Los campos de fútbol de tierra desaparecen de Badajoz
Los Maristas estrena este curso nueva pista y se suma a la larga lista de colegios e instalaciones municipales con alfombra sintética
Creerse Oliver o Benji y terminar con las piernas llenas de raspones pasa a mejor vida en Badajoz. Desde este curso, los de Campeones aterrizarían ... en césped artificial si se echaran una pachanga en Badajoz.
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La ciudad se queda sin campos de fútbol 11 de tierra después de que tanto el Ayuntamiento como clubes deportivos y colegios concertados hayan invertido en césped artificial. El último en hacerlo ha sido el centro Nuestra Señora del Carmen, más conocido como Los Maristas, donde los equipos entrenan sobre césped. El club deportivo es el más beneficiado, dado que trasladó su actividad a otras instalaciones públicas y privadas porque la Federación Extremeña de Fútbol exige disponer de césped artificial para disputar los partidos oficiales. Ya han podido volver a su colegio. El centro, además, estrenará estas semanas seis pistas de pádel que los operarios rematan estos días.
Las obras han consistido en derruir un frontón para levantar las canchas de pádel y sustituir el campo de tierra por una pista de fútbol 11 con césped artificial. Las instalaciones deportivas tenían más de 50 años y han sido las últimas en un proceso de renovación continuo. Estas obras se suman a otras que han realizado en los últimos años, como el pabellón que inauguraron en 2017. El próximo objetivo, explica el director, Olmo Silos, pasa por crear más zonas de sombra en los interiores del colegio plantando más árboles, que también beneficiarían a las pistas deportivas.
El campus universitario fue el primero en disponer de césped y después se han ido sumando de forma paulatina los colegios concertados. Hace ya una década que el colegio de los Salesianos y el club Don Bosco actualizaron sus pistas con césped, al igual que el colegio de la Compañía de María. El director de este último, Miguel Ángel Galán, se muestra satisfecho de haber creado un campo de fútbol 8 con césped artificial y otros dos de fútbol sala. A ellos se unieron pistas de tenis, pádel, baloncesto, mini tenis y voleibol. «Estamos contentísimos de haber renovado las instalaciones, que en su día fue innovador y que ha beneficiado las clases de educación física». Pero lamenta que no haya salido adelante el proyecto para construir un gimnasio y una piscina en sus instalaciones por la negativa del Ayuntamiento a permitir el uso deportivo con el educativo, dado que las instalaciones iban a estar abiertas al público en general y contaban con un inversor.
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El Tomillar también cambió sus pistas hace años. Entre los colegios, uno de los pocos que mantiene el campo de tierra es el Virgen de Guadalupe.
La Picuriña estrena este curso pista con césped en unas instalaciones renovadas tras años de abandono
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licencias tramitó al Federación Extremeña de Fútbol para los clubes de Badajoz capital en la pasada temporada. A estos usuarios de campos en la ciudad se suman los que acuden a jugar en la ciudad y que pertenecen a clubes de otros municipios.
El Ayuntamiento también ha ido cambiando poco a poco sus campos de fútbol y dotándolos de la alfombra sintética donde las caídas duelen menos y no se forma barro en días de lluvia. El último tapiz se ha extendido en La Picuriña, un campo que estaba prácticamente en ruinas y que este verano ha quedado totalmente nuevo. Juan Parejo, concejal de Deportes, enumera más. El año pasado terminaron las nuevas instalaciones de Suerte de Saavedra, donde han creado un campo de fútbol con posible ampliación en los próximos años, y antes fue la pista de Pardaleras, los nuevos campos del Seminario y las instalaciones de Cerro de Reyes. Hace ya tiempo que el Ayuntamiento inauguró los del Vivero y la Granadilla, así como campos de fútbol 11 en las pedanías de Villafranco, Valdebóta y Gévora. Al Ayuntamiento, de hecho, ya no le quedan campos de tierra.
A estos se suman los clubes privados, que también se han renovado en los últimos años. Entre ellos, los del complejo Alcántara que gestiona el club Hispanolusa, y El Corzo.
La proliferación de campos de fútbol de césped artificial contrasta con otros campos que cayeron en el olvido y han terminado por desaparecer. El caso más llamativo es el José Pache, que ha servido de refugio para okupas en los últimos años. A pesar de su mal estado, sigue en pie. En cambio, desaparecieron las instalaciones deportivas de la calle Stadium, que se convirtió en un aparcamiento de Adeba antes de evaporarse y formar parte del corredor verde de la muralla en la calle Stadium.
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«En estos campos de césped artificial es más difícil que un partido se pare por lluvia»
José Luis Rodríguez Pérez es simplemente José Luis para los aficionados al deporte rey. Jugador profesional, está hoy al frente de la Escuela Internacional de Fútbol Hispanolusa. 500 niños de Badajoz entrenan a diario con él en los campos del complejo Alcántara.
La escuela empezó hace diez años usando las instalaciones de El Corzo, pero en poco tiempo decidió que quería tener campos propios y se mudó al complejo, donde los campos son de césped artificial. Siendo propias puede cuadrar mejor entrenamientos y partidos y gestionar alquileres para torneos o partidos.
Con toda su experiencia a cuestas, tiene claro que no tiene nada que ver jugar en tierra que hacerlo sobre el césped artificial que se ha impuesto en colegios y pabellones municipales.
«Es un terreno firme, que se asemeja al césped natural en cuanto al movimiento del balón y a la forma en que rueda. Además, no es un terreno donde la tierra se pueda amontonar», explica. Asegura que «con el césped artificial es muy difícil que el partido se paralice por lluvia o tormenta». A nivel de gestión resulta más atractivo porque las pistas se pueden usar más horas que las de tierra.
Según su experiencia, el fútbol sigue siendo el deporte más demandado. Y, aunque el boom siempre ha existido, en los últimos años ha experimentado un cambio. Antes, cuando los niños jugaban en la plaza más cercana a su casa, cogían una pelota y la echaban a rodar. Ahora, que ya apenas se juega en la calle, se han impuesto las actividades dirigidas. Y es ahí donde los clubes y escuelas de fútbol han ganado peso. «Sigue siendo la disciplina más demandada porque existe atractivo, es fácil de practicar y es el deporte más seguido».
También hay una alta demanda por parte de las niñas. En la escuela Hispanolusa juegan en equipos mixtos con los niños más pequeños. Su experiencia es que la integración es total, aunque una vez que crecen no cuentan con equipos femeninos.
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