Tratan de estafar a varios comercios de Cáceres con un timo telefónico con códigos QR
Llaman a los empleados, dan datos reales de los negocios y les apremian a hacer un ingreso en la máquina de criptomonedas que hay en el Ruta de la Plata
Varios establecimientos de Cáceres han sido blanco durante este verano de intentos de estafa mediante timos telefónicos con códigos QR. El último se produjo el ... jueves de la pasada semana, día 17, en una tienda de la calle San Pedro, junto a Pintores. Y unos días antes, el 12, ocurrió algo parecido en una franquicia textil instalada en el interior del centro comercial Ruta de la Plata, según ha podido saber este diario. Era la segunda vez que este establecimiento recibía una llamada de este tipo en los últimos meses.
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El patrón se repite en los diferentes casos. Los estafadores llaman por teléfono a los encargados o empleados de los locales, dan datos reales de los negocios y les apremian a hacer un ingreso en la máquina de criptomonedas que hay en el interior del Ruta de la Plata, junto al supermercado de Mercadona. Para ello, les facilitan un código QR que deben emplear a la hora de ingresar el dinero en metálico.
El último intento de estafa, que ha sido puesto en conocimiento de la Policía Nacional, tuvo lugar el pasado jueves sobre las once de la mañana, una hora después de que una tienda de San Pedro abriera las puertas al público. «A esa hora recibo una llamada al teléfono fijo de la tienda de un tal Antonio Ballesteros. Me dice que es para informarme de que iban a traerme dos licencias de algo que ya estaba pagado en la tienda. Y que me iban a llamar de DHL para corroborar unos números de albaranes para la entrega de estas dos licencias», relata la empleada, que prefiere no desvelar su nombre ni el del local.
El último intento se produjo el jueves en una tienda de la calle San Pedro; pedían mil euros
«Se sabían los nombres de mi jefa, de mi jefe, la tienda a la que llamaban... Me siento impotente», dice una de las víctimas
Ella, en un principio, no sospechó nada. «Pensé que era algo que habían pagado mis jefes, yo lo recogía y ya está», admite. El autor de la llamada le pidió su móvil personal con la finalidad de dejar libre la línea de la tienda para que pudieran llamarla, supuestamente, de la empresa de mensajería. Y ella accedió.
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Sin poder colgar
«Me llamaron de la empresa de reparto al fijo y el tal Antonio Ballesteros seguía al móvil. Me dijo que no podía colgar los teléfonos en ningún momento», apostilla, porque se exponía a una multa de 10.000 euros al no poder completarse la operación. Fue entonces cuando la supuesta empresa de mensajería le indicó que había un tercer documento, además de las dos licencias de la que le habían hablado, que estaba por abonar. El importe pendiente era de mil euros.
«Se lo dije al tal Antonio y me dijo que eso había que solucionarlo inmediatamente. Mientras hablaba conmigo fingió que llamaba por otro teléfono a mi jefa –sabía su nombre– y que ella le decía que lo solucionara yo porque estaba de viaje», cuenta la empleada. Efectivamente, su jefa estaba de viaje. Y ella no podía llamarla porque tenía las dos líneas ocupadas. Le envió un whatsapp, pero no lo vio.
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A continuación, el autor de la primera llamada le dio las instrucciones. Debía coger todo el dinero en efectivo que tuviera en la tienda y en un plazo de 20 minutos ingresarlo con el código que le envió a su móvil en la máquina de compraventa de criptomonedas del Ruta de la Plata.
La dependienta cerró el establecimiento y corrió apresurada al centro comercial. Al llegar, preguntó a un trabajador al que conocía dónde se encontraba la máquina. Y él se lo indicó, aunque le cuestionó a continuación si estaba segura de lo que iba a hacer. «Me dijo que podía ser un fraude porque ya había visto otros casos similares», me alertó. En ese momento, se detuvo y colgó el móvil con la excusa de que el cajero estaba averiado. A continuación, llamó a su jefa. Ella no sabía nada.
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«Me han engañado como una tonta. Se sabían los nombres de mi jefa, de mi jefe, la tienda a la que llamaban, si tenía recaudación... Yo lo único que quería es que a mi jefa no le pusieran una multa. Me siento impotente», señala la empleada, que recibió hasta 77 llamadas de teléfono posteriores del supuesto Antonio Ballesteros, quien le dijo además por mensaje que la multa la iba a pagar ella. Esa misma tarde fue a la Policía Nacional para poner el caso en manos de los agentes. «Mi consejo ahora para los empleados de comercio es que tengan mucho cuidado y que corroboren todo con sus jefes», zanja.
Desde la Policía Nacional de Cáceres confirman conocer este caso y, de momento, no les constan otras denuncias por intentos de estafa por este método.
En el intento de estafa ocurrido en la franquicia del Ruta de la Plata las empleadas ya habían sido alertadas por la firma, a nivel nacional, de que en estos casos solo es válida la información que les llega a través de la intranet de la empresa por escrito.
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Un fraude a escala nacional: los precedentes de Aragón y Murcia
Lo ocurrido en Cáceres no es nuevo para la Policía. Ya en noviembre de 2021 la Policía Nacional de Murcia emitió un comunicado en el que alertaba de este nuevo tipo de estafa telefónica en los comercios. Ante la irrupción de este timo, los agentes recomendaban que el trabajador se ponga en contacto con el responsable del establecimiento y que no efectúe ningún pago hasta tener plena certeza de la veracidad del supuesto pedido por el que se reclama el dinero. Un año después, en agosto de 2022, la Jefatura Superior de Policía de Aragón avisaba de un incremento de estafas a comercios de Zaragoza que recibían llamadas telefónicas en la que una personas se hacía pasar por empleado de una empresa cliente para exigir un pago inminente. El modus operandi es muy similar en todos los casos. La estafa comienza con una llamada de teléfono a un local comercial para hacerse pasar por una empresa transportista, suministradora de mercancía o un intermediario de la tienda. Los estafadores indican a su víctima que debe hacer un ingreso urgente para poder recibir ese envío en un breve periodo de tiempo. Al trabajador se le facilita un código QR con el que debe acudir a un cajero de criptomonedas para hacer el ingreso. Hay otra variante en la que el pago no se realiza con QR, sino a través de tarjetas de Google Pay, App Itunes o Bitnovo. Los estafadores facilitan datos veraces a sus víctimas y suelen llamar tanto al teléfono fijo del local como al móvil del empleado, tras pedírselo. Desde el centro comercial Ruta de la Plata se indica que hace un año remitieron a todos los locales una circular para alertarles de este tipo de estafas.
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