Cuarenta calles de Badajoz llevan 63 años a la espera de una solución
Las 800 se moviliza para que el Ayuntamiento y la Junta arreglen redes de agua y pavimento, pero estas se escudan en que no son su competencia
Santa Engracia, la UVA o las 800. En Badajoz se conoce con esos tres nombres un barrio al norte de las vías del tren ... que está cansado de convivir con ratas, atascos de tuberías y calles hormigonadas llenas de desniveles. Se encuentra entre la avenida de Padre Tacoronte y la plaza Padre Eugenio, y está atravesada por la avenida del Sol.
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La presidenta de la asociación de vecinos, Paqui Yáñez, daba hace unos días la voz de alarma y lamentaba la situación. «Nos tienen abandonados». Los residentes se concentraron hace unos días en el parque de Santa Engracia y han recogido más de 500 firmas para llevarlas al Ministerio de Sanidad y al Defensor del Pueblo, donde presentarán un informe que elaboró el servicio de inspección sanitaria del centro de salud.
La barriada formada por 40 calles y 802 casas nació hace 63 años con carácter provisional, pero el tiempo fue pasando, muchos vecinos compraron en los 80 y ahora afrontan problemas derivados de la provisionalidad con la que se construyó.
Calles de hormigón estrechas y empinadas por las que no caben vehículos; a muchas casas se accede por escaleras. Los jardines no se arreglan. Tuberías de aguas limpias y sucias que no soportan la presión y revientan; que se atascan y explotan; alcantarillado sin capacidad de absorber las aguas de lluvia. Redes en mal estado de las que emanan malos olores y que atraen ratas e insectos.
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El tiempo acentúa todos estos problemas sin que haya una solución a la vista. Y se generan dificultades muy complicadas de solucionar. En primer lugar, por la titularidad de las calles.
La Consejería de Infraestructuras, Transporte y Vivienda explica que estas casas fueron construidas por el Ministerio y que, cuando se transfirió su propiedad a la Junta de Extremadura hace décadas, el Ayuntamiento de Badajoz debería haber recepcionado la urbanización.
Aquel paso no se dio. Así que las calles principales pertenecen al Consistorio, pero las calles interiores son un proindiviso entre todos los propietarios, entre los que se encuentra la Junta de Extremadura, con un porcentaje del 17%.
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Así que las obras que hacen falta saldrían adelante a través de un acuerdo entre todos los propietarios, entre los que se encuentra la administración regional porque mantiene viviendas alquiladas.
El Ayuntamiento, por su parte, indica que las quejas de los vecinos corresponden a las calles interiores, no de las que son de su titularidad. Y que en las suyas, que son las principales, sí que han actuado.
Se refiere a las avenidas de Padre Tacoronte y del Sol. «Al igual que en el resto de la ciudad, se ha actuado en aglomerado, asfaltado y renovado de acerado y redes. Con dinero de los fondos europeos Dusi se rebajaron pases de peatones en varias calles, como camino de Santa Engracia. Y asegura que la concensionaria de aguas, Aqualia, atiende atascos e incidencias puntuales. «Pero no puede actuar sobre el suelo ya que no pertenece al Ayuntamiento».
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Una de las dificultades es dar con la clave de cómo arreglar la falta de salubridad y de accesibilidad. Pero no es lo único. Porque hay vecinos que han reformado sus casas, pero otros siguen durmiendo bajo techos de chapa que hacen las casas inhabitables tanto en invierno como en verano.
Hace catorce años, la Junta de Extremadura puso sobre la mesa la solución a todo: un proyecto de regeneración completo. Es decir, tirar el barrio y hacerlo de nuevo. Adjudicó la reordenación de esta barriada mediante un plan especial de reforma interior a los arquitectos Enrique Arenas y Luis Basabe. Ganaron el concurso de jóvenes arquitectos europeos Europan, que tomó esta barriada como motivo del certamen. Los dos prometían crear espacios públicos más amplios. Para eso era necesario derribar las viviendas unifamiliares y construir bloques. Pero el proyecto no salió. En parte porque los vecinos mostraron su negativa a vivir en pisos. Y no era posible hacer una casa nueva por cada casa derruida, más los espacios comunes de los que dispone cualquier barriada.
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De hecho, el Plan General Municipal prevé sustituir las viviendas actuales por bloques de tres y cinco alturas.
Iniciativas sin continuidad
Después de aquello se han realizado algunas experiencias piloto, como crear pasarelas de madera para salvar los desniveles o reurbanizar un tramo de calle. Esta última iniciativa sirvió de base a un estudio de Apamex, la asociación que busca soluciones de movilidad para discapacitados, en 2021. Hacer accesibles todas las calles costaría 900.000 euros. Pero no se ha avanzado desde entonces.
Si no se apuesta por una solución global, solo quedan parches por poner. Las deficiencias en la red de alcantarillado se han dado en otras zonas de la ciudad. Hace poco más de un año, fue muy polémica una zanja abierta en la calle Menacho mientras los vecinos del bloque y el Ayuntamiento se ponía de acuerdo. También ocurrió en Ricardo Carapeto. Las acometidas corresponden a los vecinos y son los encargados de repararlas, mientras que el Ayuntamiento responde por la línea general. El problema en Las 800 es que las casas están tan pegadas y las calles son tan estrechas que no se distingue bien qué es de quién. Contando, además, con que la mayoría de las casas fueron vendidas a los vecinos y que el Ayuntamiento nunca llegó a recepcionar las obras de urbanización, como se ha indicado antes.
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Algunos vecinos aprovechan cierta impunidad derivada del abandono en el que viven. Sobre todo en la zona más próxima al Gurugú. Pero en general, la barriada reclama ayuda que, por sí sola, no puede afrontar.
La renta media de los vecinos es de 6.392 euros por persona
El Instituto Nacional de Estadística permite saber la renta media por persona de los habitantes de cada calle en función de datos de 2022. Según este indicador, la renta por vecino de la avenida del Sol -que atraviesa la barriada- y todas las calles aledañas, es de 6.392 euros. Es más baja que las barriadas de su entorno. Además, la cifra está muy alejada de los 14.869 euros por persona que tienen los residentes en Sinforiano Madroñero y los 19.860 euros por vecinos que apunta el mismo marcador para quienes viven en la avenida de Enrique Segura Otaño.
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