de Samuel Ros 'El hombre de los medios abrazos', allá en la década de los 30) que estuvo, sin embargo, a punto de morir preso de cada uno de los dos bandos.

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Especialmente llamativas son las historias protagonizadas por féminas que, no sólo asoladas por las guerra e intolerancias de sus respectivos países, han tenido que luchar contra el tradicional rechazo machista a la práctica de deportes por parte de ellas. Sangrantes y elocuentes los casos de Poopal, Nadim, Fulutudilu o, especialmente, Jawara. Con Björk asistimos al problema de incompatibilidad entre maternidad y práctica deportiva y con el británico Fashanu al lacerante caso del futbolista famoso rechazado por su valentía al confesar su homosexualidad. O los insultos racistas a los hermanos Williams. Nos queda la anécdota de la integridad política de un Caszely (este es de mis tiempos, pero entonces no nos enterábamos de estas cosas) que siempre se negó a saludar al sanguinario Pinochet.

Menos fútbol, pues y más, reivindicación. Hemos paseado por la cara amarga de este deporte, auténtica religión para algunos, de la mano de un atractivo y ameno reportaje al que solo cabría demandar un mejor uso de la puntuación y una redacción mejor cuidada; leves sombras en una luminosa y bella edición para disfrutar (y pensar) todos.

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