Dos menores atienden una tablet y un móvil. HOY
Vuelta al cole

Duda familiar en el inicio de curso: cómo despegar a mi hijo del móvil

El psicólogo y orientador educativo Carlos Pajuelo ofrece siete estrategias para despegar a los pequeños del teléfono

Rocío Romero

Badajoz

Domingo, 14 de septiembre 2025, 07:41

La simple frase de «niño deja el móvil» no surte efecto tras meses de desenfreno veraniego. El móvil para quedar con los amigos que están ... en Badajoz, el móvil para escribir whatsapp con los amigos que están de vacaciones, el móvil para publicar las fotos en Instagram, el móvil para ver la serie, el móvil hasta en la sopa. La relación de muchos niños con el móvil se ha intensificado durante el verano, pero empieza el curso y llega el momento de ponerle coto.

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Los expertos como Carlos Pajuelo, psicólogo y orientador educativo, advierten que la vuelta a la normalidad no puede «poner la yugular de los padres a punto de explotar, al grito de 'no podéis estar todo el día con el teléfono en la mano' y no se puede pretender que por voluntad propia, se desenganchen del móvil y se enchufen a la vida real, también conocida como colegio o instituto». Advierte que una vez que se les ha dado «el chupete tecnológico», cuesta la regulación. Aunque eso no significa que «no se pueda» lograr.

Por eso ofrece seis estrategias con las que facilitar la convivencia y que se despeguen del móvil.

1. El horario «modo avión»

«Es una lástima que los móviles no tengan una función 'modo hogar' que los bloqueara al entrar en casa, pero si que podemos poner límites a su uso en el hogar. No se trata de arrancarles el móvil de las manos en plan comando, pero sí de recuperar horarios de sueño, estudio y descanso». Por eso cree que lo más efectivo es que el teléfono se quede a dormir en el salón. «En su habitación, ni de invitado. Poned una hora límite de uso del móvil por las noches».

2. No prohibir, sí regular

«El móvil no se prohíbe (sería como pedirle a un adolescente que deje de respirar, pero se regula». Es decir, que se le puede dejar un rato tras hacer los deberes. «Antes de dormir, ninguno. Y en la mesa, menos todavía». Añade que es conveniente preguntar a los profesores y es mejor que no lo lleven al cole si está prohibido en el centro.

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3. Hay alternativas

Este experto recomienda a los padres que recuerden a los pequeños que hay alternativas al teléfono. «Cuando no tienen móvil, ellos creen que su horizonte es el aburrimiento. Debes recordarles que tienen otras cosas por delante que son interesantes: deporte, salir con amigos (de carne y hueso), cine, paseo, juegos de mesa, cocinar en familia… Lo importante es que no piensen que la vida sin móviles es un museo de caligrafía islámica».

4. Padres coherentes

«Si tú estás en la comida mirando el WhatsApp del grupo 'Padres de 2ºA', no pretendas que tu hijo suelte el móvil. El ejemplo manda».

5. Responsabilidad

Pajuelo, que ha trabajado como orientador de la Consejería de Educación hasta su jubilación y continúa impartiendo charlas en los colegios, dice que el mensaje no puede ser «el móvil es malo, sino el móvil no puede ser tu jefe. Que aprendan a usarlo, no a ser usados». Dice que gestionar el tiempo es la clave «y probablemente van a necesitar la ayuda de los padres en esta gestión del tiempo».

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«El mensaje no puede ser el móvil es malo, sino el móvil no puede ser tu jefe; Que aprendan a usarlo, no a ser usados»

Paciencia y perseverancia

Si conseguimos que los niños no empiecen septiembre con el móvil pegado a la mano 24 horas al día los siete días de la semana, «ya habremos ganado media batalla». Dice que el problema no es el móvil. «El problema es que siempre habrá deberes que hacer, horas de sueño que recuperar y conversaciones familiares que necesitan 'más miradas y menos pantallas'. Así que, padres, paciencia. Y perseverancia. Te vas a tener que pelear, pero sin dramas».

Carlos Pajuelo, durante una entrevista. HOY

De la dopamina a la identidad del menor

Carlos Pajuelo, psicólogo y orientador educativo, explica que los adolescentes se enganchan al móvil porque su cerebro lo pide. «Los like son como chucherías de dopamina para el cerebro. Su grupo de amigos lo exige, el móvil es la plaza del pueblo de antes, es donde se juntan los amigos».

Tras toda una vida dedicada a la educación infantil, explica que ahora la identidad de los pequeños «se construye allí, se miran en el móvil para ver 'quienes son' y como les ven los demás y las apps están diseñadas para que no lo suelten». Por eso cree que «el reto de los padres no es prohibir (sería una guerra perdida), sino enseñar a regular, a equilibrar y a usar el móvil sin que el móvil les use a ellos».

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