¿Qué ha pasado este lunes, 8 de diciembre, en Extremadura?

Una misma falta de libertad

Julia Navarro establece paralelismos entre la Guerra Civil y la dictadura posterior en España y el régimen estalinista y la II Guerra Mundial

Elena Sierra

Viernes, 6 de diciembre 2024, 23:24

Madres e hijos que no pueden serlo porque la guerra (no solo entendida como el conflicto bélico propiamente dicho, sino también como la privación de ... libertad y el miedo a ser señalado por unas ideas) lo impide. Personas que no pueden relacionarse como estaban llamadas a hacerlo ni pueden desarrollarse como quieren porque el sistema lo impide. Esas son las protagonistas de la última novela de la superventas Julia Navarro, que establece paralelismos entre la Guerra Civil y la dictadura posterior y el régimen estalinista y la II Guerra Mundial. El punto común, se encargan de recalcar los personajes que habitan en Madrid y los que viven en Moscú, es la falta absoluta de libertad, para moverse, para expresarse, para sentir y creer.

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La historia de ‘El niño que perdió la guerra’ comienza en Leningrado en el año 1938 con la pianista Anya intentando ver a la poeta Anna Ajmátova y recordando la cantidad de intelectuales que han acabado en el Gulag por obras que no se corresponden con la imagen del ‘hombre nuevo’ que se quiere construir, y continúa en Madrid, donde la caricaturista Clotilde ve cómo le arrebatan a su hijo para mandarlo a Rusia durante la guerra. Ese niño, cuyos pasos se siguen durante décadas, es el nexo entre ambas mujeres, ambos países y ambas historias no tan lejanas. Aunque se habla de guerra, miseria y cárcel, Julia Navarro se decanta, más que por el relato pormenorizado de esas condiciones, por las emociones y peripecias de los personajes de la novela.

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