Menú de arte los 365 días
Mientras Foro Arte ofrece su propuesta cultural, un grupo de promotores y empresarios locales tratan de mantener un tejido de exposiciones sólido todo el año
Cristina Núñez
Domingo, 25 de octubre 2015, 08:25
«En Cáceres tenemos una interlocución interesante, pero no es suficiente». Así describe Juan Luis López Espada los cinco años al frente de 'Casa Sin Fin', una galería abierta al calor del centro de artes visuales Helga de Alvear, de la que solamente le separa 30 metros.
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Con un ambiciosísimo programa de exposiciones, esta pequeña sala ha ofrecido muestras de artistas de relevancia internacional. Javier Codesal, Pedro G. Romero, Antonio Muntadas o Daniel G. Andújar, que muestra actualmente su obra, entre otros muchos, han pasado por este espacio, que abrió sus puertas en junio de 2010. López Espada es, junto al editor Julián Rodríguez, el gerente de esta galería. Asegura que después del primer año y medio, se plantearon abrir una sede en Madrid y continuar con el espacio cacereño, pero más por una «cuestión personal» que por los resultados reales. «Somos de Cáceres, la galería es cacereña, siempre que nos movemos a otros países o exponemos en lugares como Arco aparece como 'Casa Sin Fin Cáceres' explica defendiendo esa denominación de origen genuina.
La falta de «masa crítica» en la ciudad hace que cada semana reciban no más de tres visitantes, aunque les llega el público del Helga de Alvear, los que se alojan en el hotel Atrio o los que visitan el Vostell Malpartida. Espectadores especializados y que en muchos casos conocen también la sede de Madrid, situada en el barrio de Lavapiés, muy cerca del museo Reina Sofía, zona muy cultural y 'trendy', con una sala independiente de teatro y opciones gastronómicas y de ocio. Allí, al haber más movimiento, las exposiciones son bimensuales, mientras que en Cáceres hay tres exposiciones al año. El horario de visitas es reducido, y se ha limitado a las tardes, pero si alguien pasa por allí y quiere ver la muestra que se exhibe, puede llamar por teléfono y se les abren las puertas. Lo que sí le gustaría a López Espada, como deseo de futuro, es que la ciudad fuera consciente de que hay una galería con programación internacional y con artistas de primera. Son la única galería como tal que queda en la ciudad. En Extremadura solamente hay dos galerías, Ángeles Baños en Badajoz y la suya. Éste será el cuarto año consecutivo en que asistirán a Arca, a la que solamente pueden acceder la mitad de las galerías que lo solicitan. El diálogo con las instituciones públicas es inexistente, cuenta López Espada. Ni consejeros ni concejales se han interesado por el menú cultural de 'La Casa Sin Fin'. En cambio, gente del Ministerio de Cultura si que se ha asomado por allí.
Este fin de semana se celebra Foro Arte Cáceres, el antiguo Foro Sur, que, basado en la idea de las Trashumancias, llena distintas salas con exposiciones. En un momento óptimo para los amantes del arte, aunque no deja de ser algo fugaz. A lo largo del año son las salas públicas, los museos y las fundaciones las que mantienen ese pulso cultural, además de las galerías en las que 'Casa Sin Fin' se enmarca. Las primeras no tienen un afán comercial, pero sí las segundas en donde lo que se busca, en última instancia, es dar salida a obra artística.
Panorama
También pueden encontrarse fórmulas mixtas en las que el arte adquiere un papel relevante. Son muchos los bares que programan de una forma estable exposiciones. El Gran Teatro es uno de ellos. María Mandiles u Octavo Arte son puntos en los que periódicamente pueden verse muestras pictóricas.
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La Asociación Lemon & Coco lleva un año con un local abierto en la calle Roso de Luna, aunque su actividad no se limita a este espacio. Ya existían y organizaban distintas actividades culturales y talleres para otras entidades. Éste se trata de un pequeño local en el que se combina la realización de cursos temáticos con las exposiciones. «Queríamos cubrir un espacio que creíamos que se había quedado cojo en la ciudad con la desaparición de la sala Croma y Cabeza Pájaro» explica Montaña Hurtado, responsable de la sala junto a Miki Gázquez.
En cuanto a las exposiciones, buscan ofrecer un programa en el que no se circunscriben solo al ámbito de Cáceres. «Queremos traer gente de fuera para que haya un poco de movimiento y también organizar primeras exposiciones de artistas», explica. En julio y agosto contaron con un artista francés residente en Barcelona. Ellos ceden el espacio. «Si el artista quiere vender se vende, no es obligatorio", cuenta. Tampoco exigen un porcentaje. «Si el artista quiere nos da una aportación, no le cobramos, el mantenimiento del espacio es por los talleres». Es consciente de lo complicada que es la ciudad como para que echen a andar y resulten duraderas determinadas propuestas. Organizan una exposición al mes, aunque le resulta difícil estimar el número de visitantes. «Hay algunas exposiciones que llaman más la atención, poco a poco la gente va entendiendo lo que ofrece este espacio». El escaparate es la llamada de atención y quieren explotarlo para que la gente entre. «Y si no entran, que se les acostumbre el ojo». El local es agradable y ya tiene dos iconos que pretenden que los distingan: uno es una mesa elaborada y donada por el escultor César David y otro es un gato que encontraron en un contenedor y que procedía del restaurante 'El callejón del gato'. Se ha convertido en su libro de firmas.
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El pasado 8 de octubre abrió sus puertas la muestra 'Work in progress', que reúne pintura y obra gráfica española de autores fundamentalmente jóvenes. Lo hizo en la sala de arte Nevacam, ubicada en la céntrica y conocida joyería del mismo nombre. Hace dos años este establecimiento experimentó una reforma que le cambió la cara, y en ese momento decidieron retomar las exposiciones de arte, que, aunque nunca se habían dejado de celebrar, sí que había espaciado su celebración. José Félix Nevado es el dueño de este negocio. «Estamos abiertos a cualquier tipo de propuesta, en principio queremos ayudar a los jóvenes artistas cacereños», explica. En esta aventura se ha acompañado del artista cacereño Adrián Ssegura, que actúa como comisario y selecciona artistas y obras. «Él está triunfando en Europa, tiene exposiciones en Bruselas y lidera el grupo de creadores menores de 30 años», explica Nevado. También se ha apoyado en esta nueva etapa en el mundo de la Universidad. Cuentan con un comité de expertos donde destaca la catedrática Teresa Terrón.
Los pintores están abiertos a vender sus obras, y se llega a un acuerdo también con el dueño de una sala sorprendentemente grande. A pesar de que para acceder hay que pasar por la joyería, recibe visitantes. «Ahora las redes sociales mueven mucho a la gente», señala Nevado.
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Agustín Nieto, 'Yiyo', es el artífice de 'Belleartes, espacio de arte y acción'. Ubicada durante cuatro años en la calle Viena, hace dos, y tras un parón, pasó a la calle Donoso Cortés. Tal y como explica 'Yiyo', que regenta un bar cercano, lo que le interesa fundamentalmente es brindar un hueco para fórmulas nuevas de experimentación, y no circunscribirse solamente a la pintura. Videoarte o montajes tienen cabida también aquí, y no solamente cuadros que cuelguen de paredes. «No se venden muchas obras aunque siempre se vende algo pero quiero que la sala esté disponible para todos los artistas que tengan algo que exhibir». Entre las dos etapas, la de la calle Viena y la actual, 600 artistas han pasado por 'Belleartes'. En estos dos años ha habido 36 exposiciones. Esta sala colabora también con actividades que se llevan a cabo en la ciudad. Por ejemplo, actualmente puede verse la exposición de ilustradoras extremeñas que se celebra en el marco de la Salita del Cómic de Cáceres. A pesar de que la sala no cuenta con espacios grandes, se adapta muy bien a las distintos formatos.
Enclavada en mitad de la zona de ocio de la calle Pizarro, uno de sus grandes atractivos es un gran ventanal desde el que se pueden ver las exposiciones incluso estando sentados en la terraza y tomando algo. El horario también va muy acorde con este entorno, puesto que abre a las seis de la tarde y cierra a las doce. «No veo sentido a tener abierta una exposición a la hora en la que la gente está trabajando, es más interesante brindársela cuando ya ha salido», cuenta.
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