264 niños se presentan ante la patrona
La cita reúne cada primavera en Santa María a varias generaciones de cacereños
María José Torrejón
Miércoles, 27 de abril 2016, 07:37
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Ayer fue un día especial para Almudena y Miriam Fernández. Estas dos hermanas se han estrenado como madres durante el último año y han querido cumplir con una de las tradiciones de la ciudad más arraigadas entre los cacereños: la presentación de los niños ante la Virgen de la Montaña.
El acto, que comenzó a las cuatro y media de la tarde y se prolongó durante una hora, contó con la participación de 264 niños. Son 128 menos que hace un año. La cifra es muy similar a la registrada en 2012, cuando se presentaron 245. En 2013 fueron 321; en 2014, 301; y en 2015 el dato ascendió a 392. A modo de curiosidad, el bebé más joven de todos los que ayer cumplieron con este ritual tenía apenas diez días de vida.
Darío Pajares nació hace 20 días. Su madre, Alba Pozo, le vistió ayer con los colores de la cofradía: el blanco y el azul. «Ya es hermano de la Virgen, tiene la medalla. Mi tío y mi abuelo siempre han cargado con la imagen. Las cenizas de mi abuelo, de hecho, están en la Montaña, con la patrona. Hoy he querido hacerles un homenaje», cuenta Alba.
Para Joaquín Floriano, el mayordomo de la cofradía, este acto constituye uno de los momentos más «emotivos y entrañables» del novenario. «Por mucho que pasen los años, aquí se comprueba que la devoción se transmite de padres a hijos y de abuelos a nietos», subraya.
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El obispo de la Diócesis, Francisco Cerro Chaves, presidió la ceremonia y se encargó de bendecir, uno a uno, a los asistentes. Le acompañaron en el altar de Santa María el hermano mayor de la cofradía, Antonio Fernández-Borrella, y el vocal de gobierno, Alberto Gómez-Saucedo, además de Joaquín Floriano.
Hay quien repite en esta celebración y otros que debutan. Almudena Holguera tiene experiencia. Ayer presentó ante la Virgen a Paola, su tercer bebé, tras Noel y Emma. «Para mí es una cita imprescindible», dice esta madre de familia numerosa.
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Con los ojos muy abiertos ante la novedad acudieron a la Concatedral Victoria Teomiro e Isabel Valdés. Ambas son madres primerizas. Victoria es la madre de Francisco, de dos meses y medio. «Quiero ponerle a los pies de la Virgen para que le bendiga y le proteja siempre», ilustra. Mara, la niña de Isabel, nació hace seis meses y medio. «Mi marido es de Cáceres y siempre ha tenido mucha devoción a la Virgen. No esperaba que hubiera tantos niños», apunta sorprendida Valdés.
La Virgen lució el manto número 17, de color rosa palo, hecho a partir del traje de boda de Beatriz Higuero, condesa de Canilleros.
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