Los tesoros aúreos de Segura de León y Serradilla se lucen en el Museo de Cáceres
La exposición muestra las similitudes de la rica orfebrería de época orientalizante hallada en las dos provincias extremeñas
A. Murillo
Viernes, 31 de enero 2025, 17:36
La joyería que lució la élite social que habitó tierras extremeñas hace más de 2.500 años se exhibe en el Museo de Cáceres. La Casa de Las Veletas acoge desde este viernes la exposición 'El Tesoro de Segura de León: 40 años después', tras el éxito cosechado durante su estancia en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. Ahora la capital cacereña brindará al visitante la oportunidad de contemplar en el mismo espacio dos de los conjuntos áureos más significativos de Extremadura: los tesoros de Segura de León y Serradilla, en pleno corazón de Monfragüe.
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La exposición resalta la similitud entre ambos conjuntos ornamentales, tanto en su cronología como en las refinadas técnicas de orfebrería empleadas y contexto histórico. Se trata de piezas únicas que evidencian los lazos de la Extremadura protohistórica con el Mediterráneo y su importancia en el comercio y las relaciones culturales de hace más de 2.500 años.
El Tesoro de Segura de León, descubierto en febrero de 1984 por Florentino Quirol Quintero en la Sierra de la Martela, está compuesto por cuatro piezas de oro: tres placas decoradas y un colgante en forma de bellota. Las placas presentan una ornamentación compleja con rostros humanos, cabezas de animales y cabujones en los que originalmente se engastaban piedras preciosas. Estas piezas, datadas entre los siglos VI y IV a.C., reflejan el refinamiento y el lujo que demandaban las élites de la época.
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El Tesoro de Serradilla es considerado, tras el Tesoro de Aliseda, el mejor ejemplo de orfebrería orientalizante hallado en Extremadura. Fue descubierto en 1965 por el barquero Julián Cardador Gómez, en una vasija en un olivar de Serradilla. Tras tenerlas un tiempo en su casa, el hombre intentó vender el rico conjunto de oro en una joyería de Plasencia, e inmediatamente fue arrestado al pensar las autoridades que se trataba de piezas robadas. Finalmente se libró de la cárcel al comprobarse que eran joyas del periodo orientalizante, datadas cinco siglos anteriores a cristo.
El conjunto está compuesto por 24 piezas de oro. Incluye varias arracadas, dos de ellas con apéndice triangular de glóbulos formando racimo; dos cadenas; un fragmento decorado con cordoncillos; un fragmento de oro retorcido; un cilindro de oro y siete placas trapezoidales profusamente decoradas, una de ellas con una cabeza de perfil sobre un doble prótomo de ave, las otras con motivos circulares y en forma de bellota.
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Algunos especialistas interpretan su iconografía como una representación de la diosa Astarté flanqueada por cisnes, mientras que otros la vinculan a elementos del yacimiento tartésico de Cancho Roano (Zalamea de la Serena).
Este conjunto, datado entre finales del siglo VI y el siglo V a.C., es un reflejo más de la vinculación de las culturas mediterráneas en la península.
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