El Fuerte de San Cristóbal de Badajoz se convierte en una cocina de primer nivel
Tres profesionales competirán en directo el miércoles por representar a Extremadura en el Certamen Gastronómico Nacional
El Fuerte de San Cristóbal acogerá el próximo miércoles 23 de octubre el Certamen Regional de Gastronomía, por lo que el salón del monumento ... se convertirá en una enorme cocina donde tres profesionales competirán en directo por representar a Extremadura en el concurso nacional que se celebrará en Torrelavega (Cantabria) y en el desafio por preparar el mejor Pincho y Tapa de Madrid Fusión.
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Los tres cocineros son Antonio Falcón, de Agallas Gastrofood de Mérida y, que ya ha sido representante de Extremadura en el certamen nacional y quedó en tercer lugar; Lorenzo Pino, de los Hermanos Méndez de Puebla de Obando; y Cecilio Cordero, del restaurante El Laurel de Badajoz.
Tendrán que preparar un primer plato con pargo y un segundo con picaña de ternera, que son los ingredientes principales que deberán usar en el concurso nacional. El jurado estará formado por profesionales de prestigio, como Fernando Bárcenas, que regentó Aldebarán; Alejandro Hernández, que tiene una estrella Michelín con su restaurante Versátil de Zarza de Granadilla;y la periodista gastronómica de En Salsa Alba Baranda. María Donoso y el exprofesor de cocina Ernesto Osoro completan el tribunal.
Los profesionales comenzarán a elaborar los platos a las ocho de la mañana y el primero de ellos presentará sus trabajos a la una del mediodía. Serán cinco horas de cocina en directo, con las puertas del monumento abiertas para quien quiera acercarse y verles trabajar. La Asociación de Turismo Gastronómico de Badajoz (Atugaba) organiza el concurso en colaboración con Saborea Badajoz. El presidente del primer colectivo, Manuel Corbacho, explica que las ubicaciones se eligen con criterio.
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En 2022 se celebró en el Instituto de San Fernando, donde se imparte cocina, para promocionar el oficio entre los alumnos y permitir a estos que se dieran a conocer. En 2023 se trasladó a Alconchel para difundir el mundo rural y los productos de cercanía. Y este 2024 pasan al Fuerte de San Cristóbal para «dar visibilidad al patrimonio cultural y turístico de Badajoz».
Inversión
Esto supone además abrir un espacio que el Ayuntamiento quiso convertir en un restaurante y salón de celebraciones hace una década. Pero hasta ahora ninguna empresa del sector se ha interesado por ello. El Ayuntamiento llegó a ofrecer a diversos hosteleros, pero ninguno se decidió. El motivo es que es necesario montar la cocina industrial dentro y esto requiere de una inversión importante a la que los hosteleros no prevén rentabilidad.
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De hecho, en abril terminó la última obra realizada por el Consistorio para atraer a los empresarios del sector. Consistió en adecuar el salón de eventos dotándole de instalación eléctrica, revestimientos y pintura, así como la preinstalación de aire acondicionado.
También dotaron a la cocina de alicatado y tomas de suministro para que posteriormente el empresario que pueda quedarse con ello encuentre parte de la infraestructura hecha.
Esta instalación permite a los catering trabajar en mejores condiciones y, sobre todo, en un espacio cubierto tipo office dentro del monumento.
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Este abril terminó una última obra para mejorar la cocina y revestir el salón donde se pueden ofrecer servicios
El recinto ha acogido presentaciones de carteles de toros, o por ejemplo actos relacionados con congresos. En esos casos, los hosteleros colocaban una carpa en las traseras del centro de interpretación ubicado dentro del recinto. Ahora no tendrán que realizar esa instalación provisional.
El próximo miércoles, de hecho, esa cocina se usará para preparar un aperitivo que se ofrecerá tras el concurso en esta fortificación del siglo XVII.
El Fuerte de San Cristóbal fue la primera fortificación moderna de Badajoz, dado que data de 1641 y fue el primer elemento abaluartado que se levantó en Badajoz por temor a los efectos de la Guerra de Restauración portuguesa. Después de esa contienda, el monumento mantuvo su uso militar y se usó como cárcel durante la postguerra.
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La fortificación pasó del Ejército al Ayuntamiento de Badajoz en 1973 y quedó abandonada. Con la intención de recuperar el patrimonio de la ciudad y la llegada de fondos europeos, hace doce años se invirtieron 1,3 millones de euros en su recuperación. Posteriormente se derrumbó parte del muro y se hizo una segunda inversión de 600.0000 euros que sirvió para adecuar al turismo los espacios interiores.
Ofrece una de las mejores panorámicas de la ciudad, dado que se puede ver la Alcazaba iluminada por las noches y suele estar abierto en el mismo horario que el resto de monumentos. Dentro cuenta con elementos como el baluarte, foso, revellín, cañoneras o la plaza de armas, así como el centro de interpretación.
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