Crece la inquietud vecinal por la llegada de jabalíes a más zonas del casco urbano de Cáceres

En las últimas semanas ha crecido la inquietud vecinal por la llegada de esta especie salvaje a Montesol y el Paseo Alto. En el barrio de Mejostilla, varios ejemplares de adultos con sus crías han sido vistos junto a las pistas deportivas Esperanza Mendoza, un área de gran afluencia familiar. Merodean también por la parte trasera del cementerio y el entorno del residencial Infanta Isabel, junto a la Plaza de Toros.

«Hace dos fines de semana subía con mi familia de paseo por la acera del cementerio y mi marido los vio pegados a la valla de arriba. Parecían tres hembras y cuatro jabatos. Nos pudimos acercar para verlos sin problema, eso sí, no nos perdían de vista», cuenta la cacereña Laura Vivas, que tomó varias fotografías del encuentro.

En Montesol otra vecina grababa hace días al caer la tarde un video con varios animales a pocos metros de bloques de viviendas y parques infantiles: «¡Que se arrancan!», exclaman los niños presentes mientras los jabalíes cruzan sin inmutarse el acerado. «Estamos sufriendo este problema y aunque hemos leído que se van a tomar medidas para que desaparezcan, aún no se ha hecho nada», lamenta el presidente vecinal de Montesol, Joaquín Valhondo.

Uno de los problemas que ve el presidente de la Asociación Paseo Alto, Raúl Gallego, es el mal estado que presenta el vallado de este recinto, lo que permite a los animales acceder con libertad. El dirigente asegura que los jabalíes han protagonizado algún incidente con perros. «Se ha tirado alguno a algún perro suelto, porque aunque está prohibido llevarlos sin correa, hay dueños que creen que el Paseo Alto es campo en vez de un parque y los sueltan cuando pasan la Plaza de Toros», se queja Gallego.

Pese a que en Cáceres no se ha registrado ningún ataque de jabalíes a personas, lo cierto es que estos animales causan importantes destrozos en las zonas verdes y provocan accidentes de tráfico, como los sustos que ya ha habido en la Ronda Sureste.

Junta y Ayuntamiento anunciaron el verano pasado un programa científico para controlar su población, desarrollado por la empresa especializada en gestión cinegética Ingulados, que todavía no se ha puesto en marcha. Se explicó que se combinarían acciones cinegéticas con otras para extraer a los ejemplares, y que serían ejecutadas por la Federación Extremeña de Caza y Tragsa. Desde la Junta indican que se está preparando el proyecto, que requiere de un estudio previo por tratarse de un área poblada y con dispersión de viviendas. Su intención, según apuntan, es iniciarlo en abril.

La propuesta de la Federación de Caza, cuya implicación está por definirse, pasa por realizar aguardos con arqueros en puntos fijos para abatir a los animales, «un método efectivo que no ha dado problemas en parajes urbanos de Madrid o Málaga, donde el control de estos jabalíes 'urbanitas' con cazadores arqueros es muy habitual», afirma su presidente, José María Gallardo.