El control del tráfico con cámaras de otras 23 vías en Cáceres se aplaza hasta que acabe la obra de Parras
La ordenanza ya ha sido aprobada por el pleno, pero se descarta que las restricciones de acceso a los vehículos se apliquen sin haber terminado la semipeatonalización
El control de tráfico mediante cámaras en más de una veintena de vías del entorno del centro histórico deberá esperar un poco más. El montaje ... de los dispositivos se llevó a cabo a finales de 2022, pero siguen sin funcionar. Cuando se ejecutó la instalación se apuntó a enero o febrero para que entrase en vigor la nueva ordenanza reguladora. En realidad ya había habido una aprobación inicial en pleno en junio, pero la definitiva no llegó hasta marzo pasado. El Consistorio abrió un proceso de participación y atendió algunas alegaciones de los residentes. Entonces anunció que el 1 de junio el sistema tendría «pleno funcionamiento». Más de tres meses después, las cámaras siguen en su sitio aunque inoperativas.
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Deberán seguir esperando, en este caso a la conclusión de las obras de semipeatonalización de la calle Parras y su entorno. Así lo confirmó ayer el equipo de Gobierno, que descarta aplicar el control de tráfico en unos puntos y en otros no. Las 23 calles y plazoletas afectadas, desde San Ildefonso a San Antón, y con efectos en Pizarro, Damas, Consolación, Torremochada o la plaza de las Candelas, se activarán a la vez. El diseño se inició ya en el año 2020.
Lo que hacen esas cámaras es registrar las matrículas de los coches que acceden a esa nueva área restringida y confirmar que están dentro del sistema.
En caso contrario, se les sanciona. Es un mecanismo que se viene aplicando con éxito en distintas zonas y que ha permitido avanzar en la peatonalización, con mayor protagonismo para los viandantes y menos para los vehículos de motor. La Plaza Mayor y alrededores, San Pedro de Alcántara, Obispo Ciriaco, Segura Sáez, Clemente Sánchez Ramos y más recientemente Gómez Becerra forman parte de ese proceso que ha cambiado el mapa del tráfico en la capital cacereña.
El diseño de la nueva zona restringida se inició a finales de 2020, pero aún no ha podido entrar en vigor
En junio, el Gobierno local, todavía con el PSOE al frente, explicó que se retrasaba el control de acceso al centro de Cáceres mediante cámaras por «cuestiones técnicas» relativas a ajustes tecnológicos. La explicación que se ofreció fue que la demora tenía que ver con «los cambios tecnológicos necesarios» por lo que sería ya el nuevo Ejecutivo presidido por Rafael Mateos el que debería acelerar esos cambios «para que entre en vigor cuanto antes», se apuntó.
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Prioridad peatonal
Ahora, la respuesta del Ayuntamiento es que antes de activar ese control con cámaras deberá estar finalizada la obra de semipeatonalización en Parras-Galarza y las arterias aledañas de Clavellina y San Antón. Pasan a ser áreas de prioridad peatonal y con una velocidad máxima para los vehículos de 20 kilómetros por hora. Ello no impedirá que los conductores puedan acceder al parking de Obispo Galarza desde San Antón.
En principio se planteó un dispositivo que permita saber si hay plazas libres y si el coche estaciona en el aparcamiento, lo que evitaría la sanción. La multa máxima es de 3.000 euros. Esa adaptación tecnológica sería el siguiente paso tras concluir la obras de Parras, según el Consistorio.
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En una reciente visita del alcalde a las mismas se abordó como posible fecha de finalización la primera quincena de octubre. «Cuando nosotros entramos en junio nos encontramos totalmente parado el proceso», lamentó el regidor entonces.
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