El rejoneador Leonardo Hernández durante la corrida celebrada ayer en Castellón. :: efe

Leonardo y Manzanares, una oreja cada uno en la de rejones de Castellón

El rejoneador extremeño realizó una labor sobria y clásica, salpimentada con momentos también vibrantes, en lo que se denomina toreo accesorio

EFE

Martes, 10 de marzo 2015, 09:40

Una solitaria oreja para Leonardo Hernández y otra para Manuel Manzanares ha sido el balance artístico del festejo de rejones que se celebró ayer en Castellón con motivo de su feria taurina de la Magdalena, ciclo que se retomará el fin de semana que viene con tres corridas de toros.

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FICHA DEL FESTEJO

  • Ganadería.

  • Tres toros -primero, tercero y cuarto- de José Manuel Sánchez y otros tres -segundo, quinto y sexto-, reglamentariamente despuntados para rejones y de juego desigual. Los mejores, segundo, quinto y sexto.

  • Cartel.

  • Fermín Bohórquez, vuelta al ruedo. Rui Fernandes, ovación. Sergio Galán, ovación. Leonardo Hernández, oreja. Manuel Manzanares, oreja. Luis Valdenebro, silencio tras dos avisos.

  • Plaza.

  • Castellón. Feria de la Magdalena. Media entrada.

Los momentos más emocionantes de la función de ayer tuvieron lugar en la actuación del extremeño Leonardo Hernández y Manuel Manzanares, que a la postre fueron los únicos jinetes que consiguieron «tocar pelo» en una tarde de toreo ecuestre un tanto gris en lo artístico.

Leonardo Hernández realizó una labor sobria y clásica, salpimentada con momentos también vibrantes, en lo que se denomina toreo accesorio. Le pidieron con fuerza la segunda oreja, pero el presidente no tuvo a bien concedérsela.

Manuel Manzanares, por su parte, tuvo que sobreponerse a una fuerte caída cuando trataba de colocar las banderillas cortas, algo que sobrecogió a los tendidos, que decidieron premiarle después de una labor también de notable intensidad en los primeros tercios.

El veterano Fermín Bohórquez, que se encuentra en la temporada de su adiós, mostró ayer en Castellón la elegancia que atesora en una faena de corte clásico, que, sin embargo, no llegó a calar lo suficiente en el tendido.

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El portugués Rui Fernandes malogró con el rejón de muerte un trasteo que contó también con momentos de cierto interés, algo parecido a lo que le ocurrió a Luis Valdenebro, que echó por tierra una notable actuación por sus retirados fallos a la hora de matar.

Por su parte, Sergio Galán tuvo que bailar ayer con la más fea, pues a sus monturas fue a parar el toro más deslucido y remiso de la tarde, con el que apenas pudo hacer nada más que mostrarse voluntarioso.

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