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El comedor social San Vicente de Paúl entrega tupper a las puertas del centro. PAKOPÍ
Badajoz

Los comedores sociales no descansan ni en verano

Solidaridad. ·

Las dos instituciones de Badajoz se turnan para no dejar a los usuarios sin comida, que entregan envasada para combatir las altas temperaturas

María Isabel Hidalgo

Badajoz

Lunes, 17 de julio 2023, 07:29

Unas lentejas de primero, ensalada mixta de segundo, pan, yogures, media sandía y y un bocadillo de tortilla es lo que entregaron hace unos días ... en el Comedor Social de San Vicente de Paúl a los casi 50 usuarios que se acercan a diario a las puertas del centro social de la calle San Pedro de Alcántara.

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A diferencia del resto del año, en los meses de verano la comida se les sirve en tupper, por lo que no se quedan a comer en el comedor. «Es una medida que adoptamos con la pandemia y ha llegado para quedarse. Hace mucho calor en el salón y el número de usuarios aumenta estos meses, por lo que no hay sitio para todos», cuenta la trabajadora social y coordinadora del centro Mercedes Iniesta, que asegura que muchos usuarios no acuden en buenas condiciones sanitarias, por lo que con las altas temperaturas evitan no concentrarlos en el interior del centro.

El motivo del incremento de usuarios a los que tiene que alimentar el centro en verano se debe a que cierran por vacaciones. «Nosotros cerramos las dos últimas semanas de julio y las dos primeras de agosto, en ese tiempo nuestro usuarios se van al comedor social Virgen de la Acogida y viceversa», explica Iniesta.

Así, mientras descansan en la Virgen de la Acogida el comedor San Vicente de Paúl acoge a los usuarios de este comedor social y a los del albergue de Bravo Murillo. De esta forma se distribuyen las vacaciones de verano entre los centro de la ciudad y evitan que nadie pase hambre durante estos meses. Se trata de una medida que tomaron hace varios años para que la época estival no impida que se cubran sus necesidades. «Así nadie se queda sin comer, ni nuestros usuarios ni los de las monjas», matiza.

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El tupper no es sólo una medida ante el aumento de comensales, sino que es la solución con la que pueden hacer frente a las altas temperaturas y al menor número de voluntarios que acuden al comedor.

«Somos conscientes que supone mayor desembolso económico, pero es más rápido e higiénico. Nos permite dar mayor cobertura con un menor número de voluntarios, porque en verano muchos se van de la ciudad», explica la coordinadora de San Vicente de Paúl.

A lo largo del año este centro social tiene alrededor de 30 voluntarios y en la época estival apenas supera la veintena. «Gracias a los tupper no necesitamos un gran número de ayudantes, no hay que limpiar mesas, cubiertos, vasos», comenta.

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Las ensaladas o el gazpacho son los protagonistas de estos meses, Pero los platos calientes tampoco faltan en el menú semanal. «Les entregamos cocido y algo de pasta, ya que la mayoría prefiere comer platos fuertes para poder aguantar todo el día con calor y hambre», cuenta.

Mermas del supermercado

El segundo plato lo elaboran en función de los restos de alimentos que reciben de los supermercados. Estos entregan sus mermas, es decir los productos que están a punto de caducar y que no se pueden comercializar, al Banco de Alimentos de Badajoz que es quién se encarga de distribuir los alimentos entre los comedores sociales.

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«Si nos llega algo fresco que no vayamos a utilizar en el comedor se los damos a los usuarios. Algunos, aunque sólo vienen ellos a por comida, tienen a más personas en casa pasando necesidad».

Cuando el termómetro roza los 40 grados es difícil conservar la comida, pese a que tienen medios para conservarlo. «Tenemos cámaras de congelación, frigoríficos y todo lo necesario para mantener los alimentos, pero hay que darle salida porque aún así se estropean en esta época».

Esta semana será la última antes de las vacaciones en la que Sergio, el cocinero del comedor tenga que ir a las nueve de la mañana a cocinar platos calientes. El día 15 cerraron hasta el 15 de agosto para que descansen los trabajadores y voluntarios. Mientras, más de 50 personas que se acercan a diario a por algo que les dé sustento recogerán sus tupper en el comedor de las monjas.

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«Gracias a los tupper no necesitamos gran número de voluntarios, no hay que limpiar mesas o cubiertos».

No será hasta septiembre cuando estos centros recuperen la normalidad y atienda cada uno de nuevo a sus usuarios habituales, con el servicio de comedor ya en funcionamiento.

Para entonces, Mercedes Iniesta prevé que tendrá que hacer una colecta de leche, la segunda que hará en lo que va de año, la subida de precios les ha pasado facturas también a estos centros que perciben menos donaciones por parte de la población. «En productos como la leche no es suficiente con las remesas que llegan de los Bancos de Alimentos», indica.

Hasta entonces pasarán el verano de la mejor manera, ayudando no sólo a quién se acerca a por comida, también a familias cuya situación ha cambiado como consecuencia de la subida de precios. «Hay familias que solo perciben el Ingreso Mínimo Vital y tienen que hacer frente a una hipoteca y a la crianza de sus hijos, por lo que recurren a nosotros».

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