Las obras para recuperar el edificio de La Galera, en Badajoz, comenzarán en septiembre
Acaban de reactivarse los trabajos de arqueología para completar la excavación de Santa Catalina
miriam f. rua
Sábado, 27 de julio 2019
Ya hay fecha, después de 30 años cerrado al público, el edificio de la Galera se volverá a abrir en septiembre para su recuperación como espacio de uso cultural, formativo, social e incluso museístico. El alcalde, Francisco Fragoso, ha anunciado que los trabajos de recuperación ya están adjudicados.
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Su puesta a punto se prolongará durante seis meses y costará 848.684,90 euros, que estarán financiados en un 65% por el Ministerio de Fomento a través del 1,5% cultural, y el resto lo pagará el Ayuntamiento.
El edificio de la Galera está en los jardines del mismo nombre, junto a la torre de Espantaperros. Se trata de una edificación del siglo XVI, protegida como bien de interés cultural (BIC), que sirvió como pósito municipal, sede provisional del Ayuntamiento, hospital, cárcel, escuela y sede del Museo Arqueológico, que fue su último uso cuando cerró en 1989.
La joya del edificio es la nave renacentista de 30 metros de largo, dividida espacialmente por cinco bóvedas de cañón inclinadas que se rematan con bóvedas de crucería, y que se apoyan sobre columnas, con capiteles visigodos y romanos reutilizados de otras edificaciones.
La actuación de rehabilitación consistirá básicamente en atajar los problemas de humedades que tiene el edificio y en equiparlo con los suministros básicos para poder reabrirlo al público, ya que actualmente solo tiene un sistema precario de electricidad.
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Para acabar con las filtraciones de agua, lo que se plantea es la renovación total de la cubierta y de toda la carpintería (la que tiene es de madera y se va a sustituir por hierro) y la eliminación de la vegetación trepadora. En cuanto a las instalaciones, se va a dotar de un nuevo suministro eléctrico, de climatización y se van a hacer aseos en el interior.
Se trata de una intervención muy genérica porque el uso definitivo de este edificio aún no se ha decidido, de manera que se habilitará como sala polivalente.
Existe también un semisótano, que se va a recuperar en esta intervención, pero con la única idea de consolidarlo sin uso, es decir, quedará como espacio únicamente visitable.
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Las actuaciones se completarán con el análisis arqueológico del inmueble intentando recuperar las cotas originales del suelo y los muros de la fortificación de la Alcazaba, que son los que cerraban originalmente el edificio.
Concretamente, al muro de la galería que conecta la muralla con la torre de Espantaperros es al que está adosado el edificio de la Galera y lo que se va a intentar es recuperar el acabado original de tapial visto. Para ello se limpiará el muro, eliminando los revestimientos posteriores hasta llegar al original de la fortificación. De esta manera, si consiguen recuperar la pared original podrá verse la estructura de la torre albarrana desde dentro de la Galera.
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Además se va a estudiar si es posible conectar la sala renacentista de la Galera con la muralla de la Alcazaba, a través de la escalera que aún conserva las trazas en una de las estancias adosadas a la muralla. Esto permitirá incorporar el conjunto de la Galera (edificio y jardín) a los usos y contenidos en los recorridos de la fortificación árabe.
En cuanto al suelo, las catas arqueológicas que se han realizado revelan que la solería se ha ido superponiendo una encima de otra con los diferentes usos que ha tenido el edificio a lo largo de su historia. En estos trabajos, lo que se pretende es que en lugar de poner el pavimento nuevo encima, se retiren primero los añadidos y el nuevo suelo, que será de ladrillo de tejas, se coloque sobre la cota original.
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A por nuevas tumbas
Las obras de la Galera se simultanearán con los de Santa Catalina, que acaban de reactivarse tras un paréntesis de 22 meses. Ahora se completará al excavación, ya que la magnitud de los restos hallados, que se concretan en más de 5.000 enterramientos cristianos, dejó sin presupuesto para completar la arqueología.
Los trabajos de estudio del subsuelo se centrarán en la excavación de la cripta que está bajo el antiguo altar. Los arqueólogos creen que ahí pueden estar los restos de Guillermo Tutavila, sobrino del Duque de San Germán.
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También se limpiarán los muros de esta iglesia del siglo XVI, que está frente al Museo Luis de Morales. En su día estuvo policromada, de hecho se conservan algunos fragmentos de las pinturas murales, que intentarán recuperarlas.
La riqueza arqueológica del subsuelo de Santa Catalina también ha obligado a reformular el proyecto de rehabilitación para garantizar la conservación de los restos. Así se colocará un suelo flotante para que los cables puedan ir por debajo y el suelo irá anclado en los puntos que no afecten a los restos. Los visitantes podrán ver las criptas descubierta a través de pequeñas ventanas.
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El futuro uso de la antigua iglesia será cultural, pero más restrictivo de lo que se planeó inicialmente precisamente para preservar los restos arqueológicos. Servirá para apoyar las actividades del Museo Luis de Morales y también hay propuestas para que sea la sede del futuro museo de la Semana Santa.
En la Alcazaba, por otra parte, el alcalde ha adjudicado por decreto los trabajos para limpiar el yacimiento arqueológico de la zona del Alpéndiz, que está invadido por la maleza.
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