Los cacereños se echan a la calle por la paz

La marcha ha congregado a unos 500 asistentes, según la estimación de responsables de la organización.

En un momento especialmente crítico, en el que se acumulan los conflictos bélicos y la actualidad la marcan los miles de muertos en la guerra de Ucrania y el sacrificio de niños, mujeres y hombres en el conflicto de Oriente Medio, en Cáceres las distintas confesiones se han unido este sábado en la que ya es la edición número 22 de la Marcha por la Paz. El lema de la concentración se trasladó no solo al idioma castellano sino también a otros como el hebreo, árabe, ruso, francés, portugués o ucraniano.

La Marcha por la Paz promueve el diálogo entre diferentes religiones y culturas, con una convivencia pacífica entre los pueblos. Se contaba con Said Abouffaris, presidente de la Comunidad Islámica de Cáceres; María José Sánchez, delegada de Relaciones Interconfesionales de la Diócesis Coria-Cáceres; y Soledad Pulido, de la Comunidad Budista El Olivar del Buda. El recorrido lo abría el obispo, Jesús Pulido. Entre los asistentes estaban miembros de la Corporación municipal, como los concejales del PP, Tirso Leal, Soledad Carrasco o Pedro Muriel o integrantes del grupo socialista, entre los que se pudo ver a Antonio Bohigas, Andrés Licerán, Jorge Villar o la portavoz, Belén Fernández.

«Para la redacción de este manifiesto hemos dialogado, compartido y escuchado enseñanzas, pensamientos y escritos sagrados de las diferentes religiones», se resalta en el texto elaborado, que se refiere a una máxima que todos deberíamos poner en valor: «Existe un punto común denominado 'la regla de oro' que dice 'trata al otro como te gustaría ser tratado'», subraya.

«La humanidad está atravesando por momentos difíciles y sombríos. No es necesario recordar el horror que están viviendo tantas personas inocentes, en tantos lugares del mundo. Las guerras y conflictos generan víctimas en ambos bandos», se denuncia en alusión a conflictos como el de Israel y Palestina o Ucrania y Rusia.

«La violencia genera más violencia, con grandes dosis de dolor, ansiedad y miedo», concluye. El documento leído incide en que «los conflictos no se pueden resolver con las armas, el odio o la venganza». Por ello se hace una invitación al diálogo, a controlar la ira, a no mirar etnias, ni razas ni edad, a practicar el sentido común, la armonía.

«Elegir la paz requiere valentía. Hagamos juntos ese camino», finaliza el comunicado, que recoge la idea de esta edición de la marcha: «La paz es de valientes». Distintas parroquias de la capital cacereña como Sagrada Familia, Virgen de Guadalupe o Espíritu Santo han colaborado, al igual que colectivos como DYA o la Juventud Estudiante Católica.