Cazadores de Rincón de Ballesteros niegan las amenazas y dicen tener todos los permisos

Se trata de una denuncia por amenazas con «todos los supuestos no condicionales», según las diligencias previas iniciadas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Cáceres y en el que figuran una decena de testigos, además de tres personas denunciadas.

«Se unen la crispación y los problemas personales y esto se lleva alargando hace años, porque hay rencillas entre determinadas familias, pero los cazadores tenemos todo en regla para cada una de las monterías que se han celebrado. No ha habido amenazas. Solo algún insulto», admite una mujer que participa habitualmente junto a su marido en las monterías de la pedanía y que recuerda que además de contar con todos los permisos, solicitados por anticipado, los propietarios reciben «una carta o un burofax» en el que se les informa de la actividad para que no metan su ganado o lleven a cabo trabajos agrícolas en los terrenos afectados.

Frente a esto, afirman, una mayoría de propietarios se comporta «civilizadamente» y no pone problemas, pero algunos han llegado a obligar a intervenir a la Guardia Civil, apuntan. Mencionan el caso de un hombre que «se puso con su tractor y la música a toda potencia en la montería».

Sobre los disparos que señala algún denunciante y que se han citado en redes sociales al calificar como «pistoleros» a otros cazadores y aluden a que «después van a matar a nuestros animales a tiros», indican que en ningún momento se han producido amenazas.

En una denuncia entre vecinos, que se une a otra anterior de amenazas, uno de ellos llegó a escupir al otro cuando iba en su coche. Los cazadores dicen que no tienen nada que ver en el maltrato que produjo la muerte a la oveja de un ganadero, un hecho que también ha sido denunciado. Por contra, afirman que, contra toda prudencia, hay personas que ignoran las advertencias y se colocan «justo enfrente de los puestos de la montería».

La alcaldesa pedánea hace una llamada a la concordia y también coincide en la legalidad de las monterías y que tienen los papeles en regla. «Hay vecinos contados que estropean la convivencia y cualquier actividad que se organice en el pueblo», resume Francisca Belenes.