La Diputación de Cáceres instala los detectores de ciclistas en la carretera del Casar
El sistema, que se alimenta de luz solar, alerta a los conductores de la presencia de bicicletas en un tramo de cinco kilómetros
En los próximos días los ciclistas que circulan por la CC-38, la carretera provincial que conecta la localidad de Casar de Cáceres ... con la capital cacereña lo harán con algo más de seguridad gracias al sistema de detección de bicicletas que está terminando de instalar la Diputación.
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Los sensores no están activos todavía y la baliza no se ilumina, estarán operativos próximamente. Por ahora se ha acometido la parte de obra civil y se ha anclado al arcén la señal que alerta a los conductores de la presencia de ciclistas en la vía. La Diputación dará todos los detalles cuando esté en funcionamiento.
La señal de tráfico está situada a pocos metros de la rotonda de la Ronda Norte. Cuando circula alguna bicicleta el parpadeo avisa a los vehículos que la siguen de su paso, recordando, en este caso concreto durante un tramo de cinco kilómetros, que deben mantenerse a un metro y medio de los ciclistas, que es la distancia obligatoria por ley a la que los conductores deben realizar los adelantamientos.
Este tipo de sistemas ya están siendo utilizados en otros lugares. Están compuestos de sensores que se colocan en la calzada y se alimentan de la luz solar, iluminándose cuando las bicicletas pasan delante de ellos.
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Es una medida de seguridad que se suele instalar en carreteras y tramos que entrañan especial peligro, con cambios de rasante, curvas y poca visibilidad, para proteger a los ciclistas.
«El principal problema de esta vía es la velocidad a la que pasan los coches», sostiene un club ciclista, que aplaude el sistema
La CC-38 es una vía con un único carril por sentido de circulación que soporta bastante tráfico, especialmente los días de diario y en horario laboral. Además de conectar la capital cacereña con el municipio vecino de Casar, es una de las salidas hacia la autovía A-66, por lo que el tránsito de turismos, furgonetas de reparto y vehículos comerciales es constante.
Clubes ciclistas como el cacereño Fucky procuran evitarla, asegura Francisco Márquez, uno de sus integrantes, porque, según indica, los coches circulan a gran velocidad.
El límite está fijado en 90 kilómetros por hora y a esa velocidad el golpe de un vehículo es mortal. «El principal problema es la velocidad a la que pasan los coches, porque aunque el arcén es estrecho hay carreteras y puertos de montaña con un arcén reducido y no son peligrosas», ilustra Márquez, que apunta que el club al que pertenece suele circular por la N-630.
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No obstante, el ciclista reconoce que todo lo que sea para apoyar la seguridad vial y al colectivo de ciclistas «es interesante» porque es una carretera con mucha carga de tráfico rodado.
En este sentido, cabe recordar que en su día un estudio arrojó que circulaban una media de 10.000 vehículos diarios, llegándose a pedir incluso eldesdoblamiento por su peligrosidad.
El pasado noviembre la Diputación publicó la exposición pública de este proyecto. La obra, con un presupuesto de 25.000 euros, se la adjudicó la empresa Insegsa Ingeniería Preventiva S.L.
En esta carretera de unos diez kilómetros está pendiente de ejecutarse el carril bici aprobado con cargo a fondos del programa europeo Dusi, con el que se están acometiendo otras actuaciones en la ciudad, como la reforma de la calle Gómez Becerra.
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El proyecto, con una inversión de 200.000 euros, se anunció en 2018 como un corredor para ciclistas que enlazaría con el carril bici de la Ronda Norte que llega hasta Sierra de Fuentes.
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