El Palacio de los Golfines de Abajo, en Cáceres, recupera el retrato de su último habitante
El cuadro de Jorge Miguel Gordón ha regresado a la ciudad desde la sede madrileña de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno
El Palacio de los Golfines de Abajo tiene un nuevo inquilino. De sus paredes cuelga un cuadro recién llegado que no es del todo un desconocido. El retrato de Jorge Miguel Gordón, el último morador de una de las construcciones más impresionantes de la parte antigua, ha retornado a la Ciudad Monumental después de permanecer en la sede que la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, dueña del palacio, tiene en Madrid.
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«El retrato de Jorge Miguel Gordón está de vuelta en el palacio», ha comunicado esta semana en sus redes sociales el propio Palacio de los Golfines. Acompañó la noticia con tres imágenes y unos datos sobre el autor de la obra: José de Madrazo, «fundador de una dinastía de artistas, pintor de cámara y académico de San Fernando, que culminó su carrera como director del Museo del Prado, de 1838 a 1857».
El retrato se ha instalado en el gabinete situado en la primera planta. Jorge Miguel Gordón y Retes (1796-1849) fue el marido de Petra Golfín de Carvajal y de la Casas, cuarta condesa de Torre Arias y sexta marquesa de Santa Marta.
Miguel Ángel Arroyo, responsable de la fundación en Cáceres, precisa que De Gordón fue el último residente que tuvo el Palacio de los Golfines. De hecho, está enterrado en el cementerio municipal de Cáceres. «Se casó con la última Golfín y fue el suegro de Enrique Pérez de Guzmán el Bueno», apostilla. El cuadro, precisa, se encontraba originalmente en Cáceres. Se desconoce cuántos años ha pasado fuera.
Hay que recordar que la última propietaria del palacio, Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, nació en San Sebastían y residió toda su vida en Madrid. Falleció en 2012 sin herederos directos y legó todo su patrimonio a la fundación que lleva su nombre.
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La sede de esta fundación se encuentra en la madrileña calle del General Martínez Campos, donde Doña Tatiana tenía instalada su vivienda familiar. Y desde aquí ha viajado el retrato de su antepasado para quedarse. En 2016 el cuadro vistió de manera temporal el palacio como parte de una exposición titulada 'Reflejos y miradas'.
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