A La Giralda le sale pretendiente hostelero

Las conversaciones son aún incipientes y quedan muchos cabos por atar, pero solo con que haya surgido esta posibilidad ya se confirma el tirón de la apuesta que ha hecho la familia Guerrero por Las Tres Campanas. En ambos casos, son empresas pacenses e inversores locales quienes ponen su dinero en el Casco Antiguo.

Con esta posible rehabilitación, la Plaza de la Soledad daría definitivamente un vuelco en el que ya hay otros establecimientos que tienen tirón. La Casona Baja, Dadá y la heladería Jara son un ejemplo de ello.

La Giralda es la esquina que queda por recuperar en la Plaza de la Soledad, que sigue siendo uno de los atractivos de la ciudad para turistas y pacenses. Desde que abriera Las Tres Campanas hace poco más de una semana, muchos ciudadanos caminan por delante y se preguntan cuándo llegará el momento de su rehabilitación.

El edificio es propiedad de Telefónica, que esta semana ha confirmado a HOY que sigue estando a la venta.

El inmueble tiene 2.400 metros cuadrados, lo que ofrece muchas posibilidades a quien finalmente se quede con él. Los hosteleros interesados aún no tienen definido qué harían en cada una de las cinco plantas que tiene, aunque se da por seguro que tendrían una cafetería-cervecería a pie de calle.

Entre las oportunidades que ofrece el inmueble se encuentra destinar una parte a alojamiento turístico. Este se sumaría al hotel que también ha inaugurado Las Tres Campanas y que está muy próximo, o el AdeAlba, también nuevo y ubicado en la calle Melández Valdés, en la antigua casa Ramallo.

A pesar de que, como Las Tres Campanas, se trata de un edificio protegido, el interior no se ha conservado como el de la antigua juguetería. Telefónica adquirió el inmueble en 1978 y allí han operado durante dos décadas. Esto implica que está adaptado para oficinas. Y esto también supone que posiblemente su protección interior sea inferior a Las Tres Campanas. Entre los pocos detalles originales que quedan se encuentra el ascensor de los años 30.

Esas protecciones han sido uno de los motivos por los que la familia Guerrero ha requerido más de una década para sacar adelante el proyecto en la antigua juguetería.

La fachada de La Giralda se conserva como era originalmente, tal y como la ideó el arquitecto Delgado Millán por encargo de la familia Cancho. Adel Pinna, el mismo que hizo Las Tres Campanas, comenzó su construcción en 1927. Lo inauguraron tres años después como almacenes de venta.

Telefónica dejó las oficinas a finales de los 90 y aunque en 2005 llegó a anunciar que lo convertía en su sede institucional, nunca más se supo. Desde entonces ha habido más interesados. Como la Fundación CB, la Diputación o el Ayuntamiento. Pero finalmente ninguno llevó la operación a buen término. Entre los motivos está el precio que pide Telefónica, más de tres millones de euros, según distintas fuentes. Una cifra que la compañía no confirma.