Javier Gesto en una de las simulaciones que lleva a cabo en la escuela oficial de Idiomas Ángel Márquez

Una tienda de ropa en la Escuela Oficial de Idiomas de Badajoz para aprender inglés

El profesor Javier Gesto simula las situaciones que se dan al viajar al extranjero para que los alumnos pierdan el miedo a comunicarse

Domingo, 25 de mayo 2025, 13:26

El patio central que la Escuela Oficial de Idiomas tiene en Badajoz ha sido en los últimos meses un mostrador de facturación de vuelos, una ... recepción de hotel y hasta una tienda de ropa. Estos son los espacios que el profesor de la EOI Javier Gesto ha simulado para que los estudiantes puedan practicar inglés de manera real, ya que son las mismas situaciones a las que se enfrentan sus alumnos cuando viajan al extranjero.

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Un método novedoso para practicar conversaciones en otro idioma con el que, una vez a la semana, Javier se disfraza para meterse en la piel de los nativos que están al otro lado.

«El curso pasado puse en práctica estas situaciones. Me parece más fácil que el alumno se involucre en la situación que planteamos en la conversación y hay cierto realismo. Además, me parece un método muy positivo para perder el miedo a hablar otro idioma, que es algo que se da a menudo», explica el profesor, que ha enmarcado este año sus simulaciones en el Proyecto de Innovación de la Junta de Extremadura, y se ha extendido a las cinco lenguas más que se dan en al EOI.

Estos ejercicios, Javier los realiza de manera individualizada todos los miércoles. Así cada semana cita a cinco alumnos, que practican una conversación en un aeropuerto, en un hotel o en un restaurante.

«He ganado mucho en conversación porque he retomado las clases después de diez años y con este método es mucho más dinámico», cuenta Julia Galván, que es profesora de Matemáticas y ha vuelto a la EIO para conseguir puntos de cara a las oposiciones.

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Cuando hace unos días llegó al centro encontró varias perchas y estanterías con ropa, Javier le preguntó en inglés en qué podía ayudarle, a lo que Galván respondió que solo quería mirar camisetas.

El simulacro es tan real, que Julia hasta se probó varias camisetas, lo que les obligó a hablar de tallas y tejidos.

«Esto no es más que un simulacro de lo que se pueden encontrar los alumnos cuando salen al extranjero», subraya Gesto, que asegura que esta práctica tiene dos vertientes. Por un lado, que el alumno practique lo que aprende en clases, y por otro que pierda el miedo a hablar en público.

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«Con esto quiero que el alumno gane autoestima y pierda el miedo al ridículo. Lo positivo de esta actividad es que yo me adapto al nivel del alumno», cuenta.

Aprendizaje innovador

Esta práctica, según Javier, no se da en el resto de escuelas de idiomas, por lo que él es pionero en esta práctica innovadora para enseñar inglés, que apunta no se ha hecho en ningún otro lugar.

«Esta enseñanza va más allá del papel y lápiz y se convierte el inglés en algo más normal y más fluido. Es una actividad fácil que se debería de adaptar a los institutos porque es una manera muy buena de afianzar el aprendizaje», explica Julia.

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A diferencias de otras clases de conversación, donde se siguen unas pautas, esta son 20 minutos de improvisación total.

El trabajo de estas conversaciones no lo realizan solo los alumnos, que los días previos reciben en su correo un mensaje con algunos ejercicios de vocabulario, Javier también se tiene que preparar, por esto antes de iniciar estas pruebas contacta con restaurantes y hoteles para conocer las dudas de los clientes y como se resuelven algunas de las situaciones que le plantean.

Una práctica que no se evalúa a través de una nota, sino con el avance de los estudiantes en su pronunciación y en el vocabulario que adquieren.

Una consulta médica y una farmacia para el próximo curso

Tras el éxito de este año, donde más de 30 alumnos han participado en estas simulaciones, Javier ya piensa en las nuevas situaciones que planteará el próximo curso. «Ya estoy investigando para crear una consulta médica y una farmacia. Muchos alumnos me han dicho que necesitan de estos servicios cuando salen al extranjero», dice. Para recrear estos espacios, ya se ha puesto en contacto con un médico que le cederá un fonendo y algún que otro material para la consulta, que reproducirá siguiendo sus indicaciones. «También estoy realizando un trabajo de investigación para conocer las situaciones que se pueden dar y cómo debo resolverlas», explica emocionado por los proyectos del próximo curso.

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