'Erasmus' agrario para el cultivador de estevia

Este joven de 27 años se formó como instalador de aire acondicionado pero pronto entendió que no era lo suyo. Su interés por la agricultura se despertó viendo un programa de televisión sobre esta planta utilizada desde antiguo como edulcorante. «Al día siguiente me puse a investigar». Desde entonces este sustituto del azúcar, que requiere riego y no soporta las heladas, se ha convertido en el medio de vida de este emprendedor rural.

Para seguir formándose, Javier viajó a finales de año a la localidad murciana de San Pedro del Pinatar. Allí participó junto a un joven madrileño en el programa del Ministerio de Agricultura. «Vi en internet que existía y llamé a UPA. Ellos me tramitaron todo el papeleo». Junto a la Unión de Pequeños Agricultores, la otra organización encargada de gestionar estas ayudas ha sido Cooperativas Agro-Alimentarias, que ha hecho posible el viaje de un ganadero balear a una explotación de caprino en Hervás.

En 2020 el programa ha realizado doce estancias formativas en explotaciones modelo de acogida del país, una de ellas la del pacense. Tuvieron lugar entre el 1 de noviembre y el 31 de diciembre, detalla a HOY el Ministerio.

Tras su viaje a Murcia, el productor de estevia asegura estar sorprendido por el desarrollo «puntero» de la agricultura en esta «pequeña región que cuenta con todo el desarrollo industrial para procesar su producción». A su juicio, «a Extremadura le falta eso: que no vengan de fuera y se lleven el producto».

Durante una semana ha podido conocer a pie de campo y de igual a igual cómo se cultivan hortalizas ecológicas en la empresa Camposeven, una explotación con 13 años de experiencia.

«Se han portado fenomenal conmigo. Les hemos acribillado a preguntas y lo han respondido todo». Ha recibido información de todo el proceso productivo, desde el cultivo, hasta el almacenaje y la venta, sin pasar por alto las técnicas de márketing.

Asegura que a pesar de que muchos de esos conocimientosno versaban sobre la estevia, sí tienen aplicación en su plantación de las Vegas Bajas.

Javier comenzó su apuesta por el medio rural hace tres años y reconoce que el camino no ha sido fácil. «Empecé con una carretilla y un zacho». Cuenta que hasta ahora todo el proceso de cultivo ha sido manual, desde la recolecta hasta el mantenimiento para evitar malas hierbas.

A diferencia de muchas familias de estas tierras de colonos, él no aprendió el oficio de sus padres, aunque sí de su abuelo, que además le tendió la mano con apoyo económico. Un soporte añadido a la «suerte» de contar con una parcela familiar.

Javier vende su producción a Bioestevera, una empresa cacereña que comercializa estevia ecológica y le ha brindado asesoramiento desde sus primeros pasos. Aún así, reconoce que ha echado de menos tener a mano los consejos de los agricultores de su pueblo, dedicados todos a los frutales y con ningún conocimiento sobre la estevia.

Como muchos extremeños, el joven de Valdelacalzada tiene esperanzas puestas en 2021. Cree que será el año del salto definitivo para afianzar su plantación. «Hasta ahora he tenido una hectárea y con la subvención que reciba podré poner dos más». «Si he llegado hasta aquí, con todos los problemas gordos por los que he pasado, ya tiro para adelante». Uno de esos escollos fuertes que tuvo que superar fue la pérdida casi total de su cultivo por una mala elección del plástico protector.

Ahora, con sus ganas renovadas tras su viaje a San Pedro del Pinatar, Colín tiene claro que recomendaría a otros agricultores y ganaderos esta enriquecedora experiencia formativa.

El balance es positivo para todos los participantes en un programa que ha tenido un tímido arranque. UPA confía en que el Gobierno incremente la cuantía destinada a la próxima convocatoria. «Esperemos que se ejecute el millón de euros recogido en los Presupuestos del Estado, ya que en 2020 solo se destinaron 66.000», detalla Javier Alejandre, técnico de UPA encargado del programa a nivel nacional. «Esta primera experiencia ha sido una especie de prueba piloto y esperamos que este año pueda llegar a más agricultores y explotaciones. Aunque merece la pena, hay que reconocer que a nosotros nos supone mucho trabajo: nos encargamos de elegir las explotaciones, diseñar el programa formativo, gestionar el alojamiento y después elaborar los informes», concluye.