Urueña: «Ejecutaremos el 80% de los fondos Dusi en Badajoz y queremos llegar al 90%»

El edil encargado de estas subvenciones se ha puesto en contacto con el Ministerio de Hacienda. Quiere saber si les permiten tomar dinero europeo para sufragar la sobrefinanciación de algunas actuaciones.

El corredor de la calle Stadium o la rehabilitación del San Pedro de Alcántara costarán más dinero del que inicialmente presentaron al Ministerio de Hacienda. En los dos casos han aparecido restos arqueológicos. Ese sobrecoste lo asume el Ayuntamiento. Ahora pretenden poder usar parte del dinero de Edusi asignado a proyectos que no han salido adelante para pagar esto.

En el caso de que el Gobierno permita esta posibilidad de abordar cantidades ya pagadas, Carlos Urueña dice que invertirán el 90% de los 18,7 millones de euros puestos entre la UE (15) y la ciudad. «Nuestra idea es que no haya que devolver dinero», señala convencido de que «estarán todas las obras terminadas a 31 de diciembre».

Aun así, tendrían que renunciar al 10% de la inversión. Correspondería al edificio de la avenida Padre Tacoronte, al que el Ayuntamiento renunció tras la oposición de los vecinos y el PSOE, así como la negativa de la Junta a seguir adelante con la iniciativa. «Era una dotación para toda la ciudad que también iba a prestar servicio a esa zona de la ciudad, pero tras las presiones se decidió parar y después no daba tiempo a construirlo».

El problema de reasignar este dinero del edificio de Padre Tacoronte a otras iniciativas reside en que los fondos están sujetos a ejes en determinadas zonas de la ciudad. Y cuando surgió la polémica, en el verano de 2022, ya no había tiempo de plantear el proyecto en otra zona. Ni tampoco de presentar otra iniciativa por casi dos millones de euros.

En el caso de que solo tengan que devolver el dinero de este edificio en el Gurugú, Carlos Urueña lo consideraría un éxito para el Ayuntamiento de Badajoz. La cifra que se maneja en las reuniones del Ministerio con ayuntamientos y diputaciones beneficiarias de estas ayudas es que se gaste una media del 70% del dinero recibido. Así que habrá administraciones que tengan que reintegrar el 30% de los fondos, o más.

«Nuestra idea es que se devuelva lo menos posible», afirma Urueña. «Después de vicisitudes y problemas, como la pandemia o el alza en los precios de la construcción, creo que llegar al 80% de la ejecución está bien».

Además, ha habido iniciativas que el Ayuntamiento quería inicialmente abordar, como mejorar los sistemas de calefacción de viviendas en zonas degradadas. Pero tras un primer visto bueno les comunicaron que este dinero no se podía invertir en vivienda privada. Y tuvieron que derivarlo en pisos municipales. La tramitación de los proyectos en el Ministerio fue ardua en los primeros años, lo que retrasó el inicio antes de que la pandemia estallara y los costes de construcción se dispararan. Y, con ellos, la gestión se complicara.