La albañilería intenta en su 75 concurso en Cáceres atraer a los jóvenes y a las mujeres
18 cuadrillas construyen una estructura con tres círculos en una cita que atrae a numeroso público y que cuenta con 9.000 euros en premios
Yury Liseth Bonilla y su compañera Patricia Simón eran las únicas mujeres que este sábado tenían las manos manchadas de cemento en el 75 concurso ... de albañilería 'Cáceres Patrimonio de la Humanidad', que organiza Fecons y que trata de lucir de manera pública el trabajo de la construcción. Ellas, que han participado en la parte dedicada a aprendices de la Fundación Laboral de la Construcción reivindican la necesidad de que las mujeres puedan introducirse en un sector que clama por contar con bolsas más generosas de empleados. «Las mujeres también podemos, somos muy buenas arquitectas y muy buenas constructoras», explica Yury. Para ella el reto era totalmente nuevo y complejo.
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Mucho ha cambiado el sector de la construcción desde que arrancara este concurso en 1949. El relevo generacional es un imposible y la profesión sufre para poder dar salida al trabajo, con plantillas exiguas, como recuerdan los responsables de esta cita, que se desarrolla durante toda la mañana en el Paseo de Cánovas. «Hay que formar a la gente joven, insertar a la mujer en la construcción, es un sector con futuro y estabilidad a lo largo del tiempo, hay mucha demanda», señala Mari Ángeles Ramos, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción. Una de las apuestas de futuro, señalan estos expertos, es la apuesta por la Formación Profesional Dual, que funde teoría y práctica y permite a los estudiantes salir listos para trabajar. «Hay que eliminar la idea de que cualquiera sirve para esto», indica Ramos.
Las 18 cuadrillas participantes en este concurso se enfrentaron a la elaboración de una estructura que consta de tres círculos, una virguería «compleja», según algunos participantes.
María Matas López es la arquitecta que ha diseñado este año la prueba a la que se sometían los albañiles. «La propuesta está inspirada en uno de los primeros concursos que se hicieron, que también tenía un aro, al ser el 75 me apetecía recordar esa idea que se tuvo en ese momento». Cada uno de los aros tiene un radio diferente y van separados entre sí y apoyados en una base que va lucida.
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Una de las novedades para la celebración de este 75 aniversario era poder ver algunas de las estructuras que han tenido que hacerse en distintas ediciones de este certamen. Contemplarlas todas juntas da muestra del grado de complicación que marca este concurso, el más antiguo de España. Miguel Ángel y Juan Sosa son padre e hijo. Procedentes de Santa Amalia han participado en otras ocasiones. «Participamos de siempre», indican sin levantar la vista de la estructura en marcha.
De Riolobos y unos verdaderos campeones que han perdido la cuenta de los concursos que llevan ganados son los hermanos Lucio y Raúl Jiménez, que se afanaban en completar un reto que calificaban de «largo» a eso de las 11 y media de la mañana. Ellos son conscientes más que nadie de lo que cuesta el relevo generacional, en su caso sí que cuentan con sus hijos, pero saben que se requieren muchas más manos. ¿Han sido felices con sus profesiones? «No nos ha quedado otra, no sabemos hacer otra cosa», explican mientras relatan la dureza de una profesión sometida a las inclemencias climatológicas.
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Ganadores
El primer premio de albañilería fue para Lucio y Raúl Jiménez. El segundo recayó en los hermanos García Rueda, de la Nava de Santiago, en Badajoz, y el tercero fue a parar a Alfonso Jiménez García y José María Jiménez Garcia, de la empresa Jimengar, también de Riolobos.
Yury Liseth Bonilla y su compañera Patricia Simón lograron el premio a la mejor cuadrilla joven. Todos los ganadores se repartieron 9.000 euros en premios
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