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Comercios cacereños de cuando se fiaba
Antonio García relata en un libro vivencias de 150 negocios que llegaron a cumplir 30 años en la ciudad de Cáceres
Al preguntarle a Antonio García Villalón qué ha llamado especialmente su atención, tras estudiar los comercios con historia de Cáceres, contesta con rotundidad: «El que ... en los años setenta se fiaba, todo el mundo pagaba luego. Se compraba a cuenta y a final de mes o a primeros se pagaba. El comerciante apuntaba en una libreta las deudas de los clientes, que al final siempre pagaban. Hay comerciantes que conservan esas libretitas con los nombres y cantidades de dinero».
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García Villalón acaba de publicar el libro 'Negocios de Cáceres de ayer y de hoy', que fue presentado en el salón de actos de Cajalmendralejo por María Ángeles Costa, concejala de Economía, Hacienda, Mercados, Contratación, Comercio, Empresa y Régimen Interior.
«Otra cosa que me parece curiosa –cuenta Antonio García– es que casi todos los comerciantes de antes, los que ahora son mayores, empezaron igual: trabajando con 10 o 12 años como mozos, y luego ya montaban su propio negocio, en el que en algunos casos siguen trabajando sus hijos».
En el libro cuenta la historia de 150 negocios de Cáceres que llegaron a cumplir los 30 años de vida. Aquí están, entre otros: Ferretería Cancho, Nati, Pescadería Salgado, Musical Barragán, Artipiel, Juguetes Sevilla, Mostazo, Joyería París, Kike's, El comercio de Maruchi, Bazar Gran Canaria, Pastelería Imperial, Moto Carlos Hernández, Cristalería Ibiza, El quiosco de Pepe, Electro-lar Agustín, Aeco Serigrafía, El Siglo, Pelín, Mirat, Docu, Joyería Nevado Nevacam, Mudanzas Cerro, Acuario, Hotel Álvarez, Bar Amador, Churrería Ruíz, Las Cancelas, Zapatero Cortés, Conyser, Tambo, Complejo Álvarez, Foto Javier... El libro tiene más de 1.000 fotografías, pudiendo adquirirse en las librerías por 40 euros.
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En 'Negocios de Cáceres de ayer y de hoy' hay historias de personajes como Antonio Dionisio Acedo que en la calle Paneras abrió el bar 'El Sanatorio' con su slogan publicitario: «Por más vueltas de doy, al Sanatorio siempre voy», y que en 1976 abrió la Ferretería Diosán. Antonio Dionisió falleció en enero de 2020 con 89 años.
De La Marina al Jamec
También se recuerda a Virgilio García Álvarez, el empresario que en 1951 arrendó el bar llamado 'El Sordo' en la calle Moret, y que en 1961 abrió en la avenida Virgen de la Montaña 'La Marina'. «Dentro de unos días –afirma Antonio García–, La Marina va a cumplir 61 años, 61 años en el mismo sitio y con la misma familia; porque quien lleva ahora el local son descendientes de Virgilio». Un establecimiento con historia, que alabó el periodista Tico Media, cuando escribió en el Diario Ya que la mejor plancha de España estaba en Cáceres, en La Marina. Virgilio fue tan listo que como tenía varios clientes que le pedían un revuelto de «cualquier cosa», al final ofreció la ración llamada 'Cualquier cosa', que era la más cara de todas.
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Uno de los comercios que se recuerda en el libro es la Sastrería Rafael, que 2014 cerró. Estaba en la calle San Pedro de Alcántara. Cerró al jubilarse sus dos socios: Rafael Bergillos y Jesús Ávila. Los dos se quedaron con el negocio que setenta años antes abrió su familiar Rafael López Muñoz (1911-1983) originario de un pueblo de Córdoba.
Otro negocio que se recuerda es 'El Precio Fijo' que estaba en la calle Pintores. Fue considerado el primer bazar y juguetería de Cáceres. Lo fundó la familia del artista Eulogio Blasco (1890-1960). Cerró en 1972, hace ya 50 años.
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Tiene un espacio el libro para el histórico Jamec de la calle Pintores. Un hotel, café-bar y restaurante que abrió el 25 de febrero de 1935 Eugenio Alonso Rubio, que decidió bautizar a su negocio con una palabra formada por la primera letra de su nombre y los de sus cuatro hermanos: José, Antonio, Manuel, Eugenio y Carlos. El Jamec, con su espíritu bohemio, fue el lugar de tertulias en las que participaron desde el escritor Pedro de Lorenzo al poeta Jesús Delgado Valhondo, y en sus 17 habitaciones se alojaron personajes como José Antonio Primo de Rivera, Torcuato Fernández Miranda, o el gran pensador Ortega y Gasset que se alojó durante un mes. Se cerró el establecimiento en 1980, cuando su propietario tenía 77 años. Era Antonio Alonso Paniagua, hijo del fundador.
En 'Negocios de Cáceres de ayer y de hoy' también se recuerda el origen de 'Tejidos Amado', la primera tienda de retales de la ciudad, que tuvo entre sus clientes a Ana Mariscal, Teresa Rabal y Nati Mistral. Se fundó en 1967 por el matrimonio formado por Francisca Chamorro y Juan Jesús Amado Vivas.
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Son 150 comercios con más de 30 años de historia. Pueden parecer muchos, pero hay más. «Yo echo en falta más de un establecimiento que recordaba de cuando era joven –dice Antonio García–; pero no salen porque no he sido capaz de localizar a sus descendientes; también hay algunos que no salen porque no han querido salir».
Hay comercios que no aparecen porque ya ha escrito sobre ellos en su libro 'Más de cien chascarrillos de Cáceres'. En esa obra señala que el comercio más antiguo de la ciudad es 'Mármoles Vivas' con más de 100 años de vida, seguido de 'Peña'. También habla aquí de 'Patatas Fritas El Gallo'', y de los 'Almacenes de Los Sobrinos de Gabino Díez'.
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En su nuevo libro aparecen los comercios que dieron fama a la zona de las calles Pintores y Moret, pero también los hay de Aldea Moret o de Las 300.
Sobre las quejas actuales de los comerciantes, Antonio García afirma que la mayoría aseguran que el daño más grande que sufre el comercio cacereño es la venta online: «Me han contado anécdotas que son casi surrealistas –dice–, de gente que va a ver zapatos sabiendo que no los van a comprar. Se prueban el zapato, apuntan la referencia y lo piden por internet».
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