El director del hotel, Joaquín Arimón Vegas, junto a parte de la plantilla que da servicio en el nuevo hotel cacereño. JORGE REY

Dos reservas y 18 trabajadores: así es el primer día del hotel Hilton de Godoy de Cáceres

El establecimiento, de cinco estrellas, ha abierto sus puertas después de dos años y medio de obras

Cristina Núñez

Cáceres

Martes, 2 de septiembre 2025, 14:05

Dos años y medio después del inicio de sus obras el hotel Palacio de Godoy de Cáceres, un cinco estrellas de la cadena Hilton ... , este martes ha abierto sus puertas en el recinto ubicado entre Santiago y la calle Zapatería, en donde se accede desde su llamativo jardín. Su director, Joaquín Arimón Vegas, limaba esta mañana todos los detalles para que en esta primera jornada todo fuera rodado. Hacia las once y media de la mañana brindaba con sus empleados para atraer a la buena suerte en esta particular botadura de un espacio que une las culturas peruana y española, en referencia al viaje de ida y vuelta a América que llevó a cabo el fundador del palacio original del siglo XVI, Francisco de Godoy.

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«Estamos muy ilusionados y con muchas ganas de abrir el hotel a la ciudad de Cáceres», explicaba en este arranque que ha sido suave, con solo dos reservas para alojarse, pero con todos los servicios en marcha. «Por política de Hilton siempre se abre muy progresivamente». El primer café, a cinco euros y el primer zumo, a tres, se sirvieron en la cafetería, que se llama Virú, pasadas las once de la mañana, el restaurante Mamay Aldana tenía previsto estar activo desde la hora del almuerzo y el 'roof top', la espectacular azotea con vistas panorámicas, a las ocho de la noche. Se trata, sin duda, junto al jardín exterior, de uno de los espacios estrella del nuevo establecimiento, para el que se ha restaurado un edificio renacentista y al que se ha añadido una parte de nueva planta. La arquitectura es obra de BSV Arquitectos y los jardines han sido diseñados por Álvaro de la Rosa, con la particularidad de que se riegan de forman natural con agua que brota de la roca del subsuelo de Cáceres.

La cafetería ofrecía este martes sus primeros servicios. JORGE REY

El hotel echa a andar con una plantilla de 37 personas, aunque este martes había unos 18 empleados trabajando. «Esperando a que cuando acabe el año estemos en torno a 47 y después de un año, en septiembre del año que viene estaremos en más de 60, iremos creciendo con el hotel», señalaba Armirón. Las 73 habitaciones, de las cuales cinco son suites, están ya a la espera de ser ocupadas. Una de las que este martes acoge huéspedes era una de esas suites, con vistas a Santiago. Cuenta con una sala de estar previa al dormitorio. En la decoración hay un mosaico que hace de cabecero elaborado por la artista local Marta Barroso, y el lavabo es de piedra, creado de una sola pieza por un cantero.

Armirón destacaba que el hotel está preparado para los clientes que están alojados pero también para los vecinos de la ciudad. «Todo lo que es restaurante, cafetería, 'roof top' y spa está abierto para todos los usuarios, tiene sus horarios pero no hay ningún problema en que vengan personas que no están alojadas». De los primeros en atravesar la puerta del establecimiento hotelero fueron vecinos de la zona, ansiosos por conocer un espacio que ha creado expectación. «Hay gente que nos dice que ha nacido aquí», detallaba el director del hotel.

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Entre fogones estaba Antonio Manuel Céspedes. Natural de la localidad pacense de Ahillones y con experiencia en restaurantes con estrellas Michelín, explicaba que el restaurante, Mamay Aldana, tiene «un precio asequible». El tique medio es de 60 euros. «Hacemos guiños al tornaviaje a Perú que define el restaurante». Está por ver cuál será el plato estrella, aunque él destaca de la carta la presa ibérica con pera o el postre de higo. En cuanto a los primeros «habrá de todo: ensalada, buñuelos, será muy variado». Céspedes aspira a que este restaurante sea un sitio «al que la gente quiera venir por lo bien se come y cómo te atienden».

Los trabajadores van ataviados con uniformes que suponen un guiño a la identidad regional, con casacas hechas con telas como las de los cien colores o ribetes del estampado de sandía. Los ha elaborado una empresa de Mérida. María Brillo, recepcionista, señalaba esta mañana que la apertura de negocio le ha permitido volver a su ciudad. «Esta cadena es una oportunidad, te ofrecen estabilidad, estamos todos muy ilusionados».

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