Un viaje sonoro a las Hurdes con 2.600 dibujos

Inma González se ha valido de medios digitales para dar vida a su imaginación, con un programa informático y el iPad. «Es como si tuvieras un lápiz en la mano, da muchas posibilidades». A base de probar e investigar ha montado una historia visual llena de color. «Antes de la música pintaba, pero solo dibujos para mí, no en plan artístico, mi primera experiencia seria ha sido ésta».

Aparte del nombre del tema, Martilandrán (una alquería de 150 habitantes que pertenece a Nuñomoral) es el título de todo el disco, el segundo de este grupo de electropop, que nació en 2015. Les encanta la sonoridad del nombre y la zona donde está enclavado el pueblo, –«siempre que podemos nos vamos para allá», precisa Inma–. Ambos tienen relación con poblaciones aledañas, Montehermoso y Moraleja, que también aparecen en la canción. Se recrean la arquitectura de la alquería, el meandro Melero, las montañas y los cielos de la zona. Más allá de lo paisajístico hay guiños a artistas como Picasso, Van Gogh, Munch, Dalí o Klimt.

La mitología local pespuntea el tema, con la figura del Macho Lanú, una mezcla entre bestia y persona. También hay hueco para homenajes personales como la alusión al grupo Smashing Pumpkins a través de la camiseta de la protagonista, que es la propia autora. «Cada fotograma tiene algo, cosas que para nosotros son cercanas», cuenta Inma, aparejadora de profesión y que se estrenó en el mundo de la musica de la mano Fônal, un proyecto que desdobló a Alfonso Búrdalo, fundador de Burgim. Ella vence la timidez tras sus gafas de sol pop, un símbolo de este grupo, pródigo en canciones pegadizas como 'La tormenta eléctrica' un pepinazo lleno de alegría y cameos locales. Extremadura está siempre presente en sus temas. Reivindican la tierra y también hacen crítica. «Nos gustaría que cambiaran algunas cosas, pero vivimos aquí y lo disfrutamos».