¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
A la izquierda, el gesto serio de don Lorenzo en la serie y a la derecha Guillermo Serrano sonríe. HOY

El malo de La Promesa, de Badajoz «hasta la médula»

El actor pacense Guillermo Serrano, de 35 años, ha ganado mucha popularidad en los últimos dos años interpretando a uno de los personajes de la serie de TVE

Viernes, 29 de marzo 2024, 07:54

Don Lorenzo es un militar autoritario que trata fatal a su hijo y que, con sus maldades, tiene en vilo a media España. Es el ... malo de La Promesa, una serie de Televisión Española que tiene enganchados a medio millón de espectadores todas las tardes. Cuando se quita la enorme cantidad de gomina que peina su pelo y sonríe, un gesto que no se ve en televisión, se convierte en Guillermo Serrano, un actor de Badajoz.

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Serrano nació en Madrid hace 35 años, pero se crió en la capital pacense. Algunos medios indican que es madrileño, pero su currículo oficial le define como actor extremeño y él mismo lo reivindica. «No, no no», responde al saber que hay artículos que dicen que es de la capital española. «Yo, Badajoz, en la médula».

Este artista reivindica que el mundo cultural de esta ciudad le marcó. Además de actor es músico, tiene el grupo de rock Rojo Cardinal y empezó en los famosos locales de la Remayte con otras bandas.

«Nos hemos imbuido del punto artístico pacense y no me canso de reivindicarlo. La cultura extremeña underground me recuerda a ciudades como San Francisco o Detroit. No es como Madrid o Barcelona, que quieren exportar una marca fuera. Hay un punto artístico en Badajoz muy callejero, muy para nosotros y a nivel de valor artístico hay grandes referente. Hay dramaturgos que a mí me han inspirado como José Lucia o Miguel Murillo, músicos como Pedro Wichard o pintores como Luis Costillo».

Empezó Medicina

Cuando terminó el instituto, Serrano decidió estudiar Medicina en la Universidad de Extremadura. Asegura que le encantó, pero en tercero se dejó llevar por su lado artístico y entró en la Resad (Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid).

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En teatro ha trabajado con diversas compañías y ha realizado varias giras: Mrs Dalloway junto a Blanca Portillo, Tito Andrónico en el Festival de Mérida o El Conde de Montecristo. También en largometrajes como El país del miedo (Francisco Espada) y Argi de Iratxe Mediavila. Antes de La Promesa también ha tenido papeles en series como Amar es para siempre, Víctor Ros o Mar de plástico.

Hace casi dos años llegó a La Promesa y, aunque siempre ha trabajado como interprete, este papel le ha dado la popularidad y ha sabido lo que supone que le reconozcan por la calle. La mayoría se sorprende del contraste entre el malvado Don Lorenzo y la simpatía de Guillermo. Él disfruta con esta disparidad. «La verdad es que ser malo permite descargar muchísimas tensiones que tenemos en la vida y es un regalo. Además, el formato de la telenovela es la quintaesencia de ser malo con plenos poderes. Quien me conoce sabe que soy un tío bastante majo, intento ser dulce, por ejemplo al comunicarme. Así que tener esa posibilidad virtual, en el metaverso, de ser un maleducado, decirle a la gente lo que pienso, ser cínico, manipulador... Es muy divertido».

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«La gente que me para por la calle me dice: eres más majo, más joven y más guapo», dice entre risas. «Así que hay un triple efecto que se produce por el vestuario y la interpretación que se opone a mí: me encanta que sea así».

La serie tiene mucho éxito y este actor lo nota en su día a día. «Tengo el recuerdo de ver telenovelas con mis abuelos, con mi madre y me está impresionando muchísimo que me conoce por la calle gente de 16 años, de 15, aparte de señoras y señores jubilados, que sería el cliché. Yo estoy flipándolo y es verdad que es mi primer papel en audiovisual con continuidad. Para mí todo esto es un poco nuevo, pero una maravilla. Lo estoy disfrutando muchísimo».

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«No agobia para nada. Que me pare toda la gente que quiera y que me abrace, que me da muchísima alegría», apostilla.

El mal carácter de Don Lorenzo no se percibe en el Guillermo real y tampoco está detrás de las cámaras. Este interprete asegura que está encantado con la convivencia con sus compañeros. «La serie diaria es lo más parecido al teatro porque la gente con la que trabajas es a largo plazo, no como una peli, en la que estás tres meses contratado. En la película te puedes acabar matando y sigue adelante. En una serie diaria, y ya voy camino de dos años rodando La Promesa, si no convives, no funciona, como pasa en teatro».

Es importante que los actores de La Promesa se lleven bien porque trabajan juntos muchas horas. Serrano revela que le avisan de su plan de rodaje para cada semana porque las tramas y la historia se van creando. Es decir, él no sabe demasiado de lo que le ocurrirá a Don Lorenzo. Cada día graban casi un episodio completo. En su caso, al ser un personaje de reparto, suele estar dos o tres días por semana.

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«La segunda razón por la que la serie diaria se parece al teatro es por la inmediatez. Tu sales a escena en el Teatro Romano de Mérida y, con lo que vienes, es con lo que tienes que trabajar. Aquí van con unos tiempos más apretados que en una película o en una serie de 'prime time', así que tienes que dar el do de pecho a la primera o a la segunda toma», explica Guillermo.

Le preguntan mucho por el futuro de Don Lorenzo, «pero sé menos de lo que la gente cree». «Esto está vivo. El corazón de la serie es Josep Cister, el productor ejecutivo. Aprovecho para alabarle porque tiene una capacidad increíble para generar tramas y ha conseguido, como se dice en la calle, que la gente se beba la serie. Tiene que estar inventando todo el tiempo. Creo que es una de las claves de que esto haya funcionado».

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Su lado musical

La ventaja que tiene esta serie para el actor pacense frente al teatro, que ha sido parte de su rutina muchos años, es que se rueda de lunes a viernes, por lo que tiene los fines de semana para dedicarse a su otra pasión, la música.

Guillermo Serrano comenzó en bandas como Circa Survive, Alexisonfire o 30 Seconds to Mars. Ahora está en Rojo Cardinal junto a su hermano Bruno y David Rodríguez. Sacaron su primer disco en 2019, 'Vuelan', y van a lanzar el segundo, 'El Cielo'. Hace rock y de nuevo la temática es aérea al igual que el nombre del grupo (un petirrojo). «Siempre decimos que, a pesar de que siempre estamos con alegorías de pájaros en el cielo, sentimos como que cada vez tenemos más los pies en la tierra».

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Quienes lo deseen, podrán comprobarlo el próximo 13 de junio cuando presente este segundo disco en Badajoz, en el Hospital Provincial.

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