«Hoy tenía que recuperar mi casa pero la huelga de justicia lo impide»

Este jueves, 16 de marzo, era el día. El juzgado había fijado esta fecha para llevar a cabo el lanzamiento que permitiría al dueño de la propiedad recuperarla íntegramente, ya que una parte estaba ocupada por una persona marginal, que ha residido en su interior durante dos décadas.

Pero justo este miércoles el abogado del propietario le dio una mala noticia. La huelga de letrados de la Administración de Justicia, que se inició el 24 de enero a nivel nacional, obligará a aplazar esta operación y buscar un nuevo día. Llueve sobre mojado.

«Es un sinsentido que yo no pueda disponer de mi casa. Hoy tenía que recuperarla pero la huelga lo impide», lamenta el dueño de la vivienda situada en el número 32 de la calle Picadero. La casa, de una sola planta, hace esquina con la calle Belén. Para entender la problemática hay que tener en cuenta un dato clave.

Los antiguos dueños de la casa decidieron edificar en el patio de la vivienda una especie de apartamento de 29 metros cuadrados, que cuenta con un acceso directo a la calle y está legalizado. A vista de cualquier viandante parecen dos edificaciones diferentes. Por un lado está la casa principal, cuya puerta se encuentra en la calle Belén. La fachada está pintada de amarillo. Y a su lado se aprecia otra fachada totalmente diferente, con dos ventanas cuyos cristales están rotos y con muros desconchados. El Ayuntamiento, de hecho, ha instado a su arreglo debido al mal estado en el que se encuentra y a la mala imagen que proyecta.

A esta edificación pequeña, pegada a la principal, llegó hace 20 años un varón con problemas con las drogas y el alcohol, habitual entre el grupo de personas que se reúnen en la Plaza de Santiago. Vivía sin luz ni agua.

Cuando el nuevo dueño adquirió la casa al completo no se planteó en un principio que este hombre se fuera. Pero todo se complicó un mes más tarde. A la casa del patio –relata– llegó otro ocupante más conflictivo. y, para evitar problemas, decidió iniciar una proceso judicial con el fin de recuperar el espacio. «Se había convertido en un punto de venta de droga», apostilla el dueño.

En diciembre de 2021 una sentencia le dio la razón. El juzgado de primera instancia e instrucción número 4 dio el visto bueno al «desahucio por precario al carecer el demandado de título alguno que le legitime para la ocupación de la finca». El tribunal condenaba al hombre a dejar libre la edificación. «De no hacerlo, será lanzado a su costa», advertía la titular del juzgado. En la sentencia se apunta que el propio demandado reconoció ocupar la vivienda y que, al mismo tiempo, manifestó que fue su esposa quien suscribió un contrato de arrendamiento.

Tras el fallo judicial, el primer lanzamiento fijado se aplazó porque el demandado solicitó la asignación de una vivienda social, una petición que ralentizó el proceso. Cuando se la dieron, en Aldea Moret, la rechazó. El pasado mes de enero entró en prisión, condenado por un intento de agresión a un agente de la autoridad.

Aprovechando esta circunstancia, el dueño de la vivienda solicitó la autorización de la ocupación pacífica del inmueble, que le denegaron al estar fijado el nuevo lanzamiento para este 16 de marzo.

Tiene prisa, comenta, porque ha solicitado una subvención para la reforma que debe invertir en un año. La prórroga que ha pedido se acaba en junio.