Ángel Haro: «Los niños rompen los juguetes porque ya no los hacen ellos»

Hay gente que se emociona al ver la muestra que Ángel Haro ha traído a la Sala de Arte El Brocense de Cáceres, «suelen ser personas mayores a los que les gusta la exposición, al recordar cuando eran pequeños y ellos mismos hacían sus propios juguetes», cuenta el pintor que ha diseñado la escenografía en producciones de cine, teatro y ópera.

El visitante se sorprende al ver zapatos de mujer o latas de conserva transformados en vehículos, trenes hechos con jaulas y latas, un ordenador portátil de madera en el que las teclas son chapas de botella, cohetes hechos con pucheros y latas, trozos de madera convertido en muñecos o botellas de plástico transformadas en un avión. La exposición tiene por título: «Folitraque. Los juguetes del fin del mundo». El artista explica así el motivo del título: «'Folitraque' era una palabra que usaba mi abuela materna, que era de Granada, para referirse a una cosa inservible que andaba por casa».

El primer folitraque de Ángel Haro nació en un viaje que hizo con otros colegas pintores al desierto del Sahara, asombrándose ante la capacidad de los niños para construir juguetes. «Me entusiasmó la creatividad infantil de África, esa capacidad de construir desde la precariedad». Él utilizó unas maderas para hacer unas barcas, que llevó de regalo a sus hijos, porque allí no había nada para comprar. Haro recuerda con su exposición, que la sociedad de consumo casi aniquiló en España la capacidad de los niños de crear. «Antiguamente - explica -, los niños hacían dos cosas: construir y jugar. Eso fue así hasta que en los años cincuenta vino la industria del juguete en Europa y en Estados Unidos , y se rompió esa costumbre de construir los juguetes. Es entonces cuando sucede una cosa que nunca había pasado antes: que los niños rompen los juguetes. Los rompen porque ya no los han construido ellos, y quieren ver qué es lo que hay dentro. Hay quien piensa que es una actitud violenta del niño, pero no es una actitud violenta, es una necesidad de conocimiento, de saber cómo se ha hecho ese juguete».

Ángel Haro fue acumulando folitraques en su estudio de Murcia a medida que los traída de sus viajes a África y a la India. Se fueron apoderando de estanterías y escaleras del estudio, causando admiración entre los amigos que le visitaban, animándole a mostrarlos en público. La primera vez lo hizo en Murcia, en el año 2012 y resultó un éxito.

Después ha hecho talleres de juguetes usando cosas aparentemente inservibles, comprobando que los niños españoles de ahora ya no son como los de antes, «a los niños les sorprende esa decisión de coger unas jaulas y hacer un tren. Los niños de aquí tardan mucho en entender qué hay que hacer; sin embargo, los niños de la India y África, desde el minuto 1 ya están construyendo».

La exposición se inauguró el pasado 9 de junio y permanecerá hasta finales de julio. Es una muestra que Ángel Haro indica que no es específicamente para niños, «es más para adultos que para niños, porque la gente mayor se emociona al volver a recordar los juguetes que ellos mismos hacían».

En 'Folitraque' están las generaciones, no tan lejanas, de españoles que reutilizaban. «En las casas de antes no se tiraba casi nada, todo se volvía a usar. Cuando alguna cosa se tiraba es que ya no se podía hacer nada con ella. Nuestros abuelos estaban siempre reciclando, lo que pasa es que no sabían que lo que hacían se llamara de esta manera».