San Roque quiere quedarse con el entierro de la sardina de Badajoz

Vestida de gallina, Lucía Escobar no faltó a su costumbre de acabar el Carnaval en San Roque con sus amigos. Este grupo de veinteañeros llegó al barrio sobre las 07.30 horas tras toda una noche de fiesta.

Cuando ellos llegaron, hacía ya una hora y media que el bar La Esquina había servido sus primeros cafés. Marcos Pintiado es su encargado. «Si se llevan el entierro de la sardina matan al barrio. Esto es sello de identidad de San Roque».

Esa frase resume las palabras más repetidas en la avenida Ricardo Carapeto el año en que se ha barajado la posibilidad de trasladarlo a otra zona de la ciudad. Una polémica entre la federación de agrupaciones del Carnaval Pacense (Falcap) y la asociación de vecinos casi da al traste con la mañana del martes. Al final, el Ayuntamiento ha organizado el desfile de comparsas y los vecinos se han centrado en el entierro de la sardina en sí.

El presidente de la asociación de vecinos, Ramón Olivenza, considera que este es ya un asunto zanjado y está además satisfecho con el cambio. Dice que llevaban unos cinco años reclamando al Ayuntamiento que se implicara en el desfile de las comparsas y que no quiere alargar la polémica. Las actividades de la asociación, como los concursos de disfraces del lunes y la entrega de premios, tuvieron lugar en la asociación de vecinos. Su local está junto al centro de salud.

El cambio que han notado las comparsas se ha limitado a que no hubiera equipo de sonido en el camión que la Junta de Extremadura pone cada año, ni tampoco un presentador que radiara las características de cada agrupación. Ambos gastos corrían por cuenta de la asociación de vecinos. Sin ellos, el resultado es que el recorrido ha sido más ágil y que las comparsas consultadas estaban satisfechas. Sobre todo porque los actos siguieran en San Roque.

Paco Cayero, presidente de la comparsa Umsuka Imbali, explica que apenas notaron el cambio. «Hemos acabado un poco antes, que es lo que queríamos. Para nosotros es importante, una tradición. Nos queremos quedar aquí, en San Roque».

En un sentido similar se pronunciaron Juan y Antonio, presidentes de las comparsas Vaivén y Cambalada, respectivamente.

Juan lleva tantos años en la agrupación como en la fiesta de San Roque: 32 años. «Es muy importante venir aquí porque es una tradición de muchísimos años. No veo conveniente trasladar la fiesta. Esto se ha institucionalizado y debe seguir así. Esto es parte del Carnaval y debe quedarse», afirma.

Antonio, de Cambalada, también prefiere que se quede en la barriada. «Lo llevamos haciendo siempre y sería lo suyo. Pero no pasa nada por cambiar».

Desde la Falcap, indicaron que estaban contentos al final del día. «Hemos visto más público que nunca porque el tiempo ha acompañado. Nos quedamos en San Roque, con la organización del Ayuntamiento. Por nosotros sí», explicaba Pilar Campanón, vicepresidenta de la Falcap.

Los vecinos, por su parte, estaban contentos. Antonio Retamar considera que «da la vida al barrio, da dinero y da alegría a sus calles. No me gustaría que se fuera. Si toda la vida ha sido aquí, que siga siendo».

Más aún los comerciantes y hosteleros. Sobre las doce de la mañana la avenida era ya un río de gente, con varias filas alrededor de las comparsas. Olía ya a pinchitos sobre la barbacoa, a pancetas y chorizo. Las primeras raciones estaban sobre la mesa antes de la una en la calle Diego Hurtado Mendoza.

Unos daban buena cuenta de la comida mientras otros seguían con atención las comparsas. Acudieron 17, todas procedentes de Badajoz salvo una. Es la ganadora de este año, La Kochera, que acude desde Puebla de la Calzada. Allí fue la última oportunidad de ver al coro de góspel que ha impactado este año por su música, su coreografía y su traje. Por ser, en definitiva, diferentes al resto. Tras ellos, artefactos y grupos menores hacen de este pasacalles una segunda edición apetecible para quienes no pudieron verlo el domingo en todo su esplendor. La jornada de tiene concurso. Los ganadores en en comparsas fueron, por este orden, Lancelot, Caribe y Umsuka Imbali. También se dierontres accésit a El Vaivén, Moracantana y Caretos Salvavidas. El premio al mejor estandarte fue para Umsuka Imbali. Y en artefactos ganó 'Pues anda que tú', seguidos de Los loleros, y terceros los Macachapas en Arabia. Todos recogieron el premio por la tarde en el templete de San Francisco, con el resto de certámenes de toda la fiesta.

La Bullanguera no estuvo entre las tres mejores, pero animó a toda la avenida sobre las 13.30 horas. Los turistas estaban encantados con los colores y los bailes. Entre ellos estaba Ana Manzano, que es nacida en Castuera, pero vive en Gerona desde hace 60 años. Aunque viene a la provincia con cierta frecuencia, es la primera vez que acude a los Carnavales. Le encantó. En realidad, se encontró con un día más de Carnaval. El ambiente mezcla las familias con niños pequeños que aprovechan el disfraz de este año con otros que llevan vestidos con imaginación desde las 22.00 horas del lunes.

Entre comparsa y comparsa, los bares y las tiendas abiertas hacían negocio.

Uno de ellos era el estanco 28 de la avenida. Desde allí, Alberto Barragán habla claro: «Para nosotros es una fiesta de barrio donde los negocios hacen su agosto. El martes es mítico. La gente viene y se queda. Esto le da mucha vida a los negocios».

Pero Blas Monge, dueño de Insert Coin Arcade Bar, explica que aún siendo un buen día hay que tener en cuenta que tienen que afrontar gastos todo el año para poder abrir en jornadas rentables como la de este martes.

Marcos Pintiado, de La Esquina, reconoce que hacen caja, pero incide en que no es la mejor del año. Lo importante, dice, es que el barrio se vuelca y que es importante para ellos tener una fiesta del Carnaval, con solera, como esta.