Familias del colegio Cervantes de Cáceres: «Sin calefacción es como dar clases en la calle»
El Cervantes lleva un año con cortes en la climatización debido a una avería en el depósito, según denuncia su comunidad educativa
Invierno, repunte de frío con mínimas de cuatro grados en la ciudad y los 165 alumnos del colegio Cervantes de Cáceres sin calefacción en ... ninguna de sus aulas. Las familias y la dirección de este centro público lamentan que ni la Consejería de Educación ni el Ayuntamiento hayan resuelto los problemas estructurales que sufre este inmueble, con cinco décadas de vida.
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El más acuciante es el fallo en el sistema de calefacción, que obliga a los niños a tener que ponerse el abrigo en horas lectivas. Según detalla Astrid Silva, miembro de la Ampa de este centro la caldera funciona, pero el problema está en el depósito de combustible, que permanece soterrado y que tiene filtraciones de agua, lo cual impide su normal funcionamiento, ya que inutiliza el gasoil.
La empresa suministradora del combustible les entregó un depósito externo más pequeño, cuya carga se termina periódicamente, por lo que los radiadores dejan de dar calor. «Cada tres días en circunstancias normales se agota», señala esta madre. Y así están desde hace al menos un año, con parones cada poco. Desde la pasada semana, desde el miércoles en concreto, están sin calefacción. Se ha pedido a la empresa encargada, radicada en Córdoba, que venga a rellenar, pero no pueden hacerlo hasta que no haya más solicitudes de colegios y lo hagan de forma conjunta.
¿Cómo es acudir al colegio sin calefacción? «Dar clase en la calle o en el colegio ahora es lo mismo porque tenemos la misma temperatura», señala Astrid. «Cuando tienen que salir al patio o cuando tienen Educación Física se están moviendo, pero el año pasado mis hijos tuvieron que llevar mantas».
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La directora del Cervantes, Milagro Caballeros, respalda las reivindicaciones de la Ampa e insta también a las instituciones a que mejoren las instalaciones de un colegio que cuenta, además de con los ciclos de segundo ciclo de Infantil y Primaria, con un aula de dos años.
Tanto la Consejería de Educación como el Ayuntamiento están al tanto de la situación de este centro. «El Ayuntamiento hace la parte de mantenimiento, considera que esto es una obra nueva porque la solución de la calefacción pasa por instalar un depósito exterior, y que eso ya no les corresponde», indica la representante de la Ampa que apunta que en los últimos consejos escolares no han acudido el concejal de Educación ni ningún otro edil, como marca la ley . Consultado por este diario el Ayuntamiento explica que está previsto que hoy miércoles se proceda al llenado del depósito de la calefacción.
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Pero la lista de problemas va más allá del estado de la calefacción. La comunidad educativa del Cervantes lamenta también el estado en el que está la cubierta, con numerosas goteras. En diciembre se produjo la caída de un techo por el temporal. Respecto a las goteras el consistorio explica a este diario que se han ido reparando y que lo seguirá haciendo, pero que la reparación de la estructura completa es competencia de la Junta. Educación no ha respondido a HOY sobre sus planes más inmediatos respecto a las necesidades del colegio Cervantes.
Ascensor
Otro problema que señala la representante de las familias es la falta de un ascensor para mejorar la accesibilidad en sus dos plantas. «La clase de sexto de primaria esta vez han tenido que trasladarla a la planta de abajo porque este año hay una serie de alumnos con necesidades que no pueden subir las escaleras, hace un mes desde Educación enviaron una nueva alumna con silla de ruedas, no sé si se olvidan que no hay ascensor, está pedido y llegó a estar licitado, pero con el cambio de gobierno creo que caducó».
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Aunque se han acometido diferente reformas, como la del gimnasio, el colegio requiere muchas mejoras, precisa Astrid Silva, que anuncia movilizaciones si la situación no se resuelve. «Queremos movilizar a todos los padres, yo siempre digo que lo que no se nombra no se ve».
Han ideado varias campañas, pero aún no han puesto en marcha ninguna. Una de las ideas era poder visualizar lo que significa dar clases sin calefacción haciendo una especie de simulacro de clase al aire libre en los soportales del Ayuntamiento. También han pensado que todos los niños acudan al centro con un calefactor de aire, una medida simbólica, porque no podrían enchufar estos aparatos portátiles por falta de potencia eléctrica suficiente. La idea es dejar al descubierto una situación que quieren que se resuelva cuanto antes.
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