El riesgo de incendio en la Sierra de la Mosca de Cáceres supera en un 400% la media habitual
La Junta declara de interés regional la ejecución de medidas preventivas en más de 400 parcelas de la capital y Sierra de Fuentes
La cacereña Sierra de la Mosca supera en más del 400 por ciento la media habitual en Extremadura de riesgo de incendio, según la Junta de Extremadura. La zona es especialmente sensible, tal y como llevan poniendo de manifiesto los propios vecinos e incluso bomberos y Policía Local. Profesionales de ambos estamentos ya han denunciado en los últimos veranos el mal estado en el que se encuentran numerosos caminos de la Montaña, por algunos de los cuales no es que no pasen dos vehículos sino que encuentran serias dificultades los camiones o todoterrenos del Sepei.
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La Diputación abordó en 2020 la elaboración de un inventario de patologías de cada camino para ponerlo a disposición del Consistorio y que fuese el Gobierno municipal el que decidiese qué intervenciones eran más prioritarias.
De momento, el primer paso lo da la Junta de Extremadura. La Consejería de Desarrollo Local ya tiene listo el borrador del Decreto que amplía la zona de alto riesgo de incendios forestales de la Sierra de San Pedro para incluir precisamente la sierra cacereña.
En este borrador, se declara «de interés general la ejecución de los trabajos e infraestructuras preventivas» de incendios para lo cual se plantea una actuación subsidiaria de la administración regional. Así se le ha comunicado ya a algunos de los propietarios de los terrenos afectados, que cuentan con un plazo de 15 días desde que reciben dicha comunicación para formular las alegaciones que consideren necesarias.
Se estima que están incluidas en el área de protección que se amplía más de 400 parcelas de los términos municipales de Cáceres y de Sierra de Fuentes.
En el caso de la capital, se trata de las del polígono 21 completo, aunque se excluye «todo el territorio al oeste de la Ronda Sureste», se apunta. En el caso de Sierra de Fuentes son los polígonos 8 y 9. De este último se ve afectada la parte oeste de la carretera CC-26.1. No se incluye el área urbana.
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Lo que pretende la Dirección General de Política Forestal es dotar de los medios suficientes un área muy expuesta y cuya proximidad a zonas habitadas multiplica la necesidad de intervenir. El proyecto de decreto para ampliar la zona de alto riesgo y modificar la planificación preventiva se encuentra en exposición pública.
En el documento se aportan algunos datos significativos. En las dos últimas décadas se han producido en Extremadura casi 20.000 incendios. Exactamente, 18.550 en algo más de 4,1 millones de hectáreas. En el mismo periodo, en la zona de ampliación del área de alto riesgo de incendios que afecta a la Sierra de la Mosca han sido 71 fuegos. La superficie, 3.431 hectáreas.
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Mientras que en Extremadura se contabiliza un incendio por cada 221 hectáreas, en la Sierra de la Mosca es uno por cada 48 hectáreas. Por lo que respecta a la incidencia, desde la Junta se incide en que está «por encima del 400 por ciento de la incidencia media regional».
Por ello, ha decidido actuar y lo hará con medios propios. En el apartado relativo a la financiación de esas intervenciones se alude a «ejecución de las infraestructuras y trabajos mínimos necesarios para la prevención y extinción». «Se hará con cargo a las aplicaciones de los presupuestos generales de la comunidad». El plan de defensa se refiere a mejoras en los viales con tramos de enlace, adecuación de la banda de rodadura, ensanchamientos y crear una franja de tres metros circundante a edificios o elementos vulnerables.
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También quiere ampliar un área de 30 metros con eliminación de vegetación leñosa o herbácea. Se perfilan bandas «de selvicultura preventiva de hasta ocho metros de anchura». Cuando las mismas afecten a las zonas ajardinadas de viviendas serán los propietarios los que asuman la responsabilidad. Habrá puntos de agua para facilitar la actuación de los bomberos en un área que el PSOE, cuando estaba en la oposición municipal, calificó como «un polvorín». Miembros de la Policía y los bomberos habían alertado de la dificultad para trabajar allí en caso de incendio grave o necesidad de evacuación.
La última intervención fue del Ayuntamiento, con la concesionaria
La última intervención en el entorno de la Montaña ha sido del Ayuntamiento. Además de la tradicional campaña de desbroce que se lleva a cabo cada año, el Consistorio recurrió a la concesionaria de jardines en 2020 para afrontar la limpieza de unos nueve kilómetros de caminos en mal estado . Fueron los operarios de la empresa Talher los encargados de desarrollar esa actuación. De esa forma, el Consistorio trataba de atender una demanda histórica de propietarios y vecinos, aunque ya entonces se asumió que sería insuficiente.
Se invirtieron 20.600 euros en limpiar y desbrozar viales, también los menos utilizados de forma habitual aunque se optó por su adecuación por si fuera necesario su uso en caso de una hipotética evacuación. Los trabajos se ejecutaron, tal y como se informó en su día, con motos desbrozadoras, tractores y desbrozadoras de mano con disco.
Las quejas por el mal estado de accesos y caminos son recurrentes. La última gran inversión se produjo hace más de una década, en el año 2010 y a través del Plan E. Se mejoraron seis kilómetros de terreno y caminos con una actuación que entonces se valoró en 296.000 euros y pagó el Gobierno central.
El compromiso municipal había sido que se habilitaría una partida en los presupuestos para nuevos trabajos.
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