Banco de Alimentos: 25 años ayudando al más próximo
Da de comer a 9.000 personas. Con la pandemia, las familias de la provincia que no tienen dinero para comer han aumentado en un 20 por ciento
SERGIO LORENZO
Lunes, 29 de marzo 2021, 07:51
En el viejo silo de Aldea Moret, en el peculiar almacén del Banco de Alimentos de Cáceres, casi todos los días laborables hay unas 15 o 20 personas trabajando, almacenando y repartiendo comida a asociaciones, haciendo gestiones para conseguir más alimentos y llegar a todos los rincones de la provincia; lo mismo ocurre en la delegación del Banco en Plasencia.
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De estos dos lugares sale la comida que luego se reparte en las llamadas 'colas del hambre', o la que se elabora en comedores para los más necesitados. Al silo no acude gente a pedir comida porque el Banco de Alimentos no reparte directamente a personas, el Banco da la comida a asociaciones y entidades que atienden a personas sin recursos.
Esta organización no gubernamental es muy activa en épocas de necesidad, como en la que vivimos actualmente con la pandemia, que ha hecho que las familias que no tienen dinero para alimentarse hayan aumentado un 20 por ciento.
«Hace 13 años me dijeron que en el Banco de Alimentos hacía falta gente, y me apunté para poner nuestro granito de arena»
Manuel Jiménez | 73 años
«Trabajé en Renfe y al jubilarme me metí aquí. Había que ocupar el tiempo, y nada mejor que emplearlo en los demás»
Florencio Morán Valcárcel | 85 años
En la actualidad son 9.000 las personas que en la provincia de Cáceres dependen de está organización para subsistir. Hay quien piensa que el Banco de Alimentos es una institución que lleva mucho tiempo en Cáceres, pero es relativamente joven: este año cumple 25 años. Su presidente Juan Carlos Fernández Rincón, espera celebrar el aniversario con actividades que demuestren la necesidad de mantener esta institución, que curiosamente, en su mayor parte, vive gracias al esfuerzo de personas de más de sesenta y cinco años, que están en la jubilación.
Fue en 1996 cuando el Banco de Alimentos empezó a funcionar en Cáceres. Lo hizo 29 años después de que se creara el primero en Phoenix (Arizona), en 1967, gracias a un hombre de negocios retirado, Jhon Van Engel, que veía como se tiraban productos que podían servir a gente necesitada.
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«Entré en el Banco porque soy católico y me tenía que entregar a los demás, de alguna manera, con mi tiempo libre»
Ángel Bernal Criado | 80 años
El primer presidente de la oenegé cacereña fue Luis González Cascos. Formaba parte de esa junta directiva González Sandoval, Octavio Narros, Isidro Silos, Rafael Hergueta, Raimundo Gradillas, Ezequiel de Pablos, Luis Aranguren, Antonio Gallego, Ricardo Dantard, José González Morales, Manuel Sánchez Herrero y Antonino Antequera. Aportaron un total de 600 euros para comenzar a andar, almacenando los alimentos en un local de la plaza 1 de Mayo de Aldea Moret.
Con el paso del tiempo el proyecto fue creciendo: si a los dos años de su fundación ya repartían alimentos a 29 asociaciones, ahora son un centenar.
Entre los pasos más importantes que se han dado en estos 25 años de historia se encuentra la constitución en 2013 de una delegación en Plasencía, que ahora dirige Lorenza Hernández Maestro, y conseguir que el almacén principal fuera el imponente silo de Aldea Moret. También destaca la gran campaña anual de recogida de alimentos, que se hace desde el año 2012 en noviembre y que suele mover a muchos voluntarios, salvo en el último año, en el que hubo que cambiar la estrategia contando con donaciones a pie de caja en los supermercados, cuando en 2019 hubo 2.240 voluntarios en toda la provincia pidiendo comida en tiendas y superficies comerciales.
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En el silo de Aldea Moret, una institución es el activo Florencio Morán Valcárcel, de 85 años, al que da gusto ver trabajar de madrugada en los días de la gran colecta, ayudando a organizar todo. Lleva 12 años en el Banco. «Me invitó a venir –cuenta– el que entonces era el presidente, Antonio Sánchez Gilabert. Vi lo que se hacía aquí y me apeteció ayudar, porque era una labor que se hacía en beneficio de los demás. Trabajé en Renfe y al jubilarme me metí aquí. Había que emplear el tiempo en alguna cosa, y nada mejor que emplearlo en los demás. Llevo el control del almacén, de entrada y salida de alimentos, y otros trabajos que me dan los compañeros».
Uno de los más veteranos en el Banco de Alimentos de Cáceres es Ángel Bernal Criado, de 80 años, tesorero de la asociación. «Llevo 18 años aquí –explica–. Entré porque soy católico y me tenía que entregar a los demás de alguna manera con mi tiempo libre. Mi mujer me apoyo, porque de no ser así sería muy difícil, y aquí estamos». Le prejubilaron en el año 2001 de Caja Extremadura. Ángel Bernal señala que desde que él empezó hasta ahora ha aumentado mucho la ayuda a la gente, mejorando el control de los alimentos y el reparto, para que la comida vaya a la gente que verdaderamente la necesita.
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Otro de los más veteranos que están en el silo es Manuel Jiménez, vicepresidente de la oenegé cacereña, que es aconfesional y apolítica. «Llevó aquí 13 años, vine gracias a la invitación de Ángel Bernal, que era compañero de trabajo en la Caja. Me dijo que hacía falta gente y me apunté para poner nuestro granito de arena».
Manuel Jiménez destaca que trabajando en el Banco de Alimentos de Cáceres se ven cosas buenas de la sociedad actual. «Se está incrementando la solidaridad en la juventud –afirma–. Hace poco el Instituto Hernández Pacheco de Cáceres nos entregó 650 euros de una colecta, con los que hemos comprado potitos y pañales, y en Plasencia, un niño de siete años pidió dinero a los Reyes y se lo entregó a la delegación de Plasencia. Fue muy emocionante».
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